TOMAS: Aires de grandeza

Cabalgata de Altura
La nostalgia, la loca idea de repetir una proeza de juventud, los juntó nuevamente en las pampas de Yauyos, treinta y dos años después. Ese día, la ilimitada geografía, la nívea luz del ande, que es especial encima de los 4,000 metros de altura, crearon el escenario para que los temerarios amigos reconstruyeran una historia de jinetes.

Era de mañana cuando descendimos de una camioneta todo terreno en este paraje extremo para dar comienzo a la cabalgata: la real, a caballo, conservada intacta en una alforja a través del tiempo; y la simbólica, la que se tradujo en un acto de colocación de un hito político en el abra de Negro Bueno, entre las regiones de Junín y Lima, para que los hijos yauyinos hagan libre uso de sus tierras y consoliden su derecho al desarrollo: ese que proyectan basado en la crianza de truchas, en el turismo; pero especialmente en la ganadería, porque en Tomas, su pueblo, las oportunidades también viajan a caballo.

Aires de grandeza

La travesía ganaba forma, buscaba fondo. Piedra a piedra quedó el hito entrelazado al compromiso de grandeza, de aprovechar los recursos paisajistas y la riqueza de la tierra que hoy cobija a una creciente población de alpacas. Son estos camélidos la base de la alimentación del lugar, sobre todo en el distrito de Tomas (3,540 msnm), el de mayor altitud entre los 33 distritos de la provincia de Yauyos.

Después de la ceremonia, y tras desafiar la enorme altura de la puna, enrumbamos a Pumacancha para el desayuno. En la estancia de Jaime Ríos, Inés Clemente servía con generosidad explícita su famosa patasca, preparada con maíz local y alpaca de su potrero, mientras detallaba con orgullo la vigencia de este platillo ancestral y delicioso.

Plato Integrador

Hubo ajetreo en torno al fogón. Un ir y venir de platos interminable. Jaime Ríos, quien, además de anfitrión, era el guía, repartía rocoto sin seguir un esquema. Se extravió al final, lo rebasó la demanda. Desde entonces todo giró en torno a la patasca, en su sabor equilibrado, en su capacidad de inclusión. Era justa y necesaria para mitigar el frío y como cuota extra de energía para soportar el periplo que estaba previsto y para el que Jaime sí tenía hoja de ruta.

Perspectiva
Perspectiva
➔ El Servicio Nacional
de Áreas Naturales
Protegidas (Sernanp)
celebró en Tomas
el 14 aniversario de
creación de la Reserva
Paisajística Nor Yauyos
Cochas.
➔ En Yauyos celebran
la próxima construcción
de tres corredores
alternativos a la
carretera Central, entreellos la ruta Cañete-
Lunahuaná-Yauyos-
Huancayo, pues
traerá desarrollo a sus
localidades.

De Pumacancha emprendimos el camino a Capillayoc, la estación del tren, que alberga un pasado minero que aún es tema de conversación entre los comuneros más antiguos. Continuamos. La cabalgata de casi 25 kilómetros, en forma de herradura, describía el potencial turístico poco explotado. El panorama se abrió en el valle de Paccha Pata, pero se cerró más adelante, cuando ingresamos en el paraje de Wicwe. Una pendiente, y otra más. Trotar sobre relieves e inclinaciones. Acá no hay planos inclinados, pero sí vértigo y se siente el soroche. Todo bajo el azul sin matices del cielo tomasino, donde el sol digita la intensidad de la luz a su antojo.

La sorpresa llegaría al toparnos con la catarata de Paccha Pata, cuyas cristalinas aguas le dan al lugar poco menos que la condición de paraíso. La belleza abruma, eriza, en este lugar, que es habitado por colonias de alpacas y algunas ovejas que se desplazan tranquilamente.

Abdías Delzo, tomasino de residencia huancaína, que también se animó a subir a caballo; aclara que son 12,000 cabezas de alpaca que representan el futuro de su pueblo. Avistamos más cataratas y la excitación retorna al cuerpo: Pongo, con casi 100 metros de caída, y Huarocopampa, un poco menos rumorosa, aportan sonido a esta sucesión de imágenes inolvidables. En los agitados remolinos que generan sus aguas, crecen truchas, por lo que la pesca, constituye un atractivo adicional para los futuros proyectos turísticos que se desarrollen.

Poderoso Charqui

En el paraje de Huarocopampa hicimos una parada. Los caballos debían descansar, nosotros más. Nos sirvieron shacta, un charqui de alpaca aderezado con ají, cebolla que se acompaña con cancha – tostada con yeso– y queso de vaca, que el presidente de la comunidad campesina de Tomas, Pedro Fernández Casas, describe con gran conocimiento.

Después de casi tres horas de recorrido y 45 minutos para estirarnos, retomamos la aventura, siempre ante la presencia permanente en el horizonte del cerro dominante de Tomas, el Caja Real.

Nos dirigimos a las estancias ganaderas de Singua Grande y Singua Chica, donde funciona la planta lechera y hay un área de pastos, con vacas y ovejas.

Cotoloma y Urpay Rumi vienen luego, y después Paticancha, donde vemos pequeños cultivos de papas para autoconsumo. Los diez jinetes pasamos raudos por Rumichaca, el pueblo de Tomas está cada vez más cerca y la emoción aumenta, al igual que el trote de los caballos sobre la pampa de Churura. Caminamos siguiendo al río Singua, rico en truchas, por lo que el desarrollo de piscigranjas para explotar esta riqueza es solo cuestión de tiempo.

El próximo paso fue Escalera Pata, cuyo tramo ha sido afirmado por los tractores, aunque conserva el nombre. Abdías Delzo nos recuerda que, aquí, la minera Dinamarca extraía oro y plata.

Pasamos por Quicachaca, sus estancias y cultivos. La estancia final de los vivos también: el cementerio, que precede al ingreso a la plazuela El Carmen, adonde llegamos por la puerta grande, a caballo, como es acá, porque Tomas es un pueblo ecuestre, como lo demostraron hace 32 años, Néstor Ruiz, Carlos Becerra, Wenceslao Huamaní, y el propio Jaime Ríos, que esta vez nos invitó chamis, un calientito para recordar el calor de la gente que vive en las alturas.

Agenda de viaje
◗ La zona de Yauyos, especialmente el sector norte, ofrece diversos atractivos. En Huancaya y Tomas hay impresionantes caídas de agua.
◗ En Laraos, el sistema preínca de andenería para el cultivo del maíz se mantiene vigente.
◗ En Miraflores y Tomas hay recursos ganaderos y agrícolas que se complementarán con el turismo.
◗ Los caballos en Tomas animan disputadas competencias de velocidad en la pampa de Siria.
◗ Cruzando el Arco de las Botas se accede al pueblo por la calle El Porvenir, que luce centenarios eucaliptos y un muro de piedra que separa al rumoroso río.
◗ La plazuela El Carmen está rodeada por empinados cerros rocosos, como el Uman Huarco, Tunshu y Chilca Chilca, en cuyas paredes –se dice– anidaban cóndores.
◗ Por la calle Lima se ingresa a la plaza principal de Tomas, donde se encuentra el palacio municipal, la nueva iglesia, el antiguo colegio secundario y la escuela de primaria.

 

Escribe: Gabriel Valdivia
Revista Lo Nuestro – El Peruano

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