Inscripción
El Sitio Arqueológico de Chavín (Perú) (C 330) fue inscrito en la Lista del Patrimonio Mundial de la Convención de la UNESCO de 1972, como bien cultural bajo el criterio (iii), en la 9ª Sesión del Comité del Patrimonio Mundial, realizada en París, Francia, el 6 de diciembre de 1985.
Significado Cultural
El Sitio Arqueológico de Chavín se ubica a 3180 metros sobre el nivel del mar en los Andes del norte del Perú, dentro de un estrecho valle rodeado por altas montañas, en la provincia de Huari, Región Ancash. Chavín fue un sitio ceremonial y de peregrinaje que, entre los años 1200 y 550 a.C., se convirtió en un gran centro de convergencia y diseminación ideológica, cultural y religiosa organizada alrededor de un culto animista que alcanzó gran difusión dentro de un territorio que hoy día comprende una extensa parte de la sierra, la selva alta y la costa norte y sur del Perú. Su antigua prestancia religiosa se expresa en el refinado estilo arquitectónico de sus templos y en el desarrollo local de un arte monumental de talla lítica y estelas que no tienen parangón entre ninguna de las manifestaciones culturales sudamericanas de su época.
Chavín es uno de los sitios prehispánicos tempranos más representativos del Perú y constituye la más importante expresión de las artes y técnicas decorativas y de construcción de su tiempo. Su configuración fue lograda por sucesivas construcciones a lo largo de mil años, alcanzando hacia los 900 a.C. su fisonomía monumental. Se conforma de un conjunto de edificios megalíticos, terrazas y plazas, destacando la plaza cuadrada y la plaza circular que precede a la notable Galería del Lanzón.
La arquitectura exterior de estos edificios denota una esmerada construcción. El cuerpo central del edificio más prominente, por ejemplo, estuvo revestido por grandes bloques rectangulares de granito blanco, dispuestos en hiladas superpuestas que alternan grosores distintos. El núcleo central de los edificios que conforman Chavín, estuvo dotado de un complejo sistema interno de galerías – aparentemente usadas en ceremonias de iniciación – complementados con una red de ductos de ventilación y canales de drenajes sin precedentes en América del Sur, siendo el Canal Rocas el de mayor envergadura, y el que en su largo recorrido cruza la plaza circular y la plaza cuadrada.
Para servir a los intereses del culto y ensalzar, al mismo tiempo, la magnificencia y belleza de los templos que le dieron acogida, se dispusieron numerosas tallas líticas que, invariablemente, representan a los seres sobrenaturales del culto Chavín. Se reconocen tres tipos básicos de tallas: esculturas en bulto, estelas y obeliscos. Las primeras están representadas, sobre todo, por efigies tridimensionales de cabezas humanas que alguna vez se exhibieron en los muros exteriores de los templos (cabezas clavas). Las estelas son losas tabulares esmeradamente cortadas y pulidas, con imágenes talladas en relieve hundido en una de sus superficies mayores. Su mejor exponente es la Estela Raimondi, de 1.98 metros de altura, que representa a un dios con báculos que antecede a la famosa imagen de la cultura Tiahuanaco. Finalmente, los obeliscos son monolitos grabados en derredor con la imagen de una antigua divinidad.
Su máximo representante, El Lanzón, todavía ocupa su posición original, en el centro de la galería cruciforme del Templo del Lanzón.
Los distintos atributos que distinguen al Sitio Arqueológico de Chavín – que incluyen el complejo diseño de sus templos, su prestancia arquitectónica y ornamental, belleza y prolijidad de su arte lítico y la amplia difusión que alcanzó el culto que auspiciaba – son testimonio del sorprendente desarrollo alcanzado por esta civilización prehispánica. Estos atributos demuestran, igualmente, lo elaboradas que llegaron a ser las estrategias de dominación ideológica esbozadas por líderes religiosos de sociedades andinas en épocas tan remotas como el primer milenio antes de Cristo. Chavín es, en consecuencia, un monumento único de significado universal.
Criterio (iii): El Sitio Arqueológico de Chavín, epónimo de una de las civilizaciones más antiguas de América del Sur, es un ejemplo excepcional de las creaciones arquitectónicas, tecnológicas y simbólicas de las sociedades precolombinas tempranas de los Andes peruanos. Su aspecto es imponente, con un conjunto de terrazas y plazas, sistemas complejos de galerías internas y decorados con diseños iconográficos antropomorfos y zoomorfos de extraordinaria belleza. Fue un importante centro de convergencia y diseminación ideológica, cultural y religiosa en torno a un culto extendido en un amplio territorio de los Andes.
Condiciones de Integridad y Autenticidad
Los límites del área protegida del Sitio Arqueológico de Chavín abarcan 14.79 hectáreas y engloban todos los elementos, características y valores simbólicos clave originales del complejo arquitectónico y de su evolución histórica, que transmiten su Valor Universal Excepcional. A pesar de que el sitio ha sido históricamente afectado por fenómenos naturales y alteraciones inducidas por la mano del hombre, la integridad del complejo formado por los edificios, plataformas y plazas, la planimetría, su diseño arquitectónico, las formas y materiales originales empleados en distintas etapas de su construcción, todavía se mantiene y es fácilmente distinguible. Las estructuras, galerías y otros espacios arquitectónicos preservan sus elementos y características primigenias incluyendo, en muchos casos, la iconografía y su arte lítico decorativo, revelando su uso y función original.
A pesar de que han transcurrido más de 2000 años desde su abandono, el Sitio Arqueológico de Chavín y su paisaje circundante no han padecido cambios substanciales. Las áreas vecinas, por ejemplo, evidencian la continuidad de prácticas agrícolas tradicionales. El factor más relevante que afecta la preservación e integridad del sitio es el medio ambiente, que ha deteriorado sus estructuras más representativas. Los daños más significativos han sido causados por terremotos (como el de 1970, que afectó toda la región circundante), y por grandes deslizamientos de tierras propiciados por el rebalse de lagunas glaciares (como el de 1945 que sepultó varias estructuras y barrió con muchas tallas líticas que las decoraban).
Las condiciones de autenticidad del Sitio Arqueológico de Chavín, expresada en su planificación territorial y su concepción arquitectónica, las formas y materiales constructivos y el diseño iconográfico, se han mantenido. Los elementos existentes en el sitio son testigos del excepcional diseño, desarrollo y síntesis estética del arte lítico de las lápidas, vigas, columnas, esculturas y otros que permanecen in situ, y muestran sus connotaciones ideológicas religiosas, el simbolismo y el significado ritual del complejo, así como el uso ceremonial y función de espacios y áreas arquitectónicas en particular. También representan la sociedad de Chavín y el proceso de evolución histórica que revela diferentes etapas de construcción y contextos culturales, debido a las funciones sociales continuas del sitio que finalmente dieron forma a sus edificios. Los hallazgos materiales producidos por excavaciones arqueológicas revelan la función del centro ceremonial como lugar de peregrinación frecuentado por antiguas poblaciones del norte y centro del Perú, en relación con el culto claramente visible en su iconografía arquitectónica y en la parafernalia religiosa que se encuentra en el sitio. Las investigaciones arqueológicas y las intervenciones de conservación desarrolladas en Chavín han sido ejecutadas por profesionales, manteniendo igualmente inalterados los espacios, estructuras y componentes del conjunto ceremonial.
Gestión
El marco legal de protección del Sitio Arqueológico de Chavín se remonta mucho tiempo atrás. La Ley N° 6634 de junio de 1929, que proclama inalienable e imprescriptible el derecho de la Nación sobre todos los monumentos históricos que preceden al tiempo del virreinato en el país, declaró a Chavín como Monumento Nacional; y la Ley N° 13457 de enero de 1941, como Parque Arqueológico Nacional y Centro de la Zona Arqueológica y Turística de la Provincia de Huari, departamento de Ancash. El 10 de noviembre de 1960, la Ley N° 13457 estableció claramente los linderos del área arqueológica, calculada entonces en 13.41 hectáreas; también decretó la creación de la Junta Provincial de Conservación y Supervigilancia de la Zona Arqueológica Chavín, encargada de cercar el sitio, promover el turismo y supervisar las investigaciones que se den en su interior. En agosto de 2007, la Resolución Directoral Nacional N° 1056/INC, declaró Patrimonio Cultural de la Nación al sitio y estableció una nueva área de protección de 14.79 hectáreas.
Actualmente, el bien se encuentra protegido por diversas normas, siendo las más importantes, la Constitución Política del Perú (artículo 21°) y la Ley N° 28296, Ley General del Patrimonio Cultural de la Nación, de julio de 2004.
Después de la inundación que enterró parcialmente a Chavín en 1945, se llevaron a cabo trabajos de protección, limpieza, preservación preventiva, investigación y preparación con la participación de varias instituciones y del Ministerio de Cultura.
Desde 1919 en adelante, muchos proyectos de investigación, principalmente patrocinados por universidades locales o extranjeras, han excavado las estructuras de Chavín y las han registrado de manera intensiva. Estos proyectos han proporcionado mucha información sobre el sitio arqueológico, por lo que es uno de los mejor documentados y comprendidos en el Perú. La terrible inundación de 1945 detuvo temporalmente el trabajo de investigación, obligando a las actividades posteriores a centrarse en la exhumación, la limpieza, la conservación preventiva y la estabilización de estructuras. Sin embargo, los trabajos de conservación continúan y el sitio no ha vuelto a enfrentar un percance mínimamente similar al de 1945.
De acuerdo a la normativa nacional, la protección y la gestión del Sitio Arqueológico de Chavín son responsabilidad del Ministerio de Cultura en nombre del Gobierno peruano. El Ministerio de Cultura ha desarrollado un plan de gestión donde se han programado los elementos necesarios para satisfacer las necesidades básicas y desarrollar los proyectos permanentes necesarios para proteger, preservar y restaurar el sitio en el marco de los esquemas de operación institucional. Además, las actividades de investigación y conservación son apoyadas por instituciones privadas.
Chavín continúa atrayendo muchos turistas hoy en día y últimamente su estrategia de exposición ha mejorado notablemente con la construcción del Museo Nacional de Chavín en el vecino pueblo de Chavín de Huántar. Este museo, construido con un importante aporte de la Agencia de Cooperación Internacional Japonesa (JICA) e inaugurado en el 2008, exhibe las piezas más representativas del arte lítico, finos objetos de cerámica y artefactos de otros materiales recuperados en el sitio. Resguarda otros bienes muebles de gran valor y belleza y asimismo, provee amplios espacios de almacenamiento para los objetos que serán recuperados y analizados en futuras investigaciones.
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