Fue hace dos años, y recordar la caminata al Cerro Campana ubicado en el distrito trujillano de Huanchaco es como si fuera hoy. Pues este tipo de actividades te dejan marcado en la memoria como para contarla una y miles veces por una serie de momentos y de conocimientos que logré en ella.
El caminar me permitió detenerme las veces que quise para observar y admirar una maravilla natural y cultural a tan solo 16 kilómetros de Trujillo (noreste) que rompe el espacio común que te da una ciudad.
El Cerro Campana es una loma costera única en el país por la diversidad de su flora y fauna que se une al entorno arqueológico de nuestros antepasados como los Moche y los Chimú.
Para llegar al Cerro Campana se puede acceder por dos vías, por el distrito de La Esperanza (altura del kilómetro 565 de la Panamericana Norte) o por Huanchaco pasando los totorales. En mi caso, fue por la segunda opción.
Son cuatro horas de caminata que se inicia en los arenales de un desierto que en un día soleado te mata sino estás protegido de una buena crema protectora de sol, de sombrero o gorro y sus litros de agua en la mochila.
Durante el camino podrás sentir el viento y mirar a lo lejos la montaña gris que se eleva, al cual llaman Cerro Campana por su parecido a una campana antigua colocada en el suelo. Dependiendo en la época que vayas, encontrarás un verdor incomparable. Lamentablemente no pude verlo por ir en primavera, dicen que la mejor época es el invierno.
Pero ello no fue motivo para dejar de apreciar su recorrido, acompañados de destacados científicos de la Universidad Nacional de Trujillo, en especial del biólogo Carlos Quiroz, quien te invita a enamorarse de este entorno, que no te dejas dudas del valor que tiene la naturaleza.
En el camino a la loma costera te encontrarás con huellas o heces de animales como el zorro costero, vestigios de cerámica y hasta plantas vulgarmente conocidas como cola o rabo de zorro que en caso se termine tus provisiones de agua, te servirán para la caminata de retorno y probar una te provocara más para saciar tu sed en el desierto.
Este hábitat está considerado un “laboratorio natural” por sus 230 especies de flora y cuatro que son especies únicas en el país. Asimismo, por tener frutos silvestres y medicinales que se expanden en toda la loma y cuyo cerro que lo encumbra se ubica a unos mil metros sobre el nivel del mar.
En este entorno su fauna también es variada entre reptiles, arácnidos, mamíferos, crustáceos y aves. El águila de pecho negro se impone en las cimas del Cerro Campana, que para Carlos Quiroz debería ser parte de la cultura trujillana por ser única y formar parte de nuestra identidad.
El especialista captó en un video hace unos años el vuelo de las águilas y una muy curiosa escena del juego del águila con una serpiente que fue colgada en la famosa red de video Youtube (http://www.youtube.com/watch?v=kc68QsawxNs).
Todas estas especies tanto de fauna y flora se unen a formas rocosas caprichosas como la existencia de un candelabro en una de las faldas del Campana, rocas con la forma del rostro de Cristo o de un puma que genera más de un enigma.
Y enigma es el Cerro Campana pues se le considera como un Apu mágico y religioso, donde los antiguos peruanos realizaban rituales e incluso sacrificios humanos de los cuales hay vestigios en la zona.
Y hace poco para el mundo de la arqueología fue presentado lo que sería el “Intihuatana Moche” por Régulo Franco responsable del proyecto Arqueológico El Brujo, que expresó a inicios de este mes que en el pico del Cerro Campana se halló un escenario donde se realizaba sacrificios humanos como ritual de hace mil años.
La naturaleza es divina, protegerla es un ideal. La irracionalidad del ser humano hace que este entorno también se encuentre en peligro por las canteras inescrupulosas de arena, el arrojo de concreto, las granjas de aves de corral y el hecho que a su alrededor esté considerado para la ejecución de la tercera etapa del proyecto Chavimochic, pese a los estudios de impacto ambiental que se planean.
Caminar es un deporte y realizarlo a campo abierto en el desierto, por dunas, arena, tierra y trepando el Cerro Campana te hace sentir libertad en medio de la naturaleza como para tomar conciencia que debemos protegerlo y conservarlo.
Dato
Una loma costera es un ecosistemas de condiciones ecológicas especiales con vegetación de diversos tipos y que reverdece durante el invierno gracias a la garúa. El lugar es especial para el turísmo científico.
(Escribe: Davinton Castillo – RPP)