Cuando pensamos en la grandeza de nuestro pasado precolombino, de inmediato se nos viene a la mente Machu Picchu y la imponente arquitectura y organización política y económica Inca.
Pero el Perú milenario, lo sabemos, fue mucho más rico: la cultura Inca es, quizás, la síntesis de todo un complejísimo desarrollo cultural que, hasta donde sabemos hoy, se inició hace unos 4 mil o 5 mil años con Caral, y luego continuó con Chavín, Paracas, Mochica, Nazca, Wari, Chimú y otras civilizaciones andinas y costeñas.
Poder conocer esas culturas en sus espacios primigenios es un privilegio que los peruanos (y extranjeros) debemos imponernos, pero, lo sabemos, muchas veces no es posible.
Para suplir estas lagunas de conocimiento se crearon los museos. En Lima hay algunos espacios que resultan síntesis logradas de nuestro pasado, como el Museo Larco. Pero en Cusco, lugar al que llega la mayoría de turistas que visita nuestro país, espacios así no existían… hasta que el Museo Inkariy, ubicado en el Valle Sagrado, abrió sus puertas en junio del año pasado.
MUSEO MÉRIDA
El Museo Inkariy es una iniciativa privada de la familia Mérida, ese grandísimo apellido cusqueño que tuvo en don Edilberto Mérida (1927-2009), nombrado Patrimonio Cultural Vivo de la Nación en 2002 y reconocido con la orden “El Sol del Perú” en 2007, a su más grande representante.
Don Edilberto fue el creador, con sus figuras de barro, de un estilo al que se le llamó “expresionismo indio”, y que lo convirtió en uno de nuestros más grandes artistas del Siglo XX. Tan fuerte fue su impronta que su hijo Edgar y sus nietos siguieron su ejemplo y nunca se desligaron del arte, donde también destacaron.
Ellos se asentaron en Lima, donde desarrollaron su carrera con éxito y reconocimiento, pero elamor por sus raíces y su terruño pudo más y hace algunos años decidieron volver a Cusco, pero no solo a vivir sino a crear, como sus antepasados, cultura, conocimiento, desarrollo.
Así abrieron el año pasado el Museo Inkariy. Pero, oh sacrílegos, no quisieron hacer solo un espacio Inca sino uno que significase un recorrido por las principales civilizaciones de nuestro pasado precolombino. La idea es estupenda, pero no ha sido bien vista por algunos cusqueños, para quienes solo existe lo Inca. Esto, y que el símbolo que distingue al lugar no sea una deidad ‘cusqueña’ les ha traído problemas, juicios de por medio, a los Mérida.
Esta deidad tiene 11 metros y, quizás, rompe con la armonía del hermoso Valle Sagrado, pero este es un detalle subsanable que no debería significar el cierre de un lugar, una iniciativa 100% privada que resulta muy valiosa para nuestra siempre olvidada cultura.
Pero volvamos a las cosas buenas: El museo está dividido en ocho salas, donde se han recreado escenas icónicas de la vida en Caral (una escena musical), Chavín (el culto a las deidades del Lanzón monolítico), Moche (el trabajo de sus orfebres), Paracas (el entierro de sus muertos), Wari (su faceta guerrera), Nazca (sus famosas líneas) e Inca (la corte cusqueña). Las escenas son tan realistas que uno siente, de verdad, que participa de esos ritos.
Los Mérida han trabajado con mucho rigor histórico: su principal asesor es el arqueólogo Bruno Alva. Y no solo eso, su museografía es moderna, clara, muy didáctica y se aleja de todos los clichés telúricos que tanto abundan en los muchos y malos museos que tenemos.
Inkariy también desea convertirse en un centro cultural, donde se desarrollen actividades paralelas como congresos, conferencias, conversatorios, conciertos, presentaciones de libros y más… y todo a costo cero para el Estado.
El museo aún no es autosostenible –se necesitarían unas 100 visitas por día y hoy, en sus mejores jornadas, llegan 50 personas– y es subsidiado por la familia Mérida, quienes han vendido todo lo que tienen para sacar adelante su proyecto.
El mito del Inkariy dice que más pronto que tarde este señor regresará a poner orden al caótico mundo. Por lo pronto, los Mérida solo piden que los dejen trabajar. Con ciudadanos conocedores y amantes de su pasado y su cultura, el caos se acabará.
TENGA EN CUENTA
MUSEO INKARIY
Lugar: Kilómetro 53 de la Carretera Cusco-Urubamba, Calca, Cusco. Horario: De L a D, 10 a.m. a 6 p.m. Entrada: 30 soles. Informes: 984-904-432. Visite: www.museoinkariy.com
DATO
Don Edilberto Mérida, el patriarca de la familia, fue declarado Patrimonio Cultural de la Nación en 2002 y recibió la Orden del Sol en 2007.