4.1. Dos aves y un misterio
Entonces, ¿cuál de estas aves es el pájaro de la leyenda? La respuesta a este desaguisado ornitológico parece estar, precisamente allí, en la leyenda. Y en lasversiones de aquellas personas que dicen haberlo visto llevando en su pico la extrañaplanta para ahuecar sus nidos en las rocas y oquedales de los Andes y en lasprofundas gargantas de los ríos cordilleranos que se avientan ruidosos al llano amazónico.
Tanto Hiram Bingham como Brian Fawcett hablan del pájaro Pito, y éste es el nombre con el que lo conocen los lugareños de las estribaciones orientales de los Andesperuanos y de las selvas desde Cusco hasta más al norte de la zona del río Perené, eincluso se dice que ha sido visto en Puno y en Bolivia. Otras versiones recogidas porinvestigadores en temas de arqueología misteriosa, hablan ciertamente del pájaro Pituque lleva en su pico las hojas de «la hierba del Pito o Pitu» que ablanda la piedra.De este modo, todos coinciden en señalar al Pito como el pajarito de la hierba secreta de los incas.
Un secreto que también parece conocer el Pitiwe, si creemos a Aukanaw. No hay queolvidar que el Pitiwe argentino es asimismo un pájaro carpintero, de hecho, un Colaptes pitius, una Picidae, por lo que -si damos crédito a lo que de él se dice-,tenemos fundadas razones para pensar que tiene algo que ver con esta increíble historia. De la misma forma, el Pito o Pitu peruano -como su homólogo, el Pitio del Norte o Pitihue chileno-, es una Colaptes rupícola por definición ornitológica, y también parece tener algo en común, y éste, con mayor razón por su presencia en los mitosperuanos. Ambas especies, pues, tienen las mismas costumbres, ambos hacen susnidos en las rocas, y ambos, ya en el plano de la leyenda y la polémica, conocen elsecreto de la planta maravillosa. Y aunque ambas especies, en definitiva, son primos hermanos, el Pito es quien parece tener la voz cantante… y la más fuerte en las leyendas de los ablandadores de piedras.
Ahora lo que faltaría es identificar plenamente la famosa plantita que ablanda lapiedra, y para ello habría que preguntárselo al Pito… o al Pitiwe –que lastimosamenteno pueden hablar—. La leyenda, y la polémica, pues, todavía están servidas. Mientrastanto, la Jotcha del buen padre Lira no da señales de vida, al menos no tiene todavíacarta de ciudadanía científica… porque la ciencia oficial no la puede ver.
4.2. Rara avis…
El Decreto Supremo número 013-99-AG (13a), promulgado por el Gobierno Peruano el19 de mayo de 1999, fue la respuesta a la preocupación por aquella fauna y flora en peligro de extinción. Lo curioso de esta norma legislativa es que declara como especie muy rara a la variedad Colaptes rupícola. No cabe duda que el pajarito alguna vez tenía que llamar la atención de las autoridades para decirles que seguía chapoteando y picoteando entre los Andes y las brumosas selvas. Curioso pajarillo este, que vive envuelto por el silencio de las punas y las leyendas ancestrales que no lo dejan en paz. Como otras aves misteriosas, el pequeño Pito se ha convertido en el fetiche de su propio mito. Y también en un ave de gran interés para la ciencia como se puede apreciar en el cuadro descriptivo que sigue a continuación: (16)
5. La Ephedra andina, una planta quebrantahuesos
Aukanaw, en su texto dedicado al enigma del pájaro Pitiwe y la hierba quedisuelve el hierro y la piedra, nos recuerda la existencia de una planta –considerada medicinal por los mapuche— que crece en las sierras andinas,desde Ecuador hasta el estrecho de Magallanes. Los botánicos la llamanEphedra andina, y es una de las sospechosas de ser la famosa y tan buscadahierba de los incas.
No en vano, por instinto, los animales la evitan, pues ya se ha visto lo que les sucede cuando la ingieren: se conoce de pequeños mamíferos como zorros ycuyes que han sucumbido con sus cuerpos hinchados y sus huesos deshechos por los jugos de las ramas y hojas. Los chamanes mapuche la aprecian mucho por sus propiedades medicinales y como elemento ritual. En Argentina laconocen también como Solupe, Sulupe, Punco punco, Suelda que suelda, Colade caballo, Tramontana, Trasmontana, Pico de gallo o Pinko-pinko. En Perúrecibe casi las mismas denominaciones que le han dado los mapuche de laPatagonia, además de otras autóctonas: Q’ero-q’ero, Cola de caballo,Condorsava, Likchanga, Pachatara, Pfinco-pfinco, Pinco-pinco, Pingo-pingo,Suelda con suelda, Suelda-suelda, Wacua…
Se trata de un arbusto densamente ramificado, ramas junciformes, de hasta 40cm; el tallo algunas veces se yergue, otras se postra; ramas verticiladas. Hojas escamiformes, verticiladas en los nudos. Las flores son verticiladas, dioicas,inconspicuas: las femeninas muy poco protegidas por brácteas imbricadas con la escama seminífera globosa; las masculinas con 6 estambres. La semilla esarilada, «pseudobaya», la que una vez seca semeja una núcula.
Se utiliza como forrajero, algunos auquénidos comen sus hojas, tallos y frutos–suponemos que saben cómo hacerlo sin que los afecte—. Regularpalatabilidad para el ganado ovino (Tapia y Flores 1984), los que gustan decomer las bayas (Vargas 1988). Como planta medicinal es un excelentediurético y depurador de las afecciones de la vejiga, en la curación de lapiorrea, en inflamaciones de las encías (Soukup). Las plantas del géneroEphedra contienen los alcaloides 1-3 efedrina y pseudoefedrina (1-1,57 %) lasque se usan en terapéutica bajo las formas de sulfato y clorhidrato de efedrina,como estimulante respiratorio, especialmente para el tratamiento del asmabronquial; también como sudoríficador, antipirético y sedante de la tos; tieneacción midriática por lo que se utiliza en oftalmología para dilatar la pupila(Aldava y Mostacero, 1988).
Fructifica en otoño. Crece en sitios con clima semi-desértico. Vertientesoccidentales y zonas interandinas, entre 1300-4500 m (Weberbauer 1945). EnYura, Pampa de Arrieros, Cañahuas, Sumbay, Vizcachani y la bajada a Chivay,2600-4300 m.(Nota 7)
6. El enigma del Collao
«Oh, ven Viracocha, Señor de todo el mundogrande como el cielo, origen de todocreador de los hombres, diez veces te saludo.Con los ojos clavados en tierra te buscocomo busco la fuente cuando siento sedcon toda la voz que tengo te llamo…»
Capac Yupanqui. Quinto Rey Inca
¿Fueron realmente primitivas las antiguas sociedades andinas que erigieronmonumentos como los edificios de ciudades como Tiahuanaco? Las viejas ciudades de piedra de los Andes representan, que duda cabe, un verdadero retopara la ciencia.¿En que otra parte del mundo se puede encontrar una ciudad de factura imposible como Tiahuanaco? ¿Y por qué en los Andes? Y es que las ruinas quese encuentran en el actual territorio boliviano, a unos 20 kilómetros al sur dellago Titicaca, verdadero mar mediterráneo, otrora sagrado para los incas, paralos aimara y para los colla, el aguerrido pueblo que dio nombre a esta región,no son un simple montón de ruinas. Para comenzar, la altitud en que se encuentra esta ciudad, 4.000 m. sobre el nivel del mar, es una verdaderatortura para quienes no están acostumbrados a vivir con menos oxígeno delnormal. Nadie sabe con exactitud cuándo fue construida ni cómo. Aunque los arqueólogos dicen que data de entre los años 200 a. de C y 600 de nuestra Era,lo cierto es que hay suficientes evidencias como para pensar que su hechura es mucho más vieja de lo que se cree. Los bloques que componen susconstrucciones son enormes y algunos de ellos pesan cientos de toneladas. Sehan encontrado las canteras de donde provienen, y están a distancias queoscilan entre los 100 y los 200 km., sin embargo, ello no resuelve el problema del cómo y el cuándo y el porqué de su transporte a distancias tan grandes y aun lugar tan inhóspito, y el misterio permanece congelado por el tiempo y la frialdad del Altiplano.
Se presume que algunas de estas piedras fueron traídas a través del lagoTiticaca durante la estación de crecida de sus aguas y cuando éstas todavíabesaban los muelles de la ciudad, los mismos que aún se pueden apreciar,rodeados de tierra y piedras. Algo tuvo que suceder para que en algúnmomento del lejano pasado el lago se retirara 20 kilómetros al norte, al lecho donde se encuentra actualmente. Otras de estas piedras, por las dificultades técnicas que implica su transporte, tuvieron que haber venido por tierra. Se hateorizado que tal vez se construyeron rampas lubricadas con arcilla húmeda para hacer subir las piedras por las cuestas. Se trata, pues, de un dilema tecnológico del tamaño de su misterio. Los científicos no se ponen de acuerdo,y mientras unos sostienen que si éste no fue el sistema empleado, tuvo que ser otro parecido. Se ha aventurado inclusive el trabajo forzado de miles deesclavos que habrían sudado la gota gorda para mover dichos bloques de un sitio a otro. Pero se sabe tan poco de aquella sociedad que construyó una ciudad enorme en aquellas alturas, que simplemente da pie a las más alucinantes especulaciones.
Cuando los incas llegaron a esta zona en el siglo XV, esta ciudad ya estabaabandonada desde hacia mucho tiempo. Los lugareños ni siquiera sabían comose llamaba originalmente. Una leyenda cuenta que el inca Mayta Capac, elconquistador del Collao, envió un Chasqui (mensajero) al Cusco para que dieranoticia de la nueva conquista. Cuando el hombre regresó a los pocos días, elgobernante, admirado por su fortaleza física, exclamó: «¡Tiay-wanaco!», vozcompuesta que en quechua significa: «¡siéntate y descansa, guanaco!». Y asípasó a llamarse esta ciudad desierta. En el siglo XVI, los españoles quellegaron hasta estos parajes recibieron la misma impresión: soledad y misterio.Los cronistas hispanos recuerdan las leyendas que los incas les contaron sobreel origen de esta ciudad. Éstas afirmaban que Tiahuanaco había sido construidapor hombres blancos y barbudos, dirigidos por el dios Tiki Viracocha, nombreque después sirvió de inspiración a Thor Heyerdahl, quien en 1947 bautizó a subalsa como Kon-Tiki porque estaba convencido que ese mismo pueblo se habíahecho a la mar en dirección al oeste, para fundar la sociedad constructora deestatuas de la isla de Pascua.