Toribio Mejía Xesspe

Toribio Mejía Xesspe
Toribio Mejía Xesspe

Manuel Toribio Mejía Xesspe (Toro, 16 de abril de 1896 – Lima, 2 de noviembre de 1983) fue un arqueólogo peruano, discípulo de Julio César Tello.

Nacido en el seno de una familia de agricultores en Toro, Arequipa, Toribio Mejía Xesspe desde pequeño se sintió atraído por los misterios del pasado peruano. Cursó sus estudios primarios en su pueblo natal y los secundarios en el Colegio Nacional San Luis Gonzaga de Chuquibamba, donde su mente curiosa empezó a vislumbrar el fascinante mundo de la arqueología.

En 1920, Mejía Xesspe se trasladó a Lima, donde su afán por el conocimiento lo llevó a relacionarse con figuras notables como el médico Hermilio Valdizán y el químico Ángel Maldonado. Con ellos compartió sus conocimientos de medicina popular, un tema que lo cautivó y sobre el cual colaboró en la Revista de Psiquiatría y Ciencias Conexas entre 1921 y 1923.

Un encuentro fortuito con el reconocido arqueólogo Julio C. Tello marcó un punto de inflexión en la vida de Mejía Xesspe. En 1924, ingresó como alumno libre en el Seminario de Antropología de la Universidad Mayor de San Marcos, bajo la tutela de Tello. Esta relación lo impulsó a dedicarse de lleno a la arqueología peruana, iniciando un camino lleno de descubrimientos y aportes invaluables.

Guiado por su pasión y bajo la dirección de Tello, Mejía Xesspe participó en numerosas excavaciones arqueológicas por todo el Perú. Desde Asia y Paracas (1925-1926) hasta Nasca e Ica (1927), pasando por Paracas nuevamente (1927-1930), su espíritu aventurero lo llevó a recorrer el valle del Mantaro (1930-1937), los valles del Rímac, Nepeña y Casma, Chavín de Huántar (1941), los valles del Mantaro, Apurímac y Urubamba (1942), Pachacámac (1942) y Ancón (1945-1947). Su incansable labor de exploración lo convirtió en un referente de la arqueología peruana.

La trayectoria de Toribio Mejía Xesspe no se limita a su labor de campo. Ejerció como auxiliar del Instituto de Investigaciones Antropológicas (1931-1945), fue jefe del Departamento de Exploraciones Arqueológicas del Museo Nacional de Antropología y Arqueología (1945-1947), subdirector del Museo (1947-1966) y director emérito (1966). Además, ocupó el cargo de inspector general de Monumentos Arqueológicos (1947-1948) y catedrático de Arqueología Incaica en la Universidad de San Marcos (1946-1953). Entre 1957 y 1960, continuó sus exploraciones y excavaciones en los valles de Ica y Piura.

Toribio Mejía Xesspe, un explorador incansable con una pasión profunda por el pasado peruano, dejó una huella imborrable en la arqueología del país. Su espíritu aventurero y su aguda perspicacia lo llevaron a desenterrar secretos milenarios que enriquecieron nuestro conocimiento sobre las culturas prehispánicas.

En 1927, Mejía Xesspe participó en un descubrimiento que cambiaría para siempre la historia de la arqueología peruana: las Líneas de Nasca. Estos geoglifos gigantescos, trazados sobre el desierto, abrieron una ventana a la cosmovisión y las prácticas de las antiguas civilizaciones.

La mente inquisitiva de Mejía Xesspe no se limitó a Nasca. En Ica, descubrió las tumbas con los fardos Paracas Necrópolis, revelando detalles sobre las técnicas de momificación y las creencias funerarias de estas culturas. En Cumbemayo (Cajamarca), se topó con un acueducto megalítico, una obra de ingeniería impresionante que nos habla de la sofisticación tecnológica de nuestros ancestros.

La pasión de Mejía Xesspe por la arqueología lo llevó a organizar el primer museo de sitio del Perú en Chavín de Huántar, un espacio dedicado a preservar y exhibir los tesoros encontrados en este importante centro ceremonial. Su colaboración con Julio C. Tello, el reconocido arqueólogo peruano, fue fundamental para el avance de la investigación en sitios como el Templo del Cerro Sechín.

Mejía Xesspe no se conformó con un solo lugar. Sus excavaciones se extendieron a Pachacámac, los valles de Ica y Piura, y Ancón, donde continuó explorando incluso después de la muerte de Tello. Su incansable labor lo convirtió en un referente de la arqueología peruana, dejando un legado invaluable para las generaciones venideras.

Toribio Mejía Xesspe falleció en 1970, dejando un legado invaluable para la arqueología peruana. Sus descubrimientos, investigaciones y aportes a la docencia lo convirtieron en un pionero de esta disciplina, inspirando a generaciones de arqueólogos a desenterrar los secretos del pasado prehispánico del Perú.

Bibliografía
Tauro del Pino, Alberto: Enciclopedia Ilustrada del Perú. Tercera Edición. Tomo 11. MEM/OJE. Lima, PEISA, 2001. ISBN 9972-40-160-9
Varios autores: Grandes Forjadores del Perú. Lima, Lexus Editores, 2000. ISBN 9972-625-50-8

Rebeca Carrión Cachot

Rebeca Carrión Cachot (Lima, 18 de diciembre de 1907 – Guatemala, 6 de abril de 1960) fue una arqueóloga, historiadora y docente peruana, discípula de Julio César Tello.

Sus padres fueron Pedro José Carrión (coronel del ejército peruano) e Isabel Cachot (concertista y compositora). Estudió en el Liceo Fanning, donde tuvo como maestra a Elvira García y García. Luego cursó estudios superiores en la Universidad de San Marcos (UNMSN), donde se graduó de bachiller en Letras en 1925. Por entonces empezó a colaborar con Julio C. Tello en sus investigaciones arqueológicas y en la publicación de la revista Inca (1923). En 1928 ocupó el cargo de conservadora del Museo de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Se doctoró en Historia y Letras en 1931, a mérito de su tesis «La indumentaria en la antigua Paracas», que fue aprobada por aclamación, rara distinción que por aquellos tiempos obtenían los graduandos.

Rebeca Carrión Cachot, no solo se destacó como la primera arqueóloga peruana, sino que también fue una de las primeras mujeres en ocupar una cátedra universitaria. Su camino hacia la arqueología estuvo marcado por la influencia de su maestra Elvira García y García, quien encendió en ella la pasión por el pasado prehispánico del Perú.

Tras obtener el grado de bachiller en Letras, Rebeca Carrión Cachot se unió al equipo de Julio C. Tello, el reconocido arqueólogo peruano. Juntos, emprendieron diversas investigaciones que ampliaron nuestro conocimiento sobre las culturas precolombinas del país.

A pesar de su prematuro fallecimiento, Rebeca Carrión Cachot dejó un legado invaluable para la arqueología peruana. Entre sus obras más importantes se encuentran «El culto al agua en el antiguo Perú» y «La religión en el antiguo Perú». Además, dejó inéditos trabajos como «Civilización Chavín», «La Navegación en el litoral del antiguo Perú», y «La agricultura en el periodo Chavín y generalidades sobre el ambiente forestal».

Su valiosa labor en el campo de la arqueología la llevó a ser incorporada a numerosas sociedades científicas nacionales e internacionales. Rebeca Carrión Cachot fue una mujer visionaria que abrió camino para las futuras generaciones de arqueólogas peruanas, inspirándolas con su dedicación, pasión y rigor científico.

En memoria de Santiago Uceda Castillo

santiago evaristo uceda castillo
Santiago Uceda

Santiago Uceda Castillo (12 Octubre 1954 – †14 enero 2018). Personalidad Meritoria de la Cultura Peruana, trascendió como un investigador excepcional de la cultura moche, dejando una huella imborrable en la comunidad científica nacional e internacional. Su arduo trabajo y dedicación lo convirtieron en un referente obligado para comprender la riqueza y complejidad de esta antigua civilización.

Arqueólogo de profesión y profesor principal de la Universidad Nacional de Trujillo, Uceda Castillo no solo se dedicó a la investigación, sino que también compartió su conocimiento con las nuevas generaciones, formando a innumerables profesionales que hoy en día continúan su legado.

Decano de la Facultad de Ciencias Sociales y director del Proyecto Arqueológico Huacas de Moche, Uceda Castillo lideró proyectos de gran envergadura que permitieron ampliar significativamente nuestro conocimiento sobre la cultura moche. Su pasión por la arqueología y su compromiso con la preservación del patrimonio cultural lo convirtieron en un ejemplo a seguir para todos aquellos que se dedican a esta noble disciplina.

En este artículo, compartimos un texto escrito por su hermano Manuel, en conmemoración de un nuevo aniversario de su nacimiento. A través de estas palabras, podemos vislumbrar la profunda admiración y el cariño que su hermano sentía por él, así como la enorme trascendencia que tuvo su obra en el ámbito de la arqueología peruana.

 

FELIZ DÍA EN EL CIELO

Por: Manuel Uceda Castillo
facebook.com/manuel.ucedacastillo

Es costumbre en nuestra familia, recordar el natalicio de nuestros familiares con una misa, estén o no con vida. Hace algunos años atrás, pague la celebración de una misa en una Iglesia ubicada en San Borja para recordar el natalicio de mi padre quien había partido al encuentro de sus padres, asistimos a la misa, los hermanos que residíamos en Lima y nuestra familia más cercana, en la homilía el cura molesto nos dijo que a una persona fallecida no se le debía celebrar su natalicio, yo quiero creer que solo es o fue dicho cura, quien piensa o pensaba que cuando una persona fallece ya no se debe recordad su natalicio en este mundo y solo debemos recordar el nacimiento a su nueva vida.

Con el perdón del cura y todos los que piensan así, debemos decir que el nacimiento de un ser humano en este mundo, marca el inicio de su vida, llena de tristeza, penurias sinsabores, odios, venganzas y todos los sentimientos que empobrecen al alma de un ser humano, pero también esta lo bueno, lo importante, lo grandioso lo maravilloso lo noble lo amable, lo amoroso, lo cariñoso, lo amigable, lo sencillo, lo alegre, lo honesto, lo honrado, que es o fue la persona que no solamente compartió con sus familiares, amigos, discípulos y condiscípulos estos invaluables sentimientos y valores, sino que nos ha dejado un gran legado histórico.

Un día como hoy, 12 de octubre de 1954, nace en Santiago de Chuco, Santiago E. Uceda Castillo, que no solamente trajo alegría y felicidad a la familia con su primer llanto, sino que trajo el inicio de un camino pletórico de éxitos, logros personales y luego profesionales, los cuales llenan de orgullo a la familia, a los amigos entrañables, a nuestra tierra Santiago de Chuco y al Perú, por todos los reconocimientos y premios internacionales logrados.

Quienes conocieron a Santiago Uceda, recordaran al niño inteligente, vivaracho, amigable y comunicativo, para quien, era lo mismo compartir una conversación entretenida y amena con un niño de su edad, que, con un adulto; las personas que conocían a Santiago como poseedor del arte de la conversación, no dudaban en llamarlo para conversar, cuando Santiaguito como lo llamaban paseaba por las calles inclinadas de nuestro pueblo, silbando alguna tonada que había escuchado.

Las interminables horas de conversación con los adultos se hacían tan cortas porque, no solamente disfrutaban de su inteligencia y locuacidad, así como de sus relatos que fluían de su imaginación, virtud de la que hizo uso en todos los actos de su vida, tanto familiar, como profesional.

Cuando Santiago tenia entre ocho a nueve años, llego a la casa muy contento y nos comunicó que había conseguido trabajo, Carmen mi hermana mayor, le inquirió por el trabajo, donde queda y que haces en el trabajo, Santiago respondió orgullosamente, lijo carros. El mencionado “trabajo” lo obtuvo Santiago (solo por un día), por su don de comunicación con las personas y fundamentalmente por su sencillez, porque él no hacía distingo de las personas por su posición económica o social, a todos los trataba con la misma naturalidad, aprecio y respeto, como solo un hombre con grandeza espiritual lo hace.

Un hombre inteligente, soñador grande de espíritu, debe instruirse y prepararse para afrontar la vida y hacer realidad sus objetivos, metas y sus sueños. Santiago lo hizo destacando sobre sus compañeros de promoción. Primer puesto en los seis años de instrucción primaria. Primer puesto y puesto de honor en los cinco años de estudios en el Colegio Nacional San Juan de Trujillo. Primer puesto en su formación profesional en la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad Nacional de Trujillo. Destacado estudiante de Post grado en la UNIVERSITE DE BORDEAUX, donde obtuvo primero el grado de Magister D.E.A. – Geologie Du Quaternaire y luego el Doctorado de Estado en Ciencias, reconocido por el gobierno francés como el grado más alto que un estudiante puede aspirar.

Celebramos hoy día 12 de octubre, el nacimiento de quien desempeño diferentes cargos públicos y académicos con la transparencia, honestidad y honradez que su grandeza exigía. Gracias hermano a nombre de toda la familia por haber desempeñado tus cargos con la pulcritud que nos enorgullece, ahora que vivimos una vorágine de corrupción.

Natalia, mis hijos José, Emerson, Sheila, Erick y Lizet y mis nietos Heinrich, Salvador, Bruno, Flavia, Santino y Camila, celebramos tu cumpleaños y tu legado histórico como investigador de la Cultura Mochica y Moche, celebramos tus éxitos y premios obtenidos para el Perú, así mismo, celebramos tu inmortalidad por tu obra y tu legado.
Un abrazo de toda mi familia hasta donde te encuentres que sabemos estas con nuestra querida y amada Ninoshka.

Fuente: Post publicado en Facebook: https://www.facebook.com/SantiagoUcedaCastillo/posts/2158804081035012

 

Santiago Uceda Castillo

María Rostworowski Tovar de Diez Canseco

María Rostworowski de Diez Canseco
(1915 – 2016)

María Rostworowski Tovar de Diez Canseco (Barranco, Lima, 8 de agosto de 1915 – Lima, 6 de marzo de 2016​) fue una historiadora e investigadora social del Perú, hija del aristócrata polaco Jan Jacek Rostworowski agrónomo y poeta proveniente de la nobleza polaca y de la puneña Rita Ana Tovar del Valle, hija de una familia de hacendados de Puno, y nieta de Agustín Tovar Aguilar, senador y ministro de Estado.

Jan Jacek Rostworowski, su padre, era una persona muy inquieta, por lo que en busca de nuevas experiencias pasó un tiempo en Haití. Allí contrajo paludismo y a causa de ello perdió el oído. Se sometió a una curación en Suiza y logró recuperarse. En París sus amigos, los Darcourt, lo invitaron a viajar al Perú con ellos, cosa que aceptó. Acá conoció a Rita Tovar, contrajo matrimonio y se estableció en el Perú por un tiempo. La familia se trasladó a Europa cuando la pequeña María tenía cinco años. La familia vivió en Polonia dos años, luego se trasladó a Francia, donde se instaló en una hacienda en el campo. María Rostworowski se educó con institutrices hasta los trece años de edad, cuando fue enviada a un internado en Inglaterra, y luego a Bruselas. En Polonia se casó en primeras nupcias con  Zygmunt Broel-Plater. En 1935 retornó al Perú y fue aquí donde nació su hija Cristina. Su padre compró una hacienda en Huánuco, donde María vivió tres años y donde tuvo la oportunidad de conocer el Perú profundo. Se divorció y casó en segundas nupcias con Alejandro Diez Canseco.

Inspirada por la lectura del libro «Los Incas del Perú» de Clemente Markham, y con el apoyo de su marido, decidió investigar sobre Pachacutec. Su formación fue autodidacta, aunque estuvo estrechamente vinculada a la Universidad de San Marcos donde asistió como alumna libre a las clases que le interesaban, es decir a las de Julio C. Tello, Luis Eduardo Valcárcel y Raúl Porras Barrenechea. Fue Porras quien la instruyó en la metodología del historiador, le dio indicaciones y apoyó en las diferentes etapas de sus investigaciones. Fruto de su primera investigación fue el libro Pachacutec Inca Yupanqui (1953). La obra debió haber obtenido el premio Garcilaso de la Vega de la Casa de la Cultura el año de su publicación, pero el gobierno de Odría desconoció el fallo del jurado y le concedió el premio a otro investigador.

Luego de enviudar en 1961, María tuvo que dejar la investigación por un tiempo y dedicarse  a administrar la ladrillera que heredó de su esposo por un tiempo. Entre 1964 y 1968, durante el primer gobierno de Fernando Belaúnde Terry, trabajó como agregada cultural en la Embajada del Perú en España. Entre 1973 y 1974 trabajó haciendo investigación en el Museo de la Cultura Peruana. En 1974 viajó con una beca para trabajar    en el Archivo General de Indias de Sevilla. Fue directora del Museo Nacional de Historia entre 1975 y 1980, tiempo en que también se dedicó a la investigación.

Fue cofundadora del Instituto de Estudios Peruanos y su investigadora principal desde 1980. Ha sido presidenta de la Asociación Peruana de Etnohistoria, fundada en 1979. Es miembro de la Academia Nacional de Historia desde 1979.

Entre los muchos grados y reconocimientos obtenidos podemos mencionar los siguientes: las Palmas Magisteriales en el grado de Amauta en 1990; condecoración del gobierno polaco en el año 2008; Medalla de Honor del Congreso de la República del Perú en el 2009; Orden al Mérito en el Grado de Gran Cruz de la Municipalidad de Lima; y los doctorados Honoris Causa otorgados por: la Pontificia Universidad Católica del Perú en 1994; la Universidad de San Marcos en el 2008; y la Universidad de Varsovia en el 2010.

La obra de María Rostworowski transformó la visión de la historia del Perú prehispánico y contribuyó a su comprensión. La realizó a pesar de diversas trabas y prejuicios con los que se topó en su trabajo por ser mujer, autodidacta y ocuparse de un área en gran medida despreciada e inexplorada hasta aquel entonces. Investigó las sociedades precolombinas de la costa peruana, un campo poco estudiado hasta ese entonces. Presentó una hipótesis alternativa a la de María Reiche sobre las líneas de Nazca, viéndolas no como un calendario, sino como una creación mágico-religiosa. A lo largo de su trabajo buscó siempre descubrir la lógica andina detrás de los hechos y no aquella que nos fue transmitida a través de la visión tergiversada de los cronistas españoles. En su obra Pachacutec Inca Yupanqui (1953) resaltó la importancia que tuvo Pachacutec en la construcción y expansión del Tahuantinsuyo. Su libro Historia del Tahuantinsuyo (1988), es la obra de ciencias sociales más vendida de la historia del Perú. Debemos recalcar que este libro fue publicado en Polonia en la traducción de Miłosz Giersz i Patrycja Prządka.

Su esposo el conde Zygmunt Broel-Plater, fue hijo del conde Edward Cezar Marian Broel-Plater y de la condesa Janina Tyszkiewicz-Łohojska. Tuvieron una hija, Krystyna Broel-Plater Rostworowski. Después de divorciarse, se casó con el empresario Alejandro Diez-Canseco Coronel-Zegarra, hijo de Manuel Diez-Canseco y de Romaña y pariente de los Condes de Alastaya. Diez-Canseco, que sería Secretario General Departamental de Acción Popular,​ tuvo una gran influencia en su vocación de historiadora. Luego de la súbita muerte de su esposo, en marzo de 1961, se trasladó al Leprosorio de San Pablo (Loreto), dirigido por el alemán Maxime Kuczynski-Godard, para trabajar como misionera, después de navegar durante un día por el río Amazonas. El Primer Gobierno de Fernando Belaúnde Terry la designó Agregada Cultural en la Embajada del Perú en España (1964-1968).

Rostworowski fue alumna libre de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, y se consideraba una sanmarquina. En San Marcos, sus dos grandes maestros fueron Raúl Porras Barrenechea, quien la introdujo a los procedimientos historiográficos y al análisis de las fuentes históricas (en especial, las crónicas), y el antropólogo norteamericano John Murra, gracias a quien Rostworowski se adentró al estudio de la etnohistoria. En la universidad también tuvo contacto con otros maestros: Julio C. Tello, Luis Valcárcel y Luis Jaime Cisneros. Estrechamente vinculada al Instituto de Estudios Peruanos6​ desde su fundación, María Rostworowski editó bajo su auspicio numerosas obras, entre las cuales se encuentra Historia del Tahuantinsuyo, el libro de ciencias sociales más vendido en toda la historia peruana.

Los aportes de Rostworowski en la historiografía y en las historias peruanas son múltiples. En su primer libro, Pachacútec inca Yupanqui (1953), rescata la importancia de este gobernante inca en la construcción del Tahuantinsuyo. Son importantes también sus estudios consagrados a las sociedades precolombinas de la costa peruana, un campo poco estudiado hasta entonces (Curacas y sucesiones: costa norte, 1961). Otras obras estarán orientadas a campos tan diversos como los estudios de género (La mujer en la época prehispánica, 1986) o la permanencia y cristianización de cultos precolombinos (Pachacamac y el Señor de los Milagros: una trayectoria milenaria, 1992).

En 1979 fue nombrada miembro de número de la Academia Nacional de la Historia, de la que fue además Vicepresidente. Asimismo, fue miembro correspondiente de la Real Academia de la Historia (España) y de la Academia Nacional de la Historia (República Argentina). Perteneció al Instituto Raúl Porras Barrenechea (Lima) y al Institute of Andean Studies (Berkeley, California). La Sociedad Geográfica de Lima la incorporó como miembro honorario. Presidió la Asociación Peruana de Etnohistoria, fundada en Lima en 1979, a iniciativa de Fernando Silva Santisteban. Para llevar adelante sus proyectos de investigación, recibió el apoyo de las fundaciones Wenner-Gren, Ford, Guggenheim y Volkswagen, del Fomciencias y del Concytec.

También fue directora del Museo Nacional de Historia (1975-1980). En 1969, trabajó en el diario Correo, que en ese entonces dirigía Roberto Ramírez del Villar. De 1973 a 1974 tuvo una plaza de investigadora en el Museo de la Cultura Peruana. En 1983 publicó lo que ella consideraba su «obra mayor»: Estructuras andinas del poder: ideología religiosa y política.

Libros
Pachacutec inca Yupanqui (1953)
Curacas y sucesiones: costa norte (1961)
Los ascendientes de Pumacahua (1963)
Etnia y sociedad: costa peruana prehispánica (1977 y 1989)
Señoríos indígenas de Lima y Canta (1978)
Recursos naturales renovables y pesca: siglos XVI y XVII (1981)
Estructuras andinas del poder: ideología religiosa y política (1983)
La mujer en la época prehispánica (1986)
Entre el mito y la historia: psicoanálisis y pasado andino, con Max Hernández, Moisés Lemlij, Luis Millones y Alberto Péndola, (1987)
Conflicts over Coca Fields in XVI century Perú (1988)
Historia del Tahuantinsuyu (1.ª edición: 1988); (2.ª edición 2001); (3.ª edición 2014).
Doña Francisca Pizarro: una ilustre mestiza (1534-1598) (1989)
Pachacámac y el Señor de los Milagros: una trayectoria milenaria (1992)
Las visitas a Cajamarca. 1571-72/1578. Documentos (1992, 2 tomos, con Pilar Remy)
Ensayos de historia andina (1993 y 1998)
La mujer en el Perú prehispánico (1995)
Kon, el dios volador y el pequeño Naycashca, con ilustraciones de Claudine Gaime, (1995)
La muerte del sol y otros cuentos del Antiguo Perú (1996)
El origen de los hombres y otros cuentos del Antiguo Perú (1996)
María Fernanda Alvarado Ágreda(1996)
Pachacútec y la leyenda de los chancas (1997)
El señorío de Pachacámac (1999).
Historia de los Incas (Lima: Editorial PROLIBRO, Editorial Bruño, 1999)
Los Incas (Lima: Fundación Telefónica, 2000) (en CD-ROM).
Incas Enciclopedia temática del Perú. Edición de El Comercio, Lima (2004) ISBN 9972-752-00-3 de la Colección; ISBN 9972-752-01-1 del Libro; 120 mil ejemplares
Obras completas(2005)

Artículos en revistas especializadas
Allpanchis Phuturinqa («Las macroetnías en el ámbito andino»)
Boletín de Lima («Mitos andinos relacionados con el origen de las subsistencias»)
Boletín del Seminario de Arqueología IRA-PUCP («Breve ensayo sobre el señorío de Ychma o Ychima» y » Urpay Huáchac y el ‘símbolo del mar’ «)
Boletín de la Sociedad Geográfica de Lima («El enfrentamiento entre Huáscar y Atahualpa»)
Bulletin de l’Institut Français d’Études Andines («El señorío de Changuco – costa norte»)
Cahiers du Monde Hispanique et Luso-Brésilien («Visitas de indios en el siglo XVI»)
Fanal («El apogeo del Imperio»)
Journal de la Société des Américanistes («Orden religioso de los dibujos y rayas de Nazca»)
Journal of the Steward Anthropological Society («Analysis of Historical Information in the Royal Commentaries»)
Latin American Indian Literatures Journal («El dios Con y el misterio de la pampa de Nazca»)
Revista del Archivo Nacional («Nuevos aportes para el estudio de la medición de tierras en el Virreinato e Incario»)
Revista del Museo Nacional («Nuevos datos sobre tenencia de tierras reales en el Incario» y » Etnohistoria de un valle costeño durante el Tahuantinsuyu»)
Southwestern Journal of Anthropology («Succession, Cooption to Kingship and Royal Incest among the Inca»)

Premios y reconocimientos
Condecoración Orden El Sol del Perú, en el grado de Comendador (2001).
Condecoración de la Orden de las Palmas Magisteriales, en el grado de Amauta (1990)
Premio Nacional de Historia Inca Garcilaso (1953) [aprobado, pero no entregado; se lo dieron a otra persona, por razones políticas]
Premio Howard F. Cline for American History / Honorable Mention (1981)
Premio ‘Juan Mejía Baca al autor’ (1993)
Medalla y diploma de la ciudad de Lima (1994)
Premio ‘Sigillo D’Oro’ del Centro Internacional de Etnohistoria (Palermo-Italia, 1996)
Premio Southern-Perú (2001) y Medalla José de la Riva-Agüero y Osma a la creatividad humana, otorgado por la Pontificia Universidad Católica del Perú, a propuesta del Instituto de Estudios Peruanos y de la Fundación Telefónica del Perú

Doctor honoris causa:
Pontificia Universidad Católica del Perú (1996)
Universidad Nacional de San Agustín de Arequipa (1991)
Universidad Femenina del Sagrado Corazón (1996)
Universidad Nacional de Trujillo (1997)
Universidad Nacional Mayor de San Marcos (2008)
Universidad de Varsovia (2010)
Profesora honoraria de la Universidad Católica de Santa María (Arequipa) 1996
En 1997, la Biblioteca Nacional del Perú colocó su retrato en la Galería de Intelectuales.

Julio C. Tello, Politics, and Peruvian Archaeology 1930–1936

En esta monografía, Richard E. Daggett elucida la vida y la obra del arqueólogo peruano Julio C. Tello. Enfatiza la influencia que la política nacional y profesional tuvo sobre Tello, a menudo estableciendo obstáculos que tenían que ser superados. Daggett se basa en gran parte en las publicaciones de periódicos contemporáneos.

In this monograph, Richard E. Daggett elucidates the life and work of pioneering Peruvian archaeologist Julio C. Tello. He emphases the influence that national and professional politics had upon Tello, often setting up obstacles that had to be overcome. Daggett bases himself largely on contemporary newspaper accounts.

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Max Uhle

Friedrich Maximiliano Uhle Lorenz (Dresden, Sajonia, Reino de Sajonia, 25 de marzo de 1856 – Loeben, Alta Silesia, Polonia,11 de mayo de 1944), conocido en el mundo de habla hispana como Federico Max Uhle, fue un arqueólogo alemán, cuyo trabajo en el Perú, Chile, Ecuador y Bolivia a finales del siglo XIX y principios del siglo XX tuvieron un impacto significativo en la práctica de la arqueología de América del Sur. Fue el iniciador de la arqueología científica en el Perú, revalorando y difundiendo para el mundo el pasado preincaico, hasta entonces tratado como un simple y breve preludio del imperio incaico. Fue el primero en aplicar el método estratigráfico en las excavaciones de Pachacámac en 1896 y el primero en notar que la iconografíaTiahuanaco se había difundido desde la zona del lago Titicaca hasta gran parte del actual territorio peruano, observación que dio origen a la teoría del imperio tiahuanacota (hoy sabemos que se trata en realidad del estilo cultural huari). Fue también el descubridor de la cultura moche (que denominó Proto-Chimú) y el autor del primer esbozo de una cronología que partía desde las más antiguas culturas preincaicas conocidas hasta la época inca. Es autor de la teoría inmigracionista del origen de la cultura andina, que sostenía que esta se originó de los aportes venidos de Mesoamérica (México y América central), teoría que fue refutada por Julio C. Tello, defensor del carácter autóctono de dicha cultura. Ha sido llamado el padre de la arqueología científica peruana.

Biografía

Fue hijo de Friedrich Ernst Uhle y Anna Kunigunde Lorenz. Al terminar sus estudios escolares, ingresó en 1875 a la Universidad de Leipzig. Tras hacer su servicio militar, cursó un año en la Universidad de Gottingen para volver luego a Leipzig, donde estudió filología y se graduó de doctor en 1880 con una tesis sobre la antigua gramática china.

Pasó luego al Museo de Etnología de su ciudad natal como asistente del director, donde laboró de 1881 a 1888. Pasó a desempeñar igual función en el Museo de Etnología de Berlín, dirigido a la sazón por Adolf Bastian y que se estaba convirtiendo por esos años en un centro de estudios americanistas. Actuó como secretario asistente en el VII Congreso Internacional de Americanistas, efectuado en Berlín en 1888.

Por esos años empezó su interés por el pasado arqueológico de Sudamérica. Este interés nació al apreciar en los museos alemanes las variadas muestras de arte peruano precolombino. Por entonces, muchos coleccionistas peruanos habían vendido sus valiosas colecciones de antigüedades en Europa, para librarlas de la rapiña de los chilenos durante la guerra del Pacífico. Un amigo cercano, Alphons Stübel, que en 1875 había excavado en la necrópolis precolombina de Ancón, en la costa peruana, orientó definitivamente a Uhle hacia la arqueología precolombina.

Auspiciado por el Museo Etnológico de Berlín y el gobierno alemán, en 1892 viajó a Sudamérica para estudiar el área de difusión de la cultura quechua en dicho continente. Desde la Argentina pasó a Bolivia, interesado en las ruinas de Tiahuanaco o Tiwanaku, aunque no logró la autorización necesaria para excavar allí. En ese mismo año publicó Las ruinas de Tiahuanaco en las tierras altas del Antiguo Perú, con el fotógrafo e ingeniero B. von Grumbkow. Esta extensa obra es considerada la primera de carácter científico sobre dicho sitio arqueológico. Aprovechó también para estudiar a los uros, de las riberas del lago Titicaca. Pasó luego al Perú, llegando al Cuzco. Como fruto de esta labor publicó años después el trabajo La esfera de influencia del país de los Incas.

Se trasladó a Filadelfia, Estados Unidos, contratado por la Universidad de Pennsylvania, donde trabajó durante varios años. Allí se casó con Charlotte Grosse. Patrocinado por la Sociedad de Exploración Americana en Filadelfia preparó un nuevo viaje al Perú. También disfrutó del patrocinio de la señora Phoebe Hearst, la madre de William Randolph Hearst. En 1896 arribó a Lima, la capital del Perú. Su primera tarea fue remitir una relación acerca de su viaje a Bolivia y Perú, acompañando, además, un informe sobre el idioma de los uros (Bolivia), el cual fue publicado en el periódico Globus de Braunschweig, Alemania.

Llevó a cabo excavaciones en Pachacámac, en el valle de Lurín, al sur de Lima, donde usó por primera vez en América el método estratigráfico, técnica que permite evaluar la antigüedad de unos restos con relación a otros sobre la base de su posición en los estratos analizados. Luego de un largo trabajo volvió a Filadelfia para dar cuenta de sus resultados. Sobre estos estudios publicó en 1903 la magnífica obra titulada Pachacámac, que fue muy elogiado y todavía se utiliza como texto básico para el estudio de la arqueología sudamericana. Fue el primero en afirmar la expansión de la cultura tiahuanaco en territorio peruano, al observar en la cerámica, textiles y otros artefactos hallados en la costa peruana, diseños propios de dicha cultura, que hoy sabemos que en realidad se trata del estilo de la cultura huari. Recuperó miles de artefactos que incluyen cerámica, conchas, textiles, metales, objetos de madera y otros materiales vegetales y objetos construidos con materiales de origen animal como plumas, huesos y piel. Se concentró en la datación de estos artefactos, y estableció un sistema basado principalmente en el diseño textil.

En 1898 retornó con una misión de la Universidad de California y para completar su visión de las culturas prehispánicas se consagró a explorar diversas ruinas de la costa peruana. Excavó en la huaca de la Luna (costa norte), aislando el estilo Moche, al que denominó Proto-Chimú. Los artefactos que encontró en el valle de Moche fueron fechados en base a la posición secuencial de estilos de cerámica inca. Esta datación temprana fue luego ampliada por el arqueólogo estadounidense Alfred Kroeber (su discípulo en Berkeley) y es uno de los puntos clave en la comprensión de la cronología preincaica en el Perú.

Luego subió a la sierra norte y excavó en Marcahuamachuco, Wiracochapampa y Cerro Amaru. En 1900, en el diario trujillano La Industria, dio a conocer una primera secuencia cultural a partir de sus excavaciones en Moche: Proto-Chimú, Tiahuanaco, Chimú e Inca. Posteriormente excavó en Chincha, Pueblo Nuevo y Tambo Colorado.

Retornó en 1901 a los Estados Unidos, llevándose todo el material acopiado, que hoy se encuentra en Berkeley. Se dedicó a la enseñanza de la arqueología americana en la Universidad de California y gracias al renovado apoyo de esta volvió por tercera vez al Perú en 1903. Esta vez excavó en los conchales de Ancón, Cerro Trinidad, Huaral Viejo, Supe, San Nicolás, descubriendo el estilo Blanco sobre Rojo en la cerámica. Años después publicó obras referentes a sus estudios en el Perú, entre ellas: Las ruinas de Moche (1913), Cronología sobre las antiguas culturas de Ica (1914) y The Nazca Pottery of Ancient Perú (1914).

En 1906 fue nombrado director de la sección Arqueológica del Museo Histórico de Lima. En 1912, disgustado por ciertas cuestiones surgidas con el gobierno peruano por el puesto que desempeñaba, se trasladó a Chile, en donde fue nombrado Director del Museo Arqueológico y Antropológico. Se dedicó a hacer excavaciones en el norte de Chile, (antiguo sur peruano), en Tacna, Arica, Pisagua y Calama. En 1917 fue el primero en describir científicamente las momias de Chinchorro. Los resultados de su labor los publicó en Los aborígenes de Arica (1917) y Arqueología de Arica y Tacna (1919).

En 1919 se trasladó al Ecuador, donde realizó estudios en Azuay, Loja, Cañar, Tumibamba y otros lugares. Allí se quedó hasta 1933, año en el que regresó a su patria, con una rica documentación acumulada a lo largo de cuatro décadas de incesante trabajo y con una visión completa de las culturas andinas. Acometió entonces la ardua tarea de elaborar una síntesis de sus investigaciones.

En 1939 regresó a Lima para participar en el XXVII Congreso Internacional de Americanistas, donde presentó sus importantes trabajos sobre Procedencia y origen de las antiguas civilizaciones americanas y La marcha de las civilizaciones. Por un tiempo volvió a radicar en el Perú, cuando en Europa se desencadenaba la Segunda Guerra Mundial y el Perú se alineaba junto a los aliados contra las potencias del Eje. Ello motivo a que fuera deportado, junto con otros alemanes. Su muerte acaeció en Loeben, en la Alta Silesia.

Principales obras

Die Ruinen von Tiahuanaco (1892), en colaboración con Alphons Stübel.
Pachacámac (1903).
La esfera de influencia del país de los incas (1908).
Las relaciones prehistóricas entre el Perú y la Argentina (1912).
Los orígenes de los incas (1912).
Die Ruinen von Moche (1913).
Die Muschelhügel von Ancón (1913).
Las fortalezas incaicas de Incallacta y Machupicchu (1917)
La arqueología de Arica y Tacna (1919).
Fundamentos étnicos y arqueológicos de Arica y Tacna (1922).
Los principios de las antiguas civilizaciones peruanas (1920).
Los principios de las civilizaciones en la sierra peruana (1920).
Las antiguas civilizaciones del Perú frente a la arqueología e historia del continente americano (1935).

John Rowe publicó en 1954, con auspicio de la Universidad de California, Berkeley y Los Ángeles, el libro titulado: Max Uhle, 1856-1944. A memoir of the Father of Peruvian Archaeology.. Este libro otorga información acerca de la vida y obra del sabio alemán, valora sus aportes teóricos e intelectuales relacionados con sus investigaciones arqueológicas y etnológicas en el antiguo territorio del Tahuantinsuyu (Perú, Chile, Argentina, Ecuador y Bolivia).

Rafael Larco Hoyle

Rafael Carlos Víctor Constante Larco Hoyle (Hacienda Chiclín, Trujillo, 18 de mayo de 1901 – Lima, 23 de octubre de 1966) fue un arqueólogo,investigador, escritor, ingeniero agrícola e historiador peruano. Hizo contribuciones fundamentales para el conocimiento de diversas culturas preincaicas del norte del Perú. Fundó el Museo Arqueológico Rafael Larco Herrera en 1926.

Larco Hoyle se dedicó a explorar los diversos parajes del Valle de Virú y Quebrada de Cupisnique, labor en la que sería acompañado por sus hermanos Constante y Javier Larco Hoyle, por su esposa, su hija y por su amigo Enrique Jacobs. De esas investigaciones se registró información sobre la asociación de áreas de sepulcros. Fue en el Valle de Virú donde en1933 descubrió la primera tumba conteniendo vasos cuya característica principal era la pintura negativa, identificándola como la Cultura Virú. En el mismo valle de Virú descubrió la Cultura Cupisnique en 1940.

Asimismo, estudió la Cultura Mochica localizada en el Valle Moche, que había sido descubierta por Max Uhle en 1909 (bajo la denominación de pre-Chimú), convirtiéndose entonces en uno de sus principales intereses. Para 1948, ya había estudiado a profundidad la cerámica de Mochica clasificándola en cinco fases, tomando como base ciertos criterios de forma y dimensiones de los picos, asas estribo y cuerpo, así como las decoraciones.

En 1941, en Pampas Jaguey identificó la Cultura Salinar, en la parte alta del valle de Chicama. A partir del estudio de los conjuntos funerarios postuló que Salinar marcaba la transición entre Cupisnique y el advenimiento de la Cultura Moche.

En 1953, debido a las exigencias del negocio azucarero, tuvo que instalarse en Lima, donde se asoció a otras especulaciones (Banco Comercial, Rayón Peruana S. A., Filamentos Sintéticos S. A., etc.). Trasladó entonces, con mucho cuidado, el museo Larco Herrera a dicha ciudad, para lo cual acondicionó una casona en el distrito de Pueblo Libre. Este Museo constituye una de las más valiosas riquezas culturales del Perú.

En el campo de la investigación arqueológica, la obra de Rafael Larco Hoyle ha sido de fundamental importancia, equiparable a la de otro gran arqueólogo peruano, Julio César Tello. De hecho, ambos deberían compartir el título de fundadores de la arqueología peruana.

  • Descubrió y estudió varios yacimientos arqueológicos, como Cupisnique, Queneto, Salinar, Virú, Pacopampa y Barbacoa, estudios que fueron de fundamental importancia para fijar la secuencia cronológica de las culturas peruanas
  • Demostró que la construcción del santuario de Chavín de Huántar, considerado como la cuna de la civilización andina por Tello, fue posterior a otros restos arquitectónicos de la costa, como el de Punkurí, y a la cultura Cupisnique. Llegó incluso a sostener que la alta cultura peruana se había originado en la costa norte y que de allí se había irradiado a la sierra, lo que contrariaba los postulados de Tello, considerado entonces la autoridad máxima en la materia.
  • Ahondó la investigación hacia períodos anteriores a la utilización de la cerámica (precerámico), hurgando las huellas de los recolectores y cazadores paleolíticos. Fue el primero en estudiar las puntas líticas de Paiján, encontradas profusamente en los alrededores de la localidad de dicho nombre.
  • Prestó preferente atención a la evolución de las culturas del norte peruano, especialmente la Mochica, identificando sus diversos períodos de manera científica, a base de los estilos y la técnica estudiados en la cerámica. Su estudio abarca desde el Precerámico hasta la irrupción incaica, pasando por las culturas Cupisnique, Salinar, Mochica y Chimú, entre otras.
  • Expuso la posibilidad de que existiera entre los mochicas un sistema primitivo de escritura sobre pallares.
Federico Kauffmann Doig

Federico Kauffmann Doig (Chiclayo, Perú, 20 de septiembre de 1928) es un antropólogo, arqueólogo e historiador peruano.

Estudios

Estudió en el Colegio Nacional Nuestra Señora de Guadalupe. Obtuvo los grados de doctor en antropología y doctor en historia en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos.

Ejerció los cargos de Director del Museo de Arte de Lima, Director General del Patrimonio Monumental y Cultural de la Nación y Director del Museo Nacional de Antropología, Arqueología e Historia del Perú. Actualmente, es catedrático en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos.

Ha realizado investigaciones en Chavín, Arequipa (Chucu), Nazca (Templo Pintado), Lima (Ancón); así como también en la región Amazónica, tanto en la cuenca del río Ucayali como en la del río Madre de Dios. Con particular detenimiento dedica su atención al conocimiento de la cultura Chachapoyas, como lo demuestra su monumental obra que sobre esta cultura ha editado la Universidad Alas Peruanas.

En 1988 dirigió la Expedición Guatemalteco-Peruana a la Laguna del Tigre, la que identificó 94 “montículos” o construcciones piramidales mayas en el Petén occidental, que permanecían totalmente desconocidas hasta entonces. Invitado por el sabio Mircea Eliade, participó en la edición de su Encyclopedy of Religion con un estudio sobre la espiritualidad andina.

Honores

Fue el primer antropólogo latinoamericano en recibir la “Medalla Neubergh”, que otorga Suecia por aportes en el campo antropológico

Propuestas

En 1962 Kauffmann formuló una hipótesis de trabajo sobre el origen de la cultura andina o peruana, conocida como la teoría aloctonista (aloctonismo significa lo que no es originario de su territorio). Cuestionando la teoría autoctonista de Julio César Tello (entonces la teoría oficial), Kauffmann propuso la existencia de un centro originario común para las altas culturas deMesoamérica (México y Centroamérica) y del área andina (Sudamérica). Ese centro estaría en la misma Mesoamérica, de donde se habría irradiado al territorio actual del Perú, en una época temprana (precerámico).

La posición de Kauffmann se basaba en varias premisas, como las siguientes:

  • Las culturas Chavín y Cupisnique, consideradas entonces las más antiguas del Perú (1.500 a 1.000 a.C.), no contaban con antecedentes en suelo peruano que explicaran su formidable florecimiento. Éste surgía de improviso, sin vislumbrarse arqueológicamente las fases de transición necesarias. Las evidencias del precerámico peruano parecían muy burdas y elementales como para considerarlas como antecedentes de una cerámica tan elaborada como la de Chavín y Cupisnique.
  • La teoría del origen selvático de la cultura Chavín sostenida por Tello era muy frágil. No parecía ser una evidencia consistente la representación de monos y felinos en el arte chavín.
  • De acuerdo al panorama cronológico de entonces, las primeras fases de la cerámica Olmeca (formativo mesoamericano) eran más antiguas que las de Chavín y Cupisnique (formativo andino). Es decir, la alta cultura mexicana era más antigua que la peruana.
  • El maíz es el alimento nuclear en toda América, pero la evidencia más antigua de su domesticación se halla en México.
  • Algunos elementos culturales presentes en el precerámico peruano, como la cerámica inicial o rudimentaria, los centros cultistas tempranos, el maíz primitivo, el tejido a telar, la iconografía en los mates decorados de Huaca Prieta, etc., podrían muy bien ser considerados como elementos “intrusivos” en el Perú de hace 3.000 a 4.000 años, es decir foráneos o venidos de afuera.

Esta teoría fue cuestionada por otros especialistas; algunos lo consideraron como un retorno a la antigua teoría de Max Uhle sobre el origen maya de la cultura peruana, ya refutada por Tello, aunque los argumentos de Kauffmann reposaban sobre consideraciones distintas. Lo que Kauffmann sostenía era que los elementos culturales que llegaron al área andina procedentes de Mesoamérica se hallaban todavía en una fase inicial de desarrollo (preludio del formativo), es decir todavía alejada del nivel de las posteriores culturas maya y azteca.

De todos modos, el mismo autor se encargó de señalar las limitaciones de su tesis, abandonándola definitivamente en 1976.

Otros estudiosos han planteado que el centro originario de las altas culturas americanas pudo haber estado en el Ecuador, donde se hallaron los vestigios de una antigua cultura con cerámica muy elaborada, la cultura Valdivia, con una antigüedad de 3.000 a.C., es decir más antigua que sus equivalentes del Perú y Mesomérica. Esta cultura se habría irradiado tanto hacia el Perú como a México, y ello debió originar en ambas áreas las bases de su respectiva civilización. Ello explicaría los elementos comunes de ambas culturas señalados por Kauffman y otros autores, replanteándose así, en lo esencial, la teoría aloctonista.

Publicaciones

Es autor de numerosos libros y monografías, publicados en diversos idiomas.

  • La expedición de Gonzalo Pizarro al Dorado y su hipotético paso por las ruinas de Chavín, en Órgano del Centro Federado de Letras – UNMSM. 1,1: 10-12, Lima 1953
  • Los estudios de Chavín. (Tesis universitaria sustentada en enero de 1955 y publicada en 1964)
  • Las Ruinas de Chopijirca (Vicos – Ancash), en Rev. del Museo Nacional, 25: 120-139, Lima 1956
  • Historia de la Arqueología Peruana, 131 p., Lima 1961
  • Origen alóctono de Chavín, en Origen de la cultura peruana: 49-65, Lima 1960
  • Chuquibamba y Churajón, en Letras 68-9, Lima1962
  • El Perú arqueológico. 258 p., Lima 1963
  • La cultura Chavín, 94 p., Lima 1963
  • Origen de la cultura peruana, 76 p., Lima 1963
  • Origen mesoamericano de Chavín, en Nuevo Corónica, 1: 148-159, Lima 1963
  • Los primeros peruanos, en Hombres del Perú, v. I, 56 p., Lima 1964
  • Naymlap, ave totémica de los antiguos lambayecanos, en La industria, 1º enero, Chiclayo 1964
  • Nuevas interpretaciones arqueológicas: origen alóctono de Chavin, en Peruanidad Nº 3, Lima 1964
  • La cultura Chimu, en Las grandes civilizaciones del antiguo Perú, t. IV, Lima 1964
  • Los estudios de Chavín, en Fénix 14, 145-249, Lima 1964
  • Guaman Poma, en Biblioteca hombres del Perú 5, Lima 1964
  • Tiahuanaco a la luz de la arqueología contemporánea, Lima 1964
  • Chuquimanco y Chincha, en Revista 2, 2, Universidad nacional Federico Villarreal, Lima 1964
  • Lo inca en la arquitectura colonial: el fenómeno huamanquino, en La universidad y el pueblo (seg. época) 3: 108-183, Lima 1965
  • Mochica, Nasca, Recuay, en la arqueología peruana, UNMSM. Lima 1966
  • La divinidad en la Estela de Raimondi. Nueva interpretación: ave vs. felino, en El Comercio, Lima 1967
  • Imagen de Chavín, 48 p., Lima 1967
  • El Perú Antiguo, en Historia General de los Peruanos, v.1, Lima 1969
  • La decoración en la cerámica Inca, en Copé 6:21-25, Lima 1972
  • El Perú arqueológico. Tratado breve sobre el Perú preincaico, Lima 1976
  • Comportamiento sexual en el antiguo Perú, Lima 1978
  • Sexo y magia sexual en el antiguo Perú, en Gran Enciclopedia del Perú; Ed. Lexus, Barcelona 1998
  • Placas cerámicas de la cueva de Chuco, Condesuyos, en Revista del Museo Nacional, Tomo XLVIII (1986-1987)
  • Divinidades del Antiguo Perú en escenas de connubio, en Revista del Museo Nacional. Tomo XLIX (2000)
Ruth Shady

Arqueologia del Peru
Ruth Shady – Arqueologia del Peru

Ruth Martha Shady Solís (Callao, Perú, 29 de diciembre de 1946), es una destacada antropóloga, arqueóloga y educadora peruana. Reconocida por su labor de revalorización y datación de Caral. Actualmente es catedrática de postgrado de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad Mayor de San Marcos.

Esta destacada arqueóloga estudió en la G.U.E Juana Alarco de Dammert. Ingresó a la Universidad Nacional Mayor de San Marcos en 1964, y realizó estudios en los programas de Antropología y Arqueología. Ha hecho pasantías de especialización en los Estados Unidos y Francia. De 1975 a 1984 se desempeñó como jefa de investigaciones en el Museo Nacional de Arqueología y Antropología, institución de la que fue directora en 1984.

Ha efectuado investigaciones en Végueta (Huaura), Maranga (Lima); Pacopampa y Chota (Cajamarca); Bagua (Amazonas). Estas últimas junto con el arqueólogo Hermilio Rosas LaNoire. Ha sido directora de la Escuela Académico Profesional de Arqueología de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos y becaria de investigación en la Dumbarton Oaks (Washington), durante los años 1992-1993. Ha estado dedicada, además de la investigación y la docencia universitaria, a dirigir el Museo de Arqueología y Antropología de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, entre los años 1997-2002, donde impulsó programas de difusión científica mediante exposiciones, conferencias y publicaciones. Fue Decana del Colegio Profesional de Arqueólogos del Perú en el período 2006–2007. Es coordinadora de la Maestría en Arqueología Andina de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos desde 2010, cargo que ocupó anteriormente entre 1999 y 2007. Es Presidenta del Consejo Internacional de Monumentos y Sitios – ICOMOS Perú

Al mismo tiempo que Egipto florecía a orillas del Nilo, 5.000 años atrás, una cultura similar en complejidad empezaba a despuntar al norte de Lima en Perú, donde los arqueólogos han encontrado los restos de la civilización más antigua de América. Según la doctora Ruth Shady, Caral es la cuna de la civilización peruana y la sede del primer gobierno estatal. Caral fue ocupada hacia el tercer milenio antes de Cristo por gente con un nivel cultural tan desarrollado, que la cronología que hasta el momento se tenía de nuestro pasado ha tenido que ser replanteada.

En 1994 Ruth Shady inició una prospección en el valle de Supe, con excavaciones en 1996, cuyos resultados publicó en 1997, afirmando abiertamente la naturaleza precerámica de la ciudad sagrada de Caral, y de la primera civilización andina. Esta afirmación fue nuevamente recibida con escepticismo y rechazo por parte de los arqueólogos. Sin embargo, con el avance de las investigaciones, y nuevas publicaciones, así como las varias y sucesivas decenas de pruebas de radio carbono 14, quedaría finalmente demostrada la antigüedad, originalidad y naturaleza acerámica de la civilización Caral.

En febrero del 2018 obtuvo el Premio Nacional “Por las Mujeres en la Ciencia 2018”, distinción organizada por L’Oréal, la UNESCO, la Academia Nacional de Ciencias y el Concytec. La premiacion es la más importante del país a científicas peruanas, cuyos aportes contribuyen a afrontar desafíos planteados a la humanidad con relación a las áreas de Ciencias de la Vida, Ciencias Básica, Ingeniería y Arqueología.

La pionera que desenterró los secretos de Caral

Ruth Shady Solís, reconocida como una de las arqueólogas más importantes del Perú, ha dedicado su vida a desentrañar los misterios de la Ciudad Sagrada de Caral, la civilización más antigua de América. Su incansable labor de investigación y su pasión por el pasado la han convertido en una figura legendaria en el mundo de la arqueología.

En 1994, Ruth Shady fundó el Proyecto Arqueológico Caral, dando inicio a una aventura que cambiaría para siempre nuestra comprensión del pasado prehispánico. Bajo su dirección, las excavaciones en Caral-Supe revelaron una civilización sin precedentes, con una arquitectura monumental, un sistema social complejo y una organización urbana avanzada que data de entre 3.000 y 1.900 a.C.

El trabajo de Ruth Shady no se limita a la investigación científica. Ella ha sido una líder incansable en la preservación y puesta en valor de la Zona Arqueológica Caral, promoviendo la educación y el desarrollo sostenible de las comunidades locales. Su visión multidisciplinaria, que vincula el patrimonio arqueológico con las poblaciones actuales, ha sido fundamental para el éxito de sus proyectos.

La trayectoria de Ruth Shady se extiende más allá de Caral. Ha dirigido proyectos de investigación en la costa, sierra y selva del Perú, profundizando en el estudio del desarrollo de las organizaciones sociopolíticas complejas en diferentes regiones del país. Su trabajo ha contribuido significativamente al conocimiento de las culturas prehispánicas y ha inspirado a nuevas generaciones de arqueólogos.

Ruth Shady es un ejemplo de dedicación, pasión y rigor científico. Su trabajo ha transformado nuestra comprensión del pasado prehispánico del Perú y ha abierto nuevas vías de investigación. Su legado continuará inspirando a las futuras generaciones de arqueólogos a explorar los tesoros que aún guarda nuestro suelo.

Publicaciones

  • Bagua: del periodo formativo en la cuenca inferior del río Utcubamba (1971);
  • Intensificación de los contactos entre sociedades andinas como preludio al movimiento Huari del Horizonte medio (1981)
  • La cultura Nievería y la interacción social en el mundo andino en la época Huari (1982);
  • La interacción regional durante la época Huari (1988);
  • Sociedades del nororiente peruano durante el formativo (1992);
  • La ciudad sagrada de Caral-Supe en los albores de la civilización en el Perú (1997);
  • La ciudad sagrada de Caral-Supe.
  • La organización de la civilización andina y la formación del Estado prístino en el Arcaico Tardío (2003),
  • Caral, la ciudad del fuego sagrado (2004),
  • La civilización de Caral-Supe: 5000 años de identidad cultural en el Perú (2005);
  • La ciudad sagrada de Caral: símbolo cultural del Perú (2006);
  • «Caral-Supe and the North-Central Area of Peru: The History of Maize in the Land Where Civilization Came into Being», en el libro Histories of Maize (2006)
  • «America’s First City? The Case of Late Archaic Caral», en la revista Andean Archaeology III (2006)
  • La tierra sagrada de Caral-Supe(2007):

 

Premios y reconocimientos
Premio Nacional por las Mujeres en la Ciencia 2018 de L’Oreal, Unesco y Consejo Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación Tecnológica (Concytec). 2019.4​
Reconocimiento, por parte de la BBC, como una de las «100 mujeres más influyentes e inspiradoras» 2020.5​

Michael E. Moseley

Michael Edward Moseley es un antropólogo norteamericano formado en la Universidad de Florida.

Fue director del proyecto arqueologico Chan Chan en el Valle de Moche, proyecto en el norte de Perú,  donde se realizaron estudios y excavaciónes de sitios urbanos y pre-urbanos en el Valle de Moche entre los años 1969 a 1975, y fue asesor del Instituto Nacional de Arqueologia de reconocimiento de Tiwanaku y de sitios relacionados en las tierras altas del norte de Bolivia en 1976 y desde 1978 hasta 1979. Fue director del proyecto de investigación, realizo mapeos y excavación de los sistemas de irrigación prehispánicos en el norte de Perú desde 1976 hasta 1980.

Moseley es científico senior de Programa Contisuyo, la exploración de los yacimientos arqueológicos en el departamento de Moquegua , en el sur de Perú , desde 1980 hasta la actualidad.

En 1975, Michael Moseley postuló la fundación sobre bases marítimas de la civilización andina (The Maritime Foundations of Andean Civilization) aunque el descubrimiento de Caral aún no se producía y las evidencias arqueológicas eran bastante más escasas que hoy en día. Este planteamiento contrastaba con el origen amazónico de la civilización andina postulado por Julio C. Tello.

Los descubrimientos de Caral añaden una nueva dimensión a una teoría propuesta por el arqueólogo Michael Moseley en los 70’s: que la civilización costera de Perú estuvo enfocada en el mar y desarrolló deforma independiente de las posteriores culturas de las montañas.

Algunas Publicaciones

Ortloff, Charles, and Michael Moseley. 2012. 2600-1800 BCE Caral. Ñawpa Pacha 32(2):189-206.

Stanish, Charles, Edmundo de la Vega, Michael Moseley, Patrick Ryan Williams, Cecilia Chávez J., Benjamin Vining, and Karl LaFavre. 2010. Tiwanaku Trade Patterns in Southern Peru. Journal of Anthropological Archaeology29:524-532.

Sandweiss, Daniel H., Ruth Shady Solís, Michael E. Moseley, David K. Keefer, and Charles R. Ortloff. 2009. Environmental Change and Economic Development in Coastal Peru between 5,800 and 3,600 years ago.Proceedings of the National Academy of Sciences 106(5):1359-1363.

Moseley, Michael E., Christopher B. Donnan, and David K. Keefer. 2008. Convergent Catastrophe and the Demise of Dos Cabezas. In The Art and Archaeology of the Moche: An Ancient Andean Society of the Peruvian North Coast, edited by Steve Bourget and Kimberly L. Jones, pp. 81-91. University of Texas Press, Austin.

Moseley, Michael E., Donna J. Nash, Patrick Ryan Williams, Susan D. deFrance, Ana Miranda, and Mario Ruales. 2005. Burning Down the Brewery: Establishing and Evacuating an Ancient Imperial Colony at Cerro Baúl, Peru.Proceedings of the National Academy of Sciences 102(48):17264-17271.

Williams, Patrick Ryan, Donna J. Nash, Michael E. Moseley, Susan deFrance, Mario Ruales, Ana Miranda, and David Goldstein. 2005. Los Encuentros y las Bases para la Administración Política Wari. Boletín de Arqueología PUCP 9:207-232.

Keefer, David K., and Michael E. Moseley. Southern Peru Desert Shattered by the Great 2001 Earthquake: Implications for Paleoseismic and Paleo-El Niño–Southern Oscillation Records. Proceedings of the National Academy of Sciences 101(30):10878-10883.

 

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