Inscripción
La Ciudad del Cusco (Perú) (C 273) fue inscrita en la Lista del Patrimonio Mundial de la Convención de la UNESCO de 1972 como bien cultural bajo los criterios (iii) (iv), en la 7ª Sesión del Comité del Patrimonio Mundial, realizada en Florencia, Italia, el 9 de diciembre de 1983.
Significado Cultural
La Ciudad del Cusco fue la capital del Imperio del Tawantinsuyu que a principios del siglo XVI se erigió como el imperio territorial más extenso de la América precolombina, abarcando poco más de 900000 km² que hoy se distribuyen en seis países sudamericanos (Argentina, Bolivia, Chile, Colombia, Ecuador y Perú).
Ubicada a 3400 metros sobre el nivel del mar en el corazón de los Andes centrales de América del Sur, en un fértil valle aluvial alimentado por varios ríos, la Ciudad del Cusco atestiguó su primera gran transformación, posiblemente alrededor del año 1410, bajo el gobierno de Inca Pachacuteq (Tito Cusi Inca Yupanqui), noveno regente de la dinastía inca en el siglo XV, quién la rediseñó y remodeló después de un proceso de ocupación que ya sumaba más de 3000 años, reconfigurando la capital del Imperio del Tawantinsuyu. Su segunda gran transformación ocurrió a partir de noviembre de 1533, cuando el conquistador Francisco Pizarro y sus huestes tomaron y ocuparon la ciudad, transformándola luego en uno de los centros del poder español más importante de los Andes sudamericanos.
La ciudad imperial de los incas que concibió Pachacuteq fue diseñada como un complejo centro urbano con funciones religiosas y administrativas perfectamente definidas, distribuidas y organizadas en sectores y componentes precisos. Los edificios religiosos y de gobierno se erigieron cerca de las exclusivas residencias de las familias reales, conformándose un ensamble urbano-monumental simbólico sin precedentes en la América precolombina. La suntuosidad de los edificios se engrandeció mediante el uso de una técnica constructiva en piedra con propiedades estéticas y estructurales excepcionales. Con esta técnica se levantaron los edificios más representativos de la ciudad, tales como el Qoricancha (Templo del Sol), el Acllawasi (casa de las escogidas del Inca), el Puka Marca (Palacio de Tupaq Inca Yupanqui), el Palacio de Inca Roca, el Sunturcancha, el Kusicancha y una serie de edificios muy finamente acabados que dan forma a la ciudad como una unidad indivisible del urbanismo inca. La ciudad real estaba claramente segregada de las áreas de producción agrícola, artesanal e industrial, así como de los vecindarios circundantes. Los patrones y edificios prehispánicos que dieron forma a la ciudad imperial de los incas, son visibles hoy en día.
Después de la conquista hispana en el siglo XVI, los nuevos vecinos europeos conservaron la estructura urbana de la ciudad imperial de Cusco, erigiendo templos, monasterios y casas señoriales sobre sus construcciones de piedra. Las nuevas edificaciones evidenciaron mayoritariamente un estilo barroco enriquecido con adaptaciones locales, que crearon una configuración mixta única y de alta calidad que representa la yuxtaposición inicial y la fusión de períodos y culturas diferentes, así como la continuidad histórica de la ciudad. El notable sincretismo cultural de la ciudad no solo es evidente en su estructura física sino también en las expresiones artísticas del virreinato. La Ciudad del Cusco se convirtió en uno de los más importantes centros de creación y producción de arte religioso a nivel continental. Este sincretismo se expresó también en las costumbres y tradiciones de la población, muchas de las cuales aún conservan sus orígenes ancestrales.
A través de su rica y compleja historia, tejida con eventos significativos y hermosas leyendas, la Ciudad del Cusco ha mantenido un notable y coherente ensamble, y hoy día constituye una sorprendente amalgama de la antigua capital inca y la ciudad colonial. De la primera preserva impresionantes vestigios, entre los que destacan aquellos que definieron su traza original, organizada alrededor de dos plazas, calles rectilíneas y estrechas enmarcadas por muros de granito o andesita meticulosamente cortadas, y el concepto de la cancha inca (unidades de vivienda); asimismo, importantes edificios residenciales y religiosos, como el Qoricancha o Templo del Sol. De la ciudad colonial, se conservan las casas recién encaladas y los techos de tejas, numerosos conventos y las maravillosas iglesias barrocas en cuyo diseño se conjugó la casi imposible fusión de los estilos europeos Plateresco, Mudéjar o Churrigueresco con modelos propios de la tradición inca.
Criterio (iii): La Ciudad del Cusco es un testimonio único de la antigua civilización inca, núcleo del gobierno imperial del Tawantinsuyu, que ejerció control político, religioso y administrativo sobre gran parte de los Andes sudamericanos entre los siglos XV y XVI. La ciudad representa la suma de 3000 años de desarrollo cultural indígena y autónomo en los Andes del sur peruano.
Criterio (iv): La Ciudad del Cusco ofrece un testimonio único de los logros urbanísticos y arquitectónicos de importantes asentamientos políticos, económicos y culturales durante la era precolombina en América del Sur. Es un ejemplo representativo y excepcional de la confluencia de dos culturas distintas, inca e hispana, que a lo largo de los siglos consolidaron un extraordinario sincretismo cultural y configuraron una estructura urbana y una forma arquitectónica únicas.
Condiciones de Integridad y Autenticidad
La Ciudad del Cusco mantiene la organización espacial y la mayoría de los edificios que datan de la antigua capital del Imperio inca y del virreinato. A lo largo de sus calles y plazas, muestra sus características urbanas y arquitectónicas originales. A pesar del crecimiento urbano, son reconocibles los sectores que conformaron la antigua ciudad imperial, incluyendo sus antiguas estructuras de piedra y su avanzada técnica constructiva. Dichas estructuras definen y encierran calles y canchas (unidades de vivienda), sobre las que se levantaron casas, monasterios y templos de las épocas virreinal y republicana que conservan intactos sus componentes arquitectónicos y las obras de arte que guardan en su interior. Todo este valioso conjunto de atributos se puede encontrar inalterado dentro del área delimitada, manteniendo su integridad estructural, material y urbana.
Uno de los principales factores que amenazan periódicamente la integridad de la ciudad es la actividad sísmica, como la de 1950, que deterioró muchos edificios culturalmente valiosos.
De allí en adelante se han restaurado progresivamente muchos monumentos y ambientes urbanos monumentales y la ciudad ha ido recuperando gran parte de su fisonomía urbana y patrimonial.
La autenticidad de la Ciudad del Cusco se sustenta en la evidencia física de su composición urbana en calles y plazas, su diseño original, los valores urbanos y arquitectónicos, el uso del espacio y la arquitectura inca y colonial. Estas características son testimonio de la importancia de Cusco como centro del poder político y de su simbiosis con asentamientos coloniales y patrones de ensamblaje del siglo XV, lo que nos permite comprender más claramente a la ciudad y sus procesos históricos. La originalidad y la autenticidad del sitio también están respaldadas por documentos del siglo XVI recopilados por testigos directos desde la conquista hispana. Los factores que amenazan los atributos de la Ciudad del Cusco no han afectado la autenticidad de sus elementos básicos. Asimismo, se están adoptando medidas para gestionar adecuadamente el desarrollo turístico que represente un riesgo a la preservación y a la capacidad funcional de los edificios antiguos.
Gestión
La Ciudad del Cusco ostenta la condición de Patrimonio Cultural de la Nación en la categoría de zona monumental, conforme a lo dispuesto en la Resolución Suprema N° 2900 de 1972. Esta resolución establece el ámbito de protección del casco histórico, aunque no precisa la extensión de su zona de amortiguamiento. Según esta misma norma, todas las calles del área delimitada poseen la categoría de ambiente urbano monumental y 103 inmuebles con valor histórico han sido identificados y registrados en la categoría de monumento. Este patrimonio se encuentra protegido por la Constitución Política del Perú (artículo 21°), y por la Ley N° 28296, Ley General del Patrimonio Cultural de la Nación de julio 2004, entre otras normas.
El Ministerio de Cultura del Perú y la Municipalidad Provincial del Cusco son los principales responsables de la conservación y gestión del bien y realizan permanentemente trabajos de evaluación, registro, protección, supervisión y control urbano. Ambas instituciones son responsables de aprobar y autorizar las obras en la ciudad y, asimismo, participan activamente en programas y proyectos de conservación y restauración del patrimonio cultural.
Después del terremoto de 1950, se iniciaron intervenciones de recuperación y restauración de monumentos arqueológicos e históricos de la Ciudad del Cusco. Estas continuaron desde 1973 en adelante, a través de diversos proyectos apoyados técnica y financieramente por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y el Estado Peruano. Los proyectos contemplaron la capacitación de especialistas para mejorar el nivel técnico y herramientas avanzadas para las tareas de conservación. En los últimos años, la Ciudad del Cusco ha crecido notablemente en la elaboración del catastro e inventario de bienes monumentales, así como en la declaratoria de inmuebles con valor histórico.
El Plan Maestro del Centro Histórico del Cusco, que es fundamental para su protección, ha sido actualizado y aprobado mediante Ordenanza Municipal N° 24-2018-MPC del 25.09.2018. Complementariamente se cuenta con el Plan de Desarrollo Urbano de la Provincia de Cusco 2013-2023 aprobado por la Municipalidad Provincial de Cusco con Ordenanza Municipal N° 032-2013-MPC, del 22.10.2013. Ambos instrumentos de gestión contienen estrategias y medidas reglamentarias de acuerdo a pautas y lineamientos precisos para garantizar la protección y la sostenibilidad de la conservación de la propiedad.
Descripción
Ubicada al sur de los Andes peruanos sobre los 3,400 msnm, Cusco fue el centro hegemónico del imperio de Tahuantinsuyo y el centro urbano más importante del antiguo Perú en esta época.
La urbe, fundada por el Inca Manco Capac, se conformaba de amplios palacios, templos y canchas (viviendas), con calles y plazas, rodeada de extensas áreas para la agricultura, la artesanía y la producción pre-industrial, alcanzando su mayor desarrollo durante el reinado del Inca Pachacutec en el siglo XV.
Cuando los españoles conquistaron el Imperio Incaico en 1534, fundaron y construyeron la ciudad española sobre los recintos y construcciones Inca, las cuales aún se pueden apreciar.
A pesar del paso del tiempo y convertida en una de las ciudades más atractivas para el turismo en América Latina, Cusco mantiene un ensamble monumental destacado y la coherencia de su traza urbana; sus calles intercalan con el mismo magnetismo, construcciones coloniales y muros incas, iglesias y templos paganos, sitios arqueológicos y haciendas campestres.
La ciudad de Cusco fue inscrita en la Lista del Patrimonio Mundial en el año 1983 bajo los criterios (iii) y (iv) de la Convención.