Cultura Salinar

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CULTURA SALINAR

Cerámica Salinar
Cultura Salinar
Cultura Salinar

La cultura Salinar fue descrita por primera vez por Larco (1944), quien basado en la parafernalia de tumbas procedentes de las cercanías de la jurisdicción de Pampas de Jagüey. Dentro de su propia terminología, la definió para el final de la época “Evolutiva”, indicando, superposiciones estatrigráficas de una clara secuencia Cupisnique, Salinar Moche.

Al referirse a esta conformación social Larco manifiesta: «La Cultura Salinar que me cupo descubrir en el valle de Chicama muy cerca de los cementerios de la cultura Cupisnique. Pronto encontramos superposición de tumbas Salinar sobre Cupisnique y Mochica sobre Salinar, estableciendo la secuencia cronológica de estas culturas» (Larco 1996 : 85).

El autor atribuye la identificación basado en el aspecto estilístico que presenta la cerámica Salinar, teniendo en cuenta también los factores de enterramiento; observó una reducción a los intereses cultistas y un mayor incentivo por el arte, cronológicamente se le asigna en el siglo V al II antes de Cristo. (Idem.)

La carencia de estudios sobre la sociedad Salinar en el valle Chicama, exigen un entendimiento global de su manifestación cultural y material y a partir de ésta, su cultura espiritual, siendo necesario explicar su organización social a partir de la evidencia arquitectónicas en otros valles.

Desde épocas tempranas ya observamos un manejo del espacio, adecuándolo para el control social, así lo afirman las evidencias que antecedieron a los Salinar en esta parte del valle. Cerro Orifico el cual muestra parte de este proceso anterior conocido como Cupisnique en la cual ya hay una centralización política religiosa; la presencia de una plataformas escalonada de arquitectura abierta y el aglutinamiento de viviendas alrededor de este, nos estarían indicando la integración bajo un ceremonialismo y una fuerte tendencia política de organización de una clase social reguladora y conductora de la producción.

Russell y Leonard (1992) reportan en el reconocimiento arqueológico para la parte baja del Chicama; cambios en la cerámica y en el patrón de asentamientos humanos sitios como Sausal, Cerro Piedra Molino. Las ocupaciones se ubican en la sección alta de las cimas y pendientes empinadas notando que en la parte baja para el Cerro Lescano, Cerro Facalá, Cruz La Botija y Mocollope; es notable también la escasez de cerámica de los tipos tempranos Puerto Moorín / Salinar en esta sección del área estudiada.

En nuestro afán de comparar más sitios del Formativo Superior nos dieron referencias del sitio el Higuerón en la parte baja del Chicama y las primeras estribaciones andinas, verificamos la existencia de la ocupación Salinar, asociada a estructuras cuadrangulares en la cima de las lomas; identificándose un fragmento en superficie de origen serrana. También presenta fragmentaria de bordes de ollas de cuello corto. En lugar, probablemente tenga mucha significación por hallarse pictografías en abrigos rocosos.

Con respecto a la cerámica Salinar, en este periodo existe una cierta homogeinidad estilística en un amplio espacio geográfico que muchos arqueólogos empiezan a enunciar la existencia de un horizonte al que conocemos como «Blanco sobre rojo». Dicho concepto establece una correlación correcta con los grupos tradicionales regionales como, el estilo Salinar, el estilo Puerto Moorín, estilo Vicus Blanco sobre rojo (Piura), Patazca (Casma), Huaraz blanco sobre rojo (Ancash), San Blas (Huanuco), Baño de Boza (Costa central). Tam (1986: 44).

«La cerámica Salinar, presenta otros problemas de índole territorial, en diferentes puntos andinos hasta ahora desconocidos e insospechables, ya que esta cerámica Blanco sobre Rojo no tiene prácticamente un lugar de origen, en esta tradición se presenta y manifiesta con sus mismas características en diferentes regiones del Perú sobre todo en la costa Norte, central, Sur. Debemos tomar en cuenta lo siguiente:

«La decoración que da el nombre al estilo, Blanco sobre Rojo, permite establecer relaciones con varias regiones del Perú, pero principalmente con los Huaráz y Patazca en Ancash, con los de Garbanzal en Tumbes, de los Baños de Boza y Cerro Trinidad de la Costa Central entre las más próximas, las mismas que, en algún momento, según arqueólogos como Willey (1948), constituyeron un «Horizonte Estilístico», toda vez que se presentan coetáneas y con una extensa trama de relaciones interregionales. Como no hay un antecedente de la técnica decorativa usada por los Salinar dentro del área de su localización, hay que investigar fuera de su territorio. En tal sentido, existen referencias en el Norte andino, con una antigüedad mayor y secuencia organizada coherentemente. Dada la semejanza existente entre Salinar y los estilos de desarrollo regional del Ecuador, habría que incrementar más los estudios de relaciones, pero no solamente en la costa, sino también hacia el interior, toda vez que hay evidencias de cerámica Blanco sobre Rojo en Huancabamba, Jaén y Bagua, otra ruta de penetración y de relaciones entre el litoral y valles interandinos»(Mattos, 1980:381).

Para un mejor entendimiento del proceso Social Salinar, se ha considerado buscar una explicación de su organización y modo de vida a partir de las evidencias presentes u de los resultados de estudios en otros valles.

VALLE DE MOCHE De las investigaciones realizadas por Moseley y Mackey, en la década de los 70. Sus prospecciones en el Valle de Moche, permitió registrar un importante complejo arquitectónico, ubicado en Cerro Arena. Las investigaciones iniciales para este lugar, fueron emprendidas por Mujica, quien estableció los límites y excavó más de 20 estructuras en Cerro Arena confirmo la existencia de una densa población. Aunque no encontró evidencias que el sitio mantuvo un efectivo control político sobre todo el valle; no por ello resta su importancia con relación con otros lugares mas pequeños establecidos en el valle Moche (Mujica 1975).

La complejidad y diversidad de la arquitectura recuperadas por Mujica animaron a Moseley a dar orden para realizar investigaciones mucho más extensas durante los años de 1974; trabajos que fueron desarrollados por Brennan. En las investigaciones de Brennan (1978-1980) proporcionaron la existencia de alrededor de 2,000 estructuras construidas en piedra en un área de 2 km. 2 ,las mismas que presentaban una variedad de clases de arquitectura, tanto residencial y no residencial; diferentemente distribuidas en base a la actividad desplegada y al grupo de arquitectura especializada asociadas con el control corporativo, ubicadas en un área estratégicas de zona de ruta de comunicación entre la costa y la sierra. Brennan (1980) categorizó la arquitectura en ambientes tipos estructuras empleando un criterio formal y funcional. Dividió en 5 variantes y 3 tipos (Brennan 1978 :307).

La arquitectura se presentaba diferenciada en cuanto a dimensiones, calidad, organización interna y materiales asociados; estas diferencias indicaron la presencia de arquitectura residencial y no residencial (sectores de habitación, centros ceremoniales, centros administrativos, etc.) que se distribuían basándose en la actividad realizada. Se la categorizó en 5 variantes de recintos :

Variante A:
Grandes cuartos residenciales, de planta rectangular, con muros de piedra muy bien construidos y acabados, enlucidos con arcilla fina, los recintos habitacionales en cantidades moderadas evidencian una función residencial.

Variante B:
Éstos son cuartos pequeños, no rectangulares, y a menudo crudamente construidos y acabados, presentan coberturas de material orgánico. Los recintos presentan piedras de molienda, con improntas en el suelo que sirvieron para ubicar los depósitos, banquetas con rellenos de tierra, y cantidades de cerámicas, comida, y otros desechos domésticos que atestan su uso residencial.

Variante C:
Pequeños cuartos de planta rectangular de fino acabado, de probable función “administrativa”.

Variante D:
Recintos grandes, de planta rectangular, bien construidos; sin embargo no presentan un buen acabado. Sirvieron para una variedad de funciones especializadas; como cocinas y otros como habitaciones, quizás para las familias de bajo estatus.

Variante E:
Cuartos pequeños se registran solos o aglutinados como estructuras separadas. Están cuidadosamente edificados y varían de pequeños a medianos, de planta rectangular. Ellos normalmente no contienen evidencia alguna de uso residencial, y sus funciones son inciertas.

A todo ello Brennan (1982) sugiere, el alto rango en el tamaño y calidad de la evidencia arquitectónica, particularmente las estructuras residenciales, indican una amplia gama de compleja diversidad en los niveles sociales entre su población. Similarmente, el diverso pero bien definido y especializado carácter de los varios tipos arquitectónicos de los sitios de elite, sugiere una especialización altamente desarrollada de actividades políticas y económicas.

Examinar la magnitud de la centralización y especialización más allá de la evidente filiación Salinar de Cerro Arena, obliga a prestar más atención a lo que se conoce del carácter y distribución de los asentamientos de la fase Salinar en otras partes del Valle de Moche y en los valles vecinos. y 3 tipos principales de componentes de estructuras arquitectónicas (I, II y III) :

El tipo I son los más elaborados, están conformados por una variedad de complejos arquitectónicos donde se desarrollaron actividades domésticas residenciales y no residenciales; todos los complejos presentan un área residencial central que se conforma de dos o tres cuartos juntos y un grupo de cuartos no residenciales y plazas alineadas de diversas formas. Todo el complejo posee invariablemente una sola entrada localizada a una buena distancia del componente no doméstico y proveyendo un fácil control de acceso.

El tipo II se utilizó como viviendas para la población, posee formas simples, ovaladas y muy escasamente contiene habitaciones no residenciales. (Bawden:) “… en base a la forma y el acceso al movimiento y almacenaje de valiosos bienes pudieron muy bien estar asociados con las variantes de las estructuras [tipo I] de la variedad A…” (Brennan 1980:12-13)

El tipo III
El sitio cubre aproximadamente 2.5 Km. de una cima inmediata, y la llanura intermedia. Contiene un mínimo de 200 estructuras de piedra. Esto es notable por su gran diversidad en tamaño, calidad de construcción, acabado, y distribución interna, que van de una estructura simple, a estructuras de veinte o más cuartos. El tamaño junto con lo predominante del sitio por su carácter residencial, hacen de Cerro Arena, por lo menos parcialmente, el núcleo residencial más temprano del valle de Moche y probablemente de la costa Norte (Brennan 1982:248)

En los últimos años S. Bourget y algunos estudiantes de practicas finales de la Escuela de Arqueología de la Universidad Nacional de Trujillo efectuaron excavaciones en el flanco Norte y el sector central de Cerro Blanco, un promontorio rocoso, ubicado a escasos 3 km. de Cerro Arena.

Bourget (etal. al 1994), reporta un conjunto de estructuras de mampostería de piedra, de planta rectangular y muestras de enlucido con arcilla fina, según el autor estas evidencias están en relación con las del tipo I de la clasificación de Brennan, de los restos de una cubierta incinerada que recubría una estructura principal, y de un fogón ubicado en la parte interior de un recinto del sector Norte, se obtuvieron muestras que arrojaron las siguientes fechas de 2130 B.P y 2270 B.P, datos confirmados por la ubicación cronológica y relacionada al desarrollo del la cultura Salinar.

VALLE DE VIRU
Por los años de 1933, Larco localizó los primeros cementerios Salinar al Este del Puerto de Guañape en el valle de Virú. En este mismo valle, Willey en 1953 determinó la más fuerte concentración de sitios Salinar (Fase Puerto Moorín) llamado así por Strong y Evans.

Willey (1953 sostuvo que la mayor concentración de sitios Salinar (Puerto Moorín) Estaban asentados cerca de Huacapongo, un valle estrecho en la que localizo una población de alta densidad en un área relativamente pequeña sin descartar que hubo una considerable población en la parte baja del valle, las mismas que se encontraban esparcidas en una área mucho mayor.

En cuanto a la categoría de sitios que presentaban características fortificadas, Willey supuso que eran sitios defensivos en la parte alta eran para repeler posibles ataques de las poblaciones de la sierra; los reductos con las mismas características presentes en una parte baja les permitía tener una protección a un segmento de la población. Razón que les indujo a sostener que no existió unidad política en el valle (Willey 1953: 92-100).

West también estudio los sitios de la cultura Puerto Moorín (Salinar) (ca. 200 BC-100 A:D) y su ecología cultural (West 1971a, 1971b 1979, 1980; West y Whitaker 1979). Aunque West mantuvo el descubrimiento de 250 nuevas ocupaciones, éstas no fueron publicadas. West no podía redefinir el entendimiento de la fase que se mantenía evasiva. Fuera de los trabajos de West el único proyecto notable fue el de los Topic, basado en un reconocimiento de sitios fortificados en el valle (Lange Topic y Topic 1981, Lange Topic et. Al 1981; Topic y Lange Topic 1983, y Topic y Topic 1887). Su estudio revela que ningún sitio fortificado existió antes del periodo Puerto Moorín.

Mujica, propone : la integración no fue homogénea para los valles de Chicama, Moche y Virú; presentarían diferencias significativas en sus patrones de establecimiento y en sus estilos cerámicos, los cuales podrían reflejar que se trata de tres grupos culturales distintos, pero interrelacionados (Mujica 1984 : 12).

En los valles de Chicama , Moche y Virú, el estilo marcó una transición entre el Cupisnique y el advenimiento de la cultura Moche (Brennan 1988:148) después de esta época los estudios sobre el periodo Salinar son pocos numerosos y dan una visión muy localizada. Según Brennan, los sitios situados a lo largo de Virú se localizarían sobre un camino prehispánico permitiendo unir los valles de Virú y de Moche:

«Finalmente, un examen de la distribución del Salinar conocido en el valle de Moche concerniente a ésos sabidos del valle -vecino – del Virú levanta la posibilidad de integración del multi-valle en, base económica, si no también política en esto temprana la fecha «(Brennan 1984:12).

VALLE JEQUETEPEQUE
Durante un programa de reconocimiento en el valle de Jequetepeque a fines de la temporada 1981 y comienzos de 1982, los arqueólogos Hecker (1992:67), descubren en forma casual un entierro en la zona desértica de la región de Tecapa, excavando un contexto funerario de un individuo adulto, en posición extendida, que intuye unos 15 cm. sobre la superficie natural, el cráneo estaba orientado hacia el sudoeste, y presentando como elementos ofrendatarios una vasija globular de base plana y golletes cilíndricos con asa puente, de superficie pulida y coloración rojo ladrillo, decorada con motivos incisos en forma de ángulos y pintadas con color crema.

Hecker (1996:413-432), también reporta en esta región el hallazgo de abundante fragmentería Salinar, en su artículo presenta una variada muestra de cerámica, que evidencia diversas técnicas de elaboración y función, se observa cerámica de pasta y superficie fina con decoración incisa, botellas escultóricas y globulares, con motivos geométricos, y regiones punteadas, algunos presentan pintura blanca sobre la superficie roja, en otros casos con apéndices ornamentales de motivos zoomorfos.

El Proyecto Poemape dirigido por el arqueólogo Carlos Elera (1997:194), reporta : La ocupación Salinar ocurre después de un fuerte evento ENSO, sustentado en la muestra orgánica con la presencia de bioindicadores como son moluscos de manglares, crustáceos y peces tropicales, diferenciándose de la muestra registrada para la ocupación anterior (Cupisnique); esta ocupación se distribuye en las casi 20 hectáreas del sitio con asentamientos domésticos y cementerios, siendo la ocupación cultural más predominante que habitó en Puémape. El mismo autor (Com. per. vía E-mail), en su trabajo de campo en relación a estructuras Salinar se adscriben más bien a casas construidas de material perecedero (esteras, caña brava, posible sauce, etc.). Generalmente tanto los restos alimenticios, tiestos, asociados así como el arreglo de grandes cántaros son comunes.»

Otro rasgo importante es la superposición de estructuras domésticas sobre una capa de arena eólica que cubre gran parte del conjunto ceremonial Cupisnique y los cementerios aledaños, donde se aprecia una intrusión hasta intencional que afectó los contextos Cupisnique. Asimismo se debe considerar las técnicas constructivas utilizadas en la arquitectura de elite Salinar en Cerro Arena, también se evidencia en las estructuras Cupisnique tardío en sitios como Puémape y Morro Etén. Algunos rasgos de las técnicas decorativas en la cerámica como los motivos incididos, puntuados, en relieve, etc.; constituyen elementos culturales que evidencian a decir de Elera, una “Cupisniquización” de la cultura Salinar.

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