A 2,8 km al norte de la ciudad de Huamachuco se encuentra Wiraqochapampa, uno de los sitios arqueológicos más importantes y enigmáticos de la región. Emplazado sobre un área relativamente plana a 3050 m.s.n.m., abarca aproximadamente 33 ha. Wiraqochapampa presenta una planta casi cuadrada definida por cuatro muros perimétricos que alcanzan hasta un ancho de 1,8 m. La planificación del sitio revela que está dividido en dos grandes sectores por una avenida central de 5 metros de ancho que cruza el sitio de Sur a Norte.
Los edificios que conforman Wiraqochapampa están formados por esquinas rectas de 90 grados y se arreglan en conjuntos arquitectónicos principalmente con galerías y salones con nichos, los cuales encierran patios internos.
La misma distribución orinal de sus áreas hace que el sitio arqueológico pueda ser dividido en nueve sectores. De todo ellos, los que se encuentran en el centro del asentamiento y próximos a la avenida principal, son los más densos en edificios.
La historia de Wiraqochapampa es corta pero no menos importante dado que fue un centro urbano que nunca fue terminado ni ocupado para la finalidad que fue construido. Su origen se ubica entre los años 650 d.C. y 800 d.C., dentro del contexto de la influencia Wari en la región. No se conoce el rol que pudo haber tenido en esos tiempos ni la razón de parecer un enclave. En su relación con las sociedades de Huamachuco no parece haber sido militar o conflictiva, aunque se requiere de mayor investigación.
Los primeros interesados como viajeros que visitaron Wiraqochapampa coincidieron que las características arquitectónicas fueron resultado de una planificación concebida solamente por especialistas en arquitectura e ingeniería de la época Inca, como lo sostuvo Max Uhle. Charles Wiener publicó un plano del sitio aunque no con la exactitud de lo que se conoce ahora; poco tiempo después lo hizo Ernst W. Middendorf, quien sugirió que fue construido en la época colonial temprana por los españoles.
Theodore McCown en 1945 elaboró un plano bastante próximo a la realidad y se puede apreciar su correspondencia con una foto aérea de 1962. Pensaba que el sitio era de la época incaica mientras que John Rowe y otros investigadores de su tiempo, vincularon a Wiraqochapampa con Pikillaqta del Cusco, sitio al que también se le adjudicaba una datación incaica. McCown, en sus excavaciones no pudo encontrar evidencias que modifiquen esta hipótesis, de modo que el sitio fue considerado una construcción incaica hasta la década del 60’ en que, sobre todo por comparaciones con Pikillaqta y Wari, se llegó a la conclusión de que era un asentamiento pre inca de la época Wari.
Luego de varias temporadas de excavaciones en distintos sitios como Marcahuamachuco, Cerro Amaru, Cerro Sazón y Wiraqochapampa, el investigador John Topic señala, a modo de balance general, que las funciones principales de Marcahuamachuco habrían estado ligadas a lo ceremonial, sin algún tipo de coerción política y/o militar en la región; por extensión, esto invalidaría la presencia de una organización tipo imperial Wari. Desde este punto de vista, Wiraqochapampa también fue señalado como un centro ceremonial de menor escala que estaba en proceso de construcción. Dicha postura se sustenta en las características de la arquitectura como los salones con nichos, que fueron interpretados como áreas especiales de actividades rituales asociadas básicamente al culto a los ancestros.
Fuente: Unidad Ejecutora 007