Parte de la magia que envuelve el hacer turismo en el Perú es la sorprendente cantidad de hallazgos y restos arqueológicos ubicadas en las cercanías de las principales ciudades del país. Tal es el caso del Templo de las Manos Cruzadas de Kotosh, ubicado a escasos 4 km de la hermosa ciudad serrana de Huánuco.
Con casi 4.000 años de antigüedad, Kotosh es uno de los primeros vestigios de civilización humana del Perú, y sin duda, uno de los más antiguos de América. El lugar consta de una serie de montículos piramidales entre los que destaca una pequeña habitación en las que trabajadas en barro y piedra, hay unas manos cruzadas que representan una de las primeras muestras escultóricas del ande peruano.
Por la antigüedad de los restos es difícil, hasta hoy, interpretar los ornamentos del templo: hay quienes creen ver en los dos pares de manos cruzadas hallados en el interior del recinto, el recuerdo de supuestos sacrificios realizados por los sumo sacerdotes a manera de ofrendas; otros, sin embargo, ven en las manos cruzadas un símbolo de protección contra los enemigos y hasta una representación de cierto nivel de comunión ritual.
En todo caso, se sabe, por la ausencia de restos de viviendas en los alrededores, que Kotosh no fue un lugar que aglutinaba una gran cantidad de habitantes y es de suponer que fue un lugar sagrado o de peregrinaje. Parte misma del paisaje huanuqueño, y peruano, Kotosh es un ejemplo palpable de los antiquísimos tesoros que guarda el suelo del Perú en cada uno de sus rincones.
KOTOSH, es considerado como uno de los templos más antiguos del Perú y de América, mas aun, uno de los sitios arqueológicos más importantes del Perú y evidencia de que la antigua civilización peruana estaba en tiempos remotos organizada en torno a Templos formando una sociedad compleja.
Kotosh cuenta con una antigüedad de aproximadamente 4000 años. Curiosamente, el primero en investigarlo fue el estudiante Javier Pulgar Vidal en 1934; un año después, el conocido arqueólogo peruano Julio César Tello encontraría una cantidad notable de fragmentos de cerámicas policromas perfectamente pulidas, además de restos óseos de animales y humanos. Esto llevaría a Tello a considerar a Kotosh como «el área cultural más importantes de los Andes Orientales». Pero es recién en 1958 cuando se monta una expedición de gran envergadura encabezada por los japoneses Seiichi Izumi y Kazuo Terada, quienes gracias a la Universidad de Tokio, inician las excavaciones en la huaca de Kotosh.
El área arqueológica de Kotosh, se encuentra ubicado en una pampa sobre el margen derecho del río higueras a 3 Km. al oeste de Huánuco. El nombre de Kotosh procede del quechua “Coto”, que significa montículo de piedras. Las construcciones más antiguas de Kotosh datan de alrededor del 2000 a.C. y siguieron viviendo allí hasta los primeros años de nuestra era.
KOTOSH-MITO
Al igual que en Kotosh en otros lugares del Perú se construyeron templos similares y aunque aún no se sabe cuál es el más antiguo, a todos ellos la arqueología los ha identificado como integrantes de la «Tradición Mito»: La Galgada se encontraron las construcciones casi idénticas (construcciones cuadrangulares con nichos, revoque fino, y doble pisos) otro sitio es Huaricoto con las construcciones ceremoniales asociadas con horno, situado en el Callejón de Huaylas; por tanto se presume una vinculación de tradiciones religiosas desde La Galgada hasta Kotosh, quienes posiblemente establecieron la red más antigua de intercambio de bienes y conocimientos en los andes peruanos.
Durante la época mito funcionaron en Kotosh, tres templos al mismo tiempo superpuestos en tres sub-fases, ubicados uno por encima del otro a modo de escalera. En total la altura de las tres plataformas suma 15 metros de altura. Pero no se usaron los mismos templos todo el tiempo.
La excavación del Templo de los Nichitos dio luces acerca del método de construcción: Primero, se preparo el piso y se construyo un fogón con ductos de ventilación, para luego esparcir tierra sobre las cenizas acumuladas alrededor del fogón. Finalmente, se termino el piso, los nichos y las paredes con enlucido. Aunque no se sabe durante cuanto tiempo funciono cada templo, es un hecho que fueron semidestruidos y enterrados con tierra y piedra, repitiendo el mismo proceso sobre el templo precedente en la nueva edificación. A esta forma de construcción se conoce como renovación del templo.
El más antiguo de todos los Templos Mito en Kotosh es el llamado Templo Blanco, pues sus muros están pintados de ese color. Pasado un tiempo enterraron los templos de esa época y se construyeron otros nuevos sobre los viejos, como el Templo de las Manos Cruzadas… Luego se enterraron estos templos y se construyeron otros nuevos: el templo de los Nichitos, construido sobre el Templo de las manos Cruzadas.
Ahora se aprecia que las construcciones: en piedra están bien confeccionadas con revoque fino de barro. Es cuadrangular mide 9.5 por 9.3 m y 2m de alto: toda su fachada y tiene una serie de nichos en las paredes. Con dos niveles de piso, uno de los cuales forma el piso bajo cuadrangular hundido en la parte central de la construcción. Hay un horno lleno de ceniza en el piso bajo. Toda la construcción estaba cubierta completamente con el revoque fino de color crema originalmente, aunque sólo se encontró conservado en la parte interior.
En la pared norte se encontró un par de relieves de barro los que representan dos brazos cruzados, derecho sobre izquierdo y por ello se nombro a este edificio el ¨templo de las Manos Cruzadas¨. En 1963, se encontró en la misma pared otro relieve similar, pero con el brazo izquierdo sobre el derecho. Las esculturas de las manos cruzadas son las más antiguas encontradas en el Perú. Algunos sostienen que representan la dualidad y complementariedad que para ese periodo ya estaba presente. El doble nivel del piso del templo también es tomado como expresión material del «dualismo» en este sitio. Construir los templos de Kotosh demandó de sus constructores una amplia fuerza laboral organizada, con división del trabajo y el concurso de mano de obra especializada (como albañiles, arquitectos y artesanos) que sin duda provino de los asentamientos próximos a este sitio.
Las investigaciones arqueológicas identificaron en las cercanías varias aldeas coetáneas, otros templos de la tradición Mito como Wairajirca y Shillacoto, que igual que Kotosh no tienen ninguna huella de la vida cotidiana y sugiriendo así el carácter público o ceremonial que merece el nombramiento de «templos».
Kotosh es una de las evidencias más antiguas de construcciones dedicadas a la actividad ceremonial o religiosa en el Perú, y la forma de sus templos y la disposición de sus elementos interiores definen al más antiguo movimiento religioso del antiguo Perú.
De las ceremonias que se realizaron en estos templos se sabe muy poco, pero se puede deducir por los restos encontrados por los arqueólogos al interior de los fogones que en dichos actos se incineraron vegetales en presencia de un reducido numero de personas (¿las más importantes?) quienes observaban desde la banqueta, el desarrollo del ritual realizado con un afán propiciatorio.
OTROS PERIODOS
A la fase Kotosh Mito le suceden en su cercanía nuevos edificios que albergarán a los pobladores de Kotosh hasta el año 1000 a.C. caracterizada por su cerámica de pintura post-cocción de colores rojo, amarillo y blanco. Esta es la de Kotosh Wairajirca. Y entre los años 1000 y el 700 a.C. se construyen nuevas estructuras y se produce un nuevo estilo en la cerámica, de pintura de grafito roja y también muestras de cerámica con diseño de maíz por eso se le considera a esta etapa Kotosh Kotosh.
La siguiente fase es Kotosh Chavín, caracterizada por la construcción de templos con piedras más grandes y elaboradas y por cerámica de un estilo nuevo, muy similar en forma e iconografía a la fase denominada Chavin clásico, de color negro y marrón brillante. Las fases mas recientes son Kotosh Sajarapatac y Kotosh Higueras. De esta última se encontró pendientes y agujas de cobre.
Desde ya, en kotosh, se mantiene el ritual que se produciría en las edificaciones mas recientes a esta que cuando se enterraba un templo no se le cubría simplemente con tierra. Las investigaciones arqueológicas han descubierto que un complejo ritual acompañó la despedida del templo viejo y la construcción de uno nuevo. A esta ceremonia se la ha llamado «enterramiento ritual», y se la ha practicado desde esa época hasta la llegada de los españoles en 1532.