El descubrimiento del Señor de Sipán, acontecido el 21 de julio de 1987, marcó un antes y un después en la historia del departamento norteño de Lambayeque en Perú, sostuvo hoy Walter Alva, director el equipo de arqueólogos que dio cuenta de dicho hallazgo.
“Era un tarde entre fría y cálida; Luis Chero y los arqueólogos que estaban trabajando conmigo así como los obreros habíamos pasado varios sucesos difíciles y estábamos excavando lo que parecía una tumba importante de la cultura mochica”, explicó.
Señaló que, en esas circunstancias, fue informado de que había algo interesante y se acercó a la tumba y comenzó a levantar un grumo de tierra que cubría parte de lo que parecía ser una máscara.
“Siempre hago memoria de este instante (…) brotaba de esa tierra una mirada y era exactamente una premonición, era el rostro en miniatura de oro de la orejera que representaba al mismo Señor de Sipán”, refirió.
“Fue un momento eterno que jamás olvidaremos quiénes estuvimos allí. Este pequeño equipo de arqueólogos, tratando de rescatar del olvido a uno de los hallazgos más importantes de la arqueología”, subrayó.
Dijo que no solo ha sido una experiencia científica sino también humana “que ha dejado sus profundas huellas en quiénes hemos estado involucrados en esta investigación.
Mencionó que a la fecha se han realizado 22 exposiciones de la tumba del Señor de Sipán con piezas originales y 18 exposiciones con réplicas en 18 países del mundo.
Indicó que desde su inauguración, en 2002, el museo Tumbas Reales recibió un millón 574,221 personas, entre los que figuran personalidades del mundo científico, jefes de Estado, autoridades eclesiásticas y delegaciones culturales de diferentes países.
Alva expresó que la conmemoración de los 25 años del descubrimiento es importante porque permite mirar en la perspectiva del tiempo lo que ha significado este hecho: las gestiones para la construcción del museo y el impacto en la arqueología, la identidad y el desarrollo de Lambayeque.
“Yo creo que lo más importante es que Sipán ha pasado a convertirse en el gran ícono de nuestra región y el Perú”, declaró.
“Sipán generó un gran impacto académico, impulsó la investigación arqueológica en el norte y un impacto en la colectividad regional con el sustento de la identidad y por supuesto un impacto económico al convertir a Lambayeque en uno de los destinos turísticos más importantes del país”, enfatizó.