Kuntur Wasi es un sitio arqueológico que data del Formativo Inferior, se encuentra ubicado en el centro poblado del mismo nombre, en la provincia de San Pablo, en el departamento de Cajamarca, en el Perú. En la lengua quechua Kuntur Wasi significa «Casa del Cóndor». Según el arqueológo japonés, Yoshio Onuki, estudioso principal de este sitio arqueológico, Kuntur Wasi es una expresión prechavín pero que posteriormente posee una gran influencia no solo de Chavín sino también deCupisnique especialmente en la orfebrería y la cerámica.
Kuntur Wasi está construido en la cumbre de una colina conocida como La Copa, se compone de plataformas escalonadas, conjunto de cuartos cuadrangulares, plaza, plaza cuadrangular hundida con cuatro escaleras decoradas con monolitos en su último peldaño y estructuras funerarias.
El inicio
Kuntur Wasi había sido estudiado por un grupo de arqueólogos peruanos del Museo Nacional de Arqueología, Antropología e Historia del Perú enviado por Julio C. Tello en 1946, luego de enterarse del hallazgo de monolitos en esta zona. Los resultados de estos trabajos fueron publicados por la arqueóloga Rebeca Carrión en 1948. Cirilo Huapaya Manco y otros arqueólogos peruanos continuaron con las excavaciones entre 1955 y 1987, pero ninguna fue de carácter intensivo. En 1988, con la llegada de la misión japonesa a Kuntur Wasi, se realizan los descubrimientos más importantes.
El Dr. Terada, quien dirigía los trabajos en Cajamarca, falleció repentinamente en 1987 y el Dr. Onuki asumió la organización del equipo de investigación japonés en los Andes. En 1988, paralelamente a las excavaciones en Huacaloma y Colguitín se realizaron trabajos en Kuntur Wasi. Esta y las demás excavaciones fueron autorizadas por el Instituto Nacional de Cultura del Perú. Además, recibieron ayuda financiera de la Sociedad Japonesa para la Promoción de la Ciencia y de otras instituciones públicas y privadas de ambos países.
El equipo estuvo compuesto por arqueólogos japoneses y peruanos como Yasutake Kato, Kinya Inokuchi, Lucenida Carrión, Rosa Fung, Muriel Pozzi- Escot y, a partir de 1989, se integraron Walter Tosso y Masato Sakai. En 1989, durante la segunda fase de excavaciones en Kuntur Wasi, se descubrió en la cima del cerro una construcción cubierta con tierra, que correspondería a la terraza de un templo de un período anterior. En el piso de este templo se hallaron tres tumbas alineadas rellenas de tierra, encontrándose en ellas objetos de oro, ceramios de fino acabado y restos de conchas y piedras. En 1990 se encontraron otras dos tumbas.
Entre 1993 y 1994 se continuó con las excavaciones, que se realizaron anualmente desde 1996 al 2003, lográndose establecer una cronología para Kuntur Wasi. Esta se basa en los hallazgos de cada estrato excavado y, por lo tanto, es una periodificación muy confiable.
Se identificaron cuatro fases cronológicas: Idolo, Kuntur Wasi, Copa y Sotera. La fase Idolo, la más antigua, presenta características comunes con la fase Cerro Blanco de ese sitio arqueológico, que a su vez se vincula a la fase Huacaloma Tardía. A pesar que las fases Kuntur Wasi y Copa no guardan semejanza con Cerro Blanco ni con las existentes en el valle de Cajamarca, pueden encontrarse algunos rasgos comunes entre las fase Copa y Layzón Temprano. En la fase Sotera al igual que durante la fase Layzón, tanto en Cerro Blanco como en el valle de Cajamarca, se evidencia la destrucción intencional de los templos.
Durante excavaciones más recientes, así como en las de 1946, se encontraron varias esculturas de piedra. Cuatro de ellas se hallaron en cada esquina de la plaza central que se ubicaba frente a la terraza principal del templo. Esta distribución, anularía la teoría que las esculturas habrían funcionado como vigas.
En zonas aledañas a la plaza central se encontraron varias tumbas conteniendo objetos de oro, dos de ellas pertenecientes a la fase Kuntur Wasi y por lo menos otras dos correspondientes a la fase Copa. Los objetos de oro de estas fases presentan entre sí gran diferencia en su elaboración. Este hallazgo es de la mayor importancia, debido a que devela los niveles de desarrollo de la tecnología metalúrgica aurífera en los Andes. A su vez, este descubrimiento tiene gran significado, si se considera que los objetos de oro encontrados en Kuntur Wasi datan de una antigüedad mayor en 1,000 años que los del Señor de Sipán, descubierto en la segunda mitad de la década de 1980 y en aproximadamente más de 2,000 años antes que Sicán en la costa norte.
El Templo de Kuntur Wasi
Construcciones de la fase Kuntur Wasi
En esta fase se construyó en la cima del cerro Kuntur Wasi un nuevo templo sobre uno preexistente y sobre edificaciones de la fase Idolo, cubriéndolos por completo.
La plataforma principal del templo se formó con grandes muros de piedra en tres tramos que rodean la cima del cerro. En los muros centrales, al noreste, se ubican las escaleras principales de 11m de ancho, que conducen hacia otras plataformas, plazas y monolitos. La dimensión total de la plataforma principal es de aproximadamente 145m de largo y 120m de ancho. La plataforma principal está compuesta, a su vez, por otra plaza central circundada por cuatro plataformas. Tres plataformas, al centro, lado norte y lado este, están dispuestas en forma de U. Detrás de la plataforma principal, al suroeste, se ubica una plaza circular hundida de unos 15m de diámetro y 2m de profundidad, que fue cubierta en un período posterior. Ahí se encontraron varios fragmentos de cerámica y restos de pintura mural, huesos de animales, recipientes de diversos materiales como piedra, cuernos y huesos. Se trataría de restos de decoración o habrían sido usados en aquel entonces.
El templo de la fase Copa.
El templo ceremonial de la fase Kuntur Wasi fue ampliamente remodelado en la fase Copa. No varió la ubicación de la plataforma principal, la plaza central y dos plataformas circundantes. Sin embargo, fueron reconstruidos los muros de la plaza central, las escaleras y las tres plataformas; y se cubrieron completamente las plazas circulares. Sobre ellas se construyeron plazas cuadradas. Alrededor de la nueva plaza se construyó un nuevo grupo de plataformas. El muro de piedras, al lado noroeste de la plataforma principal, habría sido restaurado en su parte norte. Se conectó el lado suroeste de la plataforma principal con una terraza mediante escaleras. Al subir por ellas, se observa la disposición en U de las plataformas que rodean la plaza menor. Debajo del recinto frente al patio de la plataforma suroeste, se halló una tumba con objetos de oro perteneciente a la fase más antigua: Kuntur Wasi. Se la denominó la “tumba de la cerámica de la rana”. También se encontraron tres tumbas más de la fase posterior Copa. Dos de ellas conservaban un ajuar funerario de filigrana de oro.
Las Tumbas de Kuntur Wasi
El hallazgo de las tumbas con objetos de oro, pertenecientes a las fases Kuntur Wasi y Copa, fue uno de los descubrimientos más destacados.
La tumba de la corona de oro de catorce caras albergaba un anciano de alrededor de 60 años, cubierto con cinabrio y con el cráneo deformado. Inicialmente colocado en posición fetal, posteriormente quedó de lado. El ajuar funerario estaba compuesto, además de la corona de oro, por una botella de cerámica roja con asaestribo en forma de águila, recipientes de cerámica, un par de orejeras de crisocola, tres grandes cuernos de concha y otro ajuar funerario.
La segunda tumba contenía un anciano con una corona de oro con cinco caras felinas. Sus huesos estaban mal conservados. Se hallaron otros objetos de oro repujado, entre ellos uno colgante con figuras felinas de frente y de perfil, dos narigueras con motivos felinos, un par de orejeras y una vasija de cerámica con asa. Una nariguera es de regular tamaño, cubre la boca y presenta motivos felinos repujados que evocan el mito de un gemelo jaguar.
La tumba de orejera de oro alberga un hombre joven treintañero, con un par de orejeras de oro en grandes agujeros en los lóbulos de las orejas, botella de cerámica negra de la forma estribo y compotera de cerámica.
La tumba de cuentas contenía más de 6,000 piedras de sodalita y grisocola y conchas de spondylus cubiertas de cinabrio. Pertenece a una anciana cuyos huesos estaban en mal estado. También se encontraron diez piezas pequeñas de oro en forma de ave.
La tumba de la víctima estaba separada de las otras cuatro tumbas. Fue la única que no contenía restos de cinabrio, ni objetos de oro o cerámica. Sin embargo, se hallaron collares de hueso y conchas, una bandeja de hueso y otra de cobre. El cráneo de este hombre, que habría sido sacrificado, presenta una abertura en el lado izquierdo, quizás a consecuencia de un golpe fuerte que le habría ocasionado la muerte. Fue enterrado con la cabeza hacia abajo. Todas estas tumbas se hallaron en la plataforma central.
Otras dos tumbas de la fase Kuntur Wasi se encontraron en las plataformas suroeste y noroeste. El ajuar de la primera contenía una botella de cerámica en forma de rana y un pectoral de oro grande y redondo. La segunda perteneció a un hombre tumbado boca abajo, originalmente enterrado en cuclillas, que contenía una corona de oro con doce fragmentos colgantes de perfiles felinos y dos pares de orejeras de oro. Una de ellas presenta en relieve el perfil de un jaguar y serpientes colgantes, asombra por su lujo y trabajo de gran precisión.
Las tumbas de la plataforma suroeste se reconstruyeron en la fase Copa. Una de ellas es la tumba del collar de oro. La tumba contigua es la tumba de la pinza de oro. El ajuar funerario pertenece a la fase Copa, encontrándose vasijas y recipientes de cerámica. Destacan las cuentas de oro soldadas que presentan un orificio por el que pasa un hilo que enlaza el collar. La técnica del soldado no se aplicó en la fase Kuntur Wasi pero a partir de la fase Copa se utilizó a menudo en la orfebrería del Perú. La excavación de Kuntur Wasi demostró que la técnica del soldado del oro se originó en la fase de Copa.