El Imperio Inca: origen mítico

También llamado Tiempo Sagrado, sus inicios se pierden en la leyenda de Manco Cápac, héroe fundador y modelo de la dinastía Cuzco. Dos leyendas locales atribuyen su fundación a su primer gobernante, un personaje legendario llamado Manco Cápac, junto a su consorte Mama Ocllo. En ambas se afirma que el lugar fue revelado por el dios Sol (Inti) a los fundadores después de una peregrinación iniciada al sur del Valle Sagrado de los Incas.

Manco Capac y Mama Ocllo, leyenda inca

El sol, viendo el estado penoso de los hombres, creó una pareja: Manco Capac el varón y Mama Ocllo, su esposa y hermana; les entregó un bastón de oro y les ordenó ir por el mundo para civilizar a los pobladores. Les encargó fundar una tribu, e implantar en él el culto al sol.

Manco Cápac y Mama Ocllo salieron de las espumas del Lago Titicaca, y avanzaron hacia el norte. El bastón de oro les serviría para encontrar el lugar ideal para la fundación del Imperio, pues en él se hundiría el bastón hasta desaparecer.

Decidieron separarse, marchando Manco Capac al norte y Mama Ocllo al sur del valle, para convocar a la gente y someterla. Los habitantes de todo el valle no tardaron en reconocerlos como seres sobrenaturales. Después de un largo recorrido, el cetro se hundió en el cerro Huanacauri. Manco Capac y Mama Ocllo se establecieron allí.

Manco Capac mandó a los que estaban con él instalarse en la parte alta del valle, que se llamó Hanan Cuzco; y Mama Ocllo colocó a los suyos en la parte baja o Hurin Cuzco. Ambos ayudaron a mejorar el lugar; enseñaron a los hombres que allí vivían a trabajar la tierra y a construir canales. A las mujeres Mama Ocllo les enseñó a coser, cocinar y hacer telares.

Los hermanos Ayar

La leyenda de los hermanos Ayar es, probablemente, la que mejor explica la llegada de los grupos humanos al Cuzco. Recogida en el siglo XVI por el cronista Juan de Betanzos (seguramente a partir de los datos proporcionados por los parientes indígenas de su mujer), se cree que ofrece informaciones excepcionales por venir directamente del seno de la élite inca.

La leyenda de los hermanos Ayar cuenta cómo, después de que Viracocha ordenara la creación del mundo, cuatro parejas (conformadas por cuatro hermanos y sus respectivas esposas), salieron de la cueva de Pacaritambo (Casa del AmanecerCasa de la Producción). Estas parejas fueron: Ayar CachiMama HuacoAyar UchuMama IpacuraAyar AucaMama Rahua; y, finalmente, la más importante de ellas, Ayar MancoMama Ocllo.

Los hermanos, de acuerdo con este relato, salieron lujosamente vestidos y se dirigieron al cerro Huanacaure, en cuyas faldas sembraron papas. Una vez que estuvieron allí, Ayar Cachi, lanzó unas piedras con su honda, quebrando cuatro cerros. Temerosos ante la fuerza de Ayar Cachi, lo encerraron en Pacaritambo y regresaron a Huanacaure. Tras vivir durante un año en este lugar, estos personajes singulares se dirigieron al Cuzco, hasta que al final abandonaron a Ayar Uchu en Huanacaure.

Este se dirigió finalmente hacia el Sol (Inti), quien le ordenó, a su vez, que Ayar Manco cambiara su nombre por el de Manco Cápac. Una vez transmitida la orden, el abandonado Ayar Uchu quedó convertido en un ídolo de piedra.

Por eso, al Cusco llegaron únicamente Manco CápacAyar Auca y las cuatro mujeres. Todos ellos se establecieron en el lugar, después de que Alcaviza, jefe de los pobladores cusqueños, los reconociera e identificara como hijos del Sol. Una vez en el Cusco, construyeron una casa en el lugar donde se encuentra el Coricancha y se dedicaron a sembrar maíz.

Investigaciones sobre los mitos fundacionales del Cuzco

Al respecto de los 2 mitos fundacionales, la leyenda de la pareja fundacional (Manco Cápac y Mama Ocllo), surge posterior a la entronización de Pachacutec, pues relaciona una huaca pan-andina, como lo es el Lago Titicaca, con la fundación del Cuzco. Garcilazo tradujo el mito planteando una pareja que llegó para civilizar a pueblos bárbaros enseñándoles nuevas tecnologías; el hecho real es que actualmente se sabe que el área central andina ya poseía avances tecnológicos milenarios que fueron difundidos por los estados panandinos Huari y Tiahuanaco, y que ya eran de conocimiento de los pequeños pueblos que habitaban la zona del Cuzco.

Si bien ambos mitos narran un éxodo poblacional buscando tierras fértiles, sólo el mito de los hermanos Ayar narra la petrificación de personajes y éste último relato es muy recurrente en otras etnias del área central andina.3

Sobre la ubicación de las cuevas, Bingham en 1912 comisionó a George Eaton para ubicar las ventanas de Tambotoco, teniendo en cuenta que todavía existe el poblado de Pacarictambo pero la búsqueda de Eaton no encontró las cuevas. Luego en 1945, Jorge Muelle, Luis Llanos y César Lobón recorrieron Mollebamba buscando el sitio de Guaynacancha (en el distrito de Pacarictambo), ahí asoció un grupo de cavernas cerca del peñón de Puma Orqo con las cuevas de Tambotoco. Posteriormente Gary Urton aportó investigaciones sobre el poblado de Pacarictambo, afirmando que fue trasladado en tiempos de la colonia y que era muy posible que su ubicación original hubiese sido cercano a las ruinas de Maukallajta, cercana al sitio encontrado por Muelle, Llanos y Lobón en 1945.

En general, el relato de los hermanos Ayar nos muestra a un hombre guerrero (Ayar Auca) y a una mujer guerrera (Mama Huaco), dando una visión distinta a la de Garcilazo, en donde el rol femenino está dedicado al tejido, la cocina y el cuidado de los infantes; éste mito narra un hecho ocurrido durante una de las tantas batallas para posesionarse del Cuzco, en la que Mama Huaco hiere a un hombre luego le abre el pecho y sopla sus «bofes» haciendo que la gente de Acamama huyera temerosa

 

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