“Encontramos estos flecos alrededor de la cabeza (…) El textil es un bien preciado en el mundo andino, cuando más tiene un individuo enterrado hay más status. Quizá tuvo jerarquía de rango medio”, explicó el jefe del proyecto arqueológico Pisquillo-Las Shicras, Walter Tosso.
Junto a este personaje se halló también restos de un animal, comida, semillas de algodón y hojas de una planta que podría ser coca, y que serán analizadas más adelante.
Los textiles que lo envolvían, en términos arqueológicos, estaban quemados, es decir, sufrieron un proceso de deterioro o carbonización tan severo que lucían como si hubieran pasado por un incendio, lo que nunca sucedió.
Sin embargo, esto no será impedimento para determinar, conforme avancen los estudios, lo que sucedió con dicha persona, que habría sido enterrada hace unos 500 años.
Además de este individuo otros dos son sometidos al proceso de desenfardado en la Casa de la Juventud de Aucallama, en la provincia de Huaral, centro de operaciones de los arqueólogos, antropólogos y dibujantes que participan en esta tarea.
Uno de ellos pertenece a un niño bastante pequeño, que fue enterrado con una suerte de túnica y tenía la cabeza cubierta. El tercer fardo será intervenido en las próximas horas.
“Es una labor tediosa en la que estamos trabajando un conjunto de personas con el fin de entender lo que fue la cultura Chancay. Es una labor muy paciente sobre la cual esperamos resultados”, manifestó Tosso.
El especialista aclaró que estos tres entierros no fueron sacrificios humanos de los Chancay. “No hay evidencia de ello, no hay posibles cortes por objetos filudos que hagan pensar en lo que usualmente se llaman sacrificios. Este no ha sido el caso”, enfatizó.
El sitio arqueológico Pisquillo está en el centro poblado de Palpa, del distrito de Aucallama. Tiene características monumentales y lo forman dos montículos denominados Las Shicras, del período arcaico tardío (2800-2000 antes de Cristo), conocidos como sector A.
En la parte inferior alberga un asentamiento arquitectónico Chancay (1110-1480 después de Cristo), llamado sector C, donde se hallaron los fardos.
Para el proyecto de investigación arqueológica se ha destinado más de un millón y medio de nuevos soles por parte del gobierno regional de Lima, que contempla desembolsar un total de cinco millones en la zona.