Cerámica Awajun – Patrimonio Cultural de la Humanidad

Declaratoria Nacional y Mundial.

Los valores, conocimientos y saberes vinculados a la producción de cerámica del pueblo awajún fueron reconocidos como Patrimonio Cultural de la Nación en el año 2017 y postulados a la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad de la UNESCO en el año 2019. Este año, después de una exhaustiva evaluación, el Comité Intergubernamental para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial de la UNESCO, en su XVI sesión, ha resuelto su inclusión en esta prestigiosa lista de la UNESCO, poniendo en valor los conocimientos y saberes del pueblo awajún, heredados desde sus ancestros, los cuales se deben preservar, difundir y promover para su salvaguardia. La cerámica del pueblo awajún es elaborada por las mujeres y constituye una de las manifestaciones identitarias transmitida de madres a hijas por generaciones.

El Pueblo Awajún

El pueblo awajún, también conocido como aguaruna y autodenominado como aents[1] es el segundo pueblo indígena u originario amazónico demográficamente más numeroso del Perú y habita principalmente en las cuencas de los río Cenepa, Chirinos, Comaina, Marañón, Mayo, Morona, Nieva y Potro en los departamentos de Amazonas, Cajamarca, Loreto y San Martín, territorios que han ocupado desde tiempos ancestrales.

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La Cerámica Awajún

La producción de cerámica es una de los actividades culturales que se sigue practicando en los pueblos originarios amazónicos, se continua utilizando para elaborar la vajilla tradicional conviviendo con otro tipo de utensilios domésticos. La elaboración de la cerámica awajún requiere de profundos conocimientos del comportamiento de los materiales y del medio ambiente y su adecuada combinación de acuerdo al posterior uso que les darán pues algunas piezas como el yukún o el ichinak irán directamente al fuego y requieren de mayor resistencia al calor o que las tinajas que sean recubiertas con resina para contribuir en la maceración del masato. Las ceramistas awajun ha experimentado y desarrollado durante cientos de años diversos materiales del bosque amazónico para lograr una cerámica muy refinada, resultado de saberes y prácticas que condensan su cosmovisión e identidad de origen ancestral.

El origen de la arcilla y de la actividad alfarera

La bebida favorita de Luna era el zapallo. Entonces, abrió una chacra, y dejó a su esposa Ayaymama sembrando zapallos. Él no visitaba la chacra porque se dedicaba a la caza. Siempre le preguntaba a su mujer si los zapallos estaban maduros. La mujer negaba, le preparaba zapallos verdes y le servía. En todo momento afirmaba lo mismo, que todavía estaban verdes, entonces, espiando encontró a Ayaymama, cogiendo una tinaja escondida, preparaba y tomaba y seguía tomando; entonces regresó molesto a la casa.

Llegó a su casa, cuando llegue tu madre dile que voy al cielo le dijo a su hijo, colgando una soga al cielo, se iba al medio. Cuando llegó Ayaymama, su hijo le comunicó de la partida de su padre. ¡Uuuuaaa! Mi marido me deja gritó y, corriendo se acercó a la soga y subía. El Luna llegó primero al cielo y observaba. Ayaymama avanzaba a la mitad, pero se rompió la soga y cayó al suelo. Como se había llenado tomando zapallo, al caer se reventó la barriga y el zapallo se esparció al suelo.

Apareció Etsa y le conjuró: “Por tomar zapallo mezquinando a su esposo, cuando Luna abandonó intentó seguir, pero se cayó y de la barriga derramada de zapallo se convertirá en arcilla”; le conjuró. Entonces Ayaymama se transformó en pájaro y se fue volando. Por eso, cada vez que sale Luna, el Ayaymama se lamenta a su esposo.

En segundo término, el universo mítico trata también del surgimiento de la cerámica. En efecto, es primordial la relación con Nugkui, madre de la tierra, quien enseñó a las mujeres Awajún a vivir en armonía con la naturaleza, transmitiéndoles los saberes necesarios para sembrar, cuidar de las plantas y de las semillas, criar a los niños, atender y mantener unida a la familia, y esencialmente, otorgó a las mujeres el don de conocer y transformar la arcilla. Es con Núgkui que las alfareras se relacionan para obtener arcilla y fabricar piezas bellas y duraderas. No obstante, el aprendizaje de este arte y demás saberes del pueblo Awajún, son parte del dékamu o sabiduría ancestral, lograda mediante la transmisión oral a través de los siglos del conocimiento profundo sobre la selva. En el asunto de la cerámica, la mujer es la heredera de esta actividad, de sus saberes, técnicas, formas y contenidos decorativos y simbólicos; de la habilidad y el talento, que les permite transformar los recursos del bosque amazónico con sus manos.

En el universo Awajún, el arte de producir alfarería es producto de la relación dinámica entre el conocimiento de las mujeres y los recursos disponibles en el medio ambiente. Esta práctica requiere del respeto de aspectos rituales, de acatamiento de ciertas restricciones para la extracción de los recursos y de saberes basados en narraciones míticas.

Proceso de producción:

El proceso de producción de la cerámica Awajún se desarrolla en tres fases:

Cada una de estas etapas tiene sus propios procedimientos, durante los cuales es necesario que las alfareras demuestren respeto por Núgkui para evitar que esta se sienta maltratada o celosa y castigue a las mujeres perjudicando su producción.

La recolección

La recolección comprende el acopio de la arcilla o dúwe y demás insumos como el yukuúku o apacharama que son cortezas, para la preparación de ceniza que se agregará a la arcilla como fundente, diversas hojas llamadas duke, –yuca, cocona, algodón– que se frotan en el interior de la vasija, aún caliente por la cocción, para impermeabilizar la superficie y poder fijar el negro en las vasijas ahumadas y los látex, resinas o ceras de distintos árboles –como árbol leche caspi o daúm, árbol copal caspi o chípa, el lacre llamado yukáip– que sirven también para sellar e impermeabilizar las vasijas. Para el decorado se usa una mezcla con vegetales, ceniza o arcilla seca de diferentes colores mezcladas con resinas si es post cocción . Finalmente, se recogen frutos -como el achiote o ipak, para el color rojo-, madera para producir carbón y arcillas de colores que se utilizan -en mezcla con algunas resinas- para elaborar las pinturas de colores negro, rojo, ocre y crema que caracterizan a las vasijas Awajún. Estos insumos del bosque amazónico, así como los conocimientos necesarios para su transformación, son producto de un largo proceso de experimentación cultural y son manejados de modo sostenible por las cermistas awajún.

La transformación

El proceso de transformación de la cerámica se inicia con la preparación del dúwe o arcilla. En el proceso de amasado la arcilla es mezclada con distintos tipos de yuku, cenizas que dan lugar a diversas pastas cerámicas en lo referido a resistencia al calor.

Para el modelado de las piezas las mujeres se sientan sobre un asiento bajo o en el suelo, de tal forma que la posición del cuerpo permita que los muslos y el estómago sostengan el tátag (tabla sobre la cual se coloca la pasta) para que las manos queden libres para el trabajo de la arcilla.

Victorina Huite de la comunidad de Tutino dándole forma a un pinig

 

Emérita Wamputsag de la comunidad de Pagata, levantando un ichinak

Primero desarrollan la base redonda o apújkamu, luego se forman pequeños cordones de arcilla llamados nanét que son acoplados sobre el borde de la base, uno sobre otro, hasta lograr la altura y la forma deseadas. Después, con la ayuda del kúiship o esteca, las ceramistas unen entre sí los nanét; alisando tanto el interior como el exterior de las paredes de la pieza. En todo este proceso las artesanas se ayudan con la saliva, llamada usúk que, además de lubricar y facilitar el modelado, es un medio para transferir el nima o carácter.

Una vez que se ha dado forma a la pieza se inicia la etapa de secado que se da en dos momentos, en primer lugar, las vasijas se dejan al sol y luego -en algunos casos- se colocan en una canasta que se suspende sobre una hoguera en la que se cocinan los alimentos por varias semanas, hasta que penetre bien el calor. Esta técnica se llama uyuwámi.

Quema a cielo abierto

El siguiente paso es la cocción, que se hace a cielo abierto. Las artesanas colocan tres palos medianos de leña dura, en forma de estrella, dejando en el centro un espacio para la leña seca,previamente calentadas se colocan las piezas a quemar y se tapan con leña seca para que el fuego las cubra totalmente. En ocasiones, cuando requieren el acabado negro, se realiza una segunda cocción, sobando previamente la piezas aun caliente con alguna hoja con resina como son las de cocona, algodón o yuca y, para lograr abundante humo, humeden la leña o le echan agua al fuego y las mientras lo cubren con hojas de plátano para lograr exponer las piezas a la mayor cantidad de humo y lograr un acabado negro brillante. El éxito en la cocción depende del respeto mostrado hacia Núgkui, a quien no le gusta que miren las piezas durante el proceso ni que se envidie la cerámica ajena. Es por ello que las ceramistas evitan que personas ajenas se acerquen a mirar la cocción de su producción.

Carmen Quinin Achuag de la comunidad de Canga calienta los pinig antes de quemarlos.

Las formas tradicionales de la cerámica Awajún

 

 

Formas y nombres de los piezas de la vajilla awajún

La cerámica awajun tiene diferentes composiciones en la arcilla a utilizar según sea su función y también diferentes acabados.

Los acabados en la cerámica awajún

 

Chachamamu

El nombre genérico para los dibujos en la cerámica awajún es chachamamu, que significa “cualquier pintado que tenga”. Los chachamamu generalmente consisten en formas geométricas sucintas o estructurales, por las que guardan un respeto profundo, asociadas a elementos de la naturaleza como cerros o zigzags, estrellas, cruces, círculos, polígonos, ángulos, puntos, telarañas, peces, partes de animales, plantas, hojas, etc. La transmisión de los dibujos se da al interior de la familia, las mujeres mayores transmiten a sus hijas, nietas y sobrinas el conocimiento sobre los diseños aprendidos de sus mayores. Así, se puede reconocer los dibujos de cada familia y la procedencia de una pieza por sus diseños.

Amamuk y pinig decorados

El proceso de decorado es fundamental en las piezas que serán utilizadas por los mayores en la tradición awajún. Sólo dos piezas pueden ser decoradas en su interior: el amamuk en el que se bebe el masato y el pinig utilizados por las personas adultas que ya tienen vision y las autoridades.

Los diseños recrean en forma no figurativa animales, plantas, el pasisaje y los elementos de la naturaleza que demuestran su destreza y reflejan su dominio en el manejo del espacio y su profunda comprensión de los algorimos de la naturaleza.

Clasificación de los elementos de la gráfica awajún (Nolte, 2016)

 

El significado de los gráficos awajún

La gráfica plasmada en la cerámica, que a simple vista parecen dibujos abstractos, son el producto de la paciente y acusiosa observación que las mujeres hacen de animales y plantas asi como del paisaje del bosque amazonico en su territorio demostrando de esta forma su compenetración, conocimiento y convivencia armoniosa con la naturaleza. En algunos casos se recrean los detalles de las plantas o animales y en otros el paisaje (los cerros, el sol, la luna), e inclusive de los diferentes elementos utilizados en su cotidianidad (corona, canastas o el maquillaje con el que decoran sus rostros). La gráfica awajún es una muestra del dekamu, el profundo conocimiento del bosque.

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Fuente: Documento de trabajo, Josefa Nolte 2021

 

Geometría Awajún[2]

Es importante resaltar que en los trazos de la cerámica Awajún, se puede evidencia que existe un conocimiento ancestral respecto de distancia, simetría axial, simetría axial central y rotación de elementos geométricos alrededor de un punto de rotación. La simetría axial es aquel evento geométrico, donde dos semiplanos que se toman desde una mediatriz muestran las mismas características geométricas en cuanto a distancia. Es decir,que existe simetría axial cuando todos los puntos de unadeterminada figura plana, se reflejan en el eje de simetría; es decir, todos los puntos de las dos figuras son equidistantes al eje desimetría. los puntos de las dos figuras son equidistantes al eje desimetría.

En la figura, se observa que los puntos A, B y C tiene sus correspondientes puntos denominados   homólogos

(puntos reflejados) A’, B’ y C’. Por tanto, si A y A’ son homólogos, se concluye que ambos puntos están a la misma distancia del eje de simetría, es decir son equidistantes.

Por lo tanto, la asimetría axial es aquella que se muestra en torno a un eje de simetría. Por ejemplo en la construcción de Cruz de palos/ Numi yapajiakbau.

Luego, cambiamos el eje de simetría al eje horizontal.

Y completamos el proceso

A diferencia de la asimetría axial, se tiene la simetría axial central que se muestra en torno a un punto de simetría.

El conocimiento de simetría axial central se observa por ejemplo en este trazo de Cerro/ Muja (se comprobó los patrones en Geogebra).

Así mismo, podemos evidenciar la existencia del conocimiento ancestral, respecto de rotación de elementos geométricos alrededor de un punto de rotación.

Por ejemplo, utilizando la rotación de figuras planas se construyó con los trazo que representan las gotas de agua/yumi, Cerro con puntos / Muja ijujai y Tenteamu y corona / Tawas

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El legado

Los procedimientos para la elaboración de la alfarería awajún son socializados desde tiempos ancestrales de madres a. hijas, es una forma de mantener conocimiento profundo de la selva o dékamu. La continuidad en el uso de la cerámica awajún se ha ido consolidando gracias a la dedicación esmerada de las mujeres ceramistas que hicieron un esfuerzo importante para el rescate de los conocimientos ancestrales y para la introducción de su producción en el mercado nacional. Al fortalecerse esta producción artesanal, se ha producido también un fortalecimiento de la identidad, ya que los conocimientos ancestrales están íntimamente ligados a la cultura y a la continuidad de su lengua, pues los insumos, las herramientas, las técnicas y las piezas se denominan en lengua awajún.

Julia Apikai enseña a su nieta Nicole Ampam de tres años el arte de la cerámica en la comunidad de Cocoashi

Las piezas más características de la producción alfarera awajún son: pinig, pocillo redondo que sirve para servir los alimentos o para beber el masato, otro más pequeño en el mismo formato generalmente ahumado, para beber ayahuasca. El amámuk, es un recipiente con cuerpo de aros progresivos relativamente grande que se usa para contener masato que se bebe colectivamente circulando el recipiente. Búits o tinaja grande que sirve para macerar el masato va pintado con achiote (Bixa orellana) de rojo en la parte externa y recubierto de resina shijíkap en el interior, ésta contrinuye a la maceración del masato de yuca. Existe un buit para contener los refrescos que no se maceran cuyo cuerpo está hecho de dos formas globulares y no llevan recubrimiento interior. Yukún, pieza en forma de copa, de color negro que antiguamente se usaba para calentar el agua para enjuagarse la boca en las mañanas y para beber guayusa o purgante. Ichinak, olla para cocinar. Yúmi es un ceramio tipo botella con el cuello largo en forma de gancho y un orificio, que imita la forma de un calabazao mate y sirve para transportar el lagua.

Breve historia del Pueblo Awajún

La historia de los awajún más remota está vinculada a la cultura prehispánica Moche, desarrollada entre los años 200 y 700 d.C. en la costa del Perú. Es posible que un sector de los Awajún haya sido vecino de los moches, quienes habrían llegado a la selva amazónica para obtener el oro con el que trabajaban su orfebrería. (Reagan, 2010; Ministerio de Cultura, 2015). Así, los moches estarían representados en los relatos Awajún y Wampis como personajes míticos llamados “Iwa”. Los relatos mochicas habrían sido adoptados y adecuados por estos pueblos indígenas, según su medio ambiente y cultura como producto de un intercambio cultural (Ministerio de Cultura, 2015).

Por otro lado, se sospecha que los Awajún tuvieron contacto con el imperio inca, específicamente, durante los dominios de Túpac Yupanqui y Huayna Cápac. Sin embargo, la conquista inca no tuvo éxito en el territorio Awajún (Ministerio de Cultura, 2015; Sterling 1938 citado en Brown, 1984).

Durante la colonia, los conquistadores españoles tuvieron sus primeros contactos cuando fundaron Jaén de Bracamoros en 1549, y poco después Santa María de Nieva. Por un tiempo, los españoles lograron mantener relaciones pacíficas; sin embargo, estos comenzaron a esclavizar un gran número de indígenas para explotar los depósitos de oro de la región. Esto causó una serie de insurrecciones que culminaron en la famosa revolución o levantamiento Jíbaros de 1599 (Brown, 1984).

A inicios del siglo XVII los españoles realizaron varios intentos por conquistar y evangelizar a los Jíbaros. Estas campañas no tuvieron éxito alguno por lo que, en 1704, una orden proveniente desde Roma prohibió a los jesuitas continuar con la conformación de misiones entre los Jíbaros ya que “las derrotas eran grandes y no justificaban inversión” (Gmhs, 1974 citado en Brown, 1984).

La guerra de la independencia en el siglo XIX interrumpió la acción misionera en la selva. Gaullart (1997) señala que en 1904 los Awajún organizaron un levantamiento donde murieron muchos de ellos, eliminaron los puestos de caucho y lograron liberar a muchos indígenas (citado en Terra Nuova, 2010).

En 1947, ingresó el Instituto Lingüístico de Verano (ILV), bajo la firma de un convenio celebrado entre esta institución y el Estado peruano, con el objetivo de educar a la población indígena, así como traducir la biblia a la lengua Awajún y Wampis (Brown, 1984; Regan, 2007).

En la década de 1960, el Estado peruano estableció la política de fronteras vivas. Estas consistían en asentamientos de colonos en las zonas de fronteras, supuestamente despobladas, con el fin de garantizar los límites territoriales del país. Se pensaba que la ocupación por pueblos indígenas no era “garantía suficiente para la defensa de las fronteras nacionales” (Espinosa, 1993 citado en Reagan, 2007).

En 1970, se encontraron yacimientos de petróleo en la zona del Alto Marañón y sus afluentes. A partir de esto, hubo un ingreso masivo de nuevos colonos para la construcción del oleoducto transandino (Regan, 2007). A partir de la década del 90, se abre paso a políticas económicas que buscan la atracción de capitales naciona les y extranjeros, especialmente, para la explotación de recursos naturales con excepción de las áreas naturales protegidas. Esto llevó a las organizaciones indígenas amazónicas a realizar movilizaciones nacionales: en el 2008 se realizó el Primer Paro Nacional Amazónico y en abril 2009 se inició un segundo paro. Se formaron comités de lucha en cada uno de los cinco ríos de la zona: Imaza, Nieva, Cenepa, Marañón y Santiago con participación de líderes así como de ancianos y ancianas cuya demanda nacional fue la derogación de distintos decretos legislativos Como consecuencia, el 05 de junio de 2009 se produjeron graves sucesos de violencia mejor conocidos como el Baguazo, que han sido materia de investigación. Este conflicto social, en el que los pueblos Awajún y Wampis tuvieron un papel primordial, ha marcado un punto de quiebre en el reconocimiento de los derechos colectivos de los pueblos indígenas u originarios que culminó estos procesos permitieron la elaboración, con participación de las organizaciones nacionales indígenas y originarias, y promulgación de la Ley de Consulta Previa (2011).

Las comunidades en territorio awajun tienen altos índices de pobreza y escasos servicios. La presencia de la minería y la tala ilegal depredan sus bosque y contaminan sus ríos afectando directamente a la población.

Organización social

Actualmente, el pueblo Awajún se encuentra asentado mayoritariamente en comunidades nativas y están organizados por cuencas. Las relaciones de parentesco son el eje de su organización social, la familia (patá en awajún) está conformada por todas aquellas personas con las que se pueda establecer un vínculo genealógico o consanguíneo. Por tanto, el matrimonio es una institución muy importante porque establece y fortalece las alianzas entre parientes.

En el mundo Awajún las actividades cotidianas se clasifican como masculinas (guerra, caza, pesca, fabricación de herramientas, canastas y tejidos, construcción de viviendas y muebles, entre otras) y femeninas (crianza de hijos, animales y plantas, la preparación de los alimentos y la fabricación de cerámica, entre otras). Si bien durante el proceso de estas puede intervenir un género como el otro, el producto final era considerado como “de hombres” o “de mujeres”. Esta separación se ve reflejada tambiñen en su simbolismo religioso, que se caracteriza por la separación de espíritus femeninos y espíritus masculinos. Los dioses principales son nugkui (espíritu de la tierra), etsa (sol) y tsutki (espíritu del río y fuente de poderes chamánicos).

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Atributos de hombres y mujeres ilustrados por Gerardo Petsain, pintor wampis

Una de las principales actividades del pueblo awajún es la horticultura, actividad propia de las mujeres, la cual se basa en la técnica de tala y quema que permite la rotación en el uso de las tierras. Las zonas destinadas para formar una chacra se preparan limpiando el bosque y luego, una vez secada la vegetación existente, se procede a quemarla, as cenizas de esta quema sirven como fertilizante a la futura chacra. Ahi se siembran diversos vegetales tales como yuca, camote, sachapapa, maní, maíz, plátano, etc que constituyen la base de su alimentación. Otra actividades importantes para la sociedad awajún son la caza que realizan los varones y la pesca que realizan tanto hombres como mujeres. El principal instrumento de caza fue la cerbatana o pucuna para los animales medianos o pequeños como el sajino, huangana, majaz, carachupa, monos y pájaros. En la actualidad crían animales domésticos para complementar su alimentación.

ORPIAN-P, Organización Regional de los Pueblos Indígenas de la Amazonía Norte del Perú es la organización que representa a la población awajún y wampis de las regiones de Amazonas y Cajamarca.

Tsegtseg Chigkin, Amauta de la Artesanía Peruana 2012

Esta muestra forma parte de las acciones de salvaguardia y promoción que, en alianza estratégica con las comunidades portadoras, desarrolla el Ministerio de Cultura con el Plan Binacional de Desarrollo Perú Ecuador-Capítulo Perú para la continuidad y la transmisión de generación en generación de las expresiones del patrimonio cultural inmaterial peruano. Asimismo, permite valorar la enorme contribución del pueblo awajún en el espectro de la creatividad que la cerámica, provee y un panorama de esta producción artesanal destacando la complejidad de su producción asi como el contenido simbólico y profundo conocimiento del pueblo awajun.

Bibliografía

Base de datos de los Pueblos Indígenas u originarios-Awajun. Ministerio de Cultura

https://bdpi.cultura.gob.pe/pueblos/awajun#_ftn1

Cavero, O. (2011). Después del Baguazo: informes, diálogo y debates. Lima: Pontificia Universidad Católica del Perú.

Defensoría del Pueblo. (2010). Informe de la Defensora del Pueblo a la Comisión del Congreso de la República que investiga los sucesos de Bagua, aledaños y otros. Lima: Defensoría del Pueblo.

Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI). (2017). Censos Nacional 2017: XII de

Población, VII de Vivienda y III de Comunidades nativas y comunidades campesinas. Lima: INEI.

M. Brown, & Bolt, M. (1980). Aguaruna Jivaro Gardening Magic in the Alto Rio Mayo, Peru. Ethnology, 169-190.

Ministerio de Cultura. (2015). Cerámica Tradicional Awajún. Lima: Ministerio de Cultura. Ministerio de Cultura. (2015). Los pueblos achuar, awajún, kandozi y wampis. Lima: Ministerio de Cultura.

Nolte, Josefa (2016) Cerâmica Awajún, manual de aprestamiento. AVSF, UE

Nolte, Josefa (2021) Gráfica Awajun: geometría del universo. Plan Binacional de Desarrollo Perú Ecuador-Capítulo Perú, KWY.

Regan, J. (2007). Valoración cultural de los pueblos awajún y wampis. Documento 10. Lima: INRENA. Regan, J. (2010). Los awajún y wampís contra el Estado: una reflexión sobre antropología política. Investigaciones sociales, 19-35.

Terra Nouva. (2010). Tajimat Pujut. Para tener un buen vivir, las mujeres y hombres sí podemos decidir. Un estudio sobre la participacón de las mujeres awajún en el desarrollo local. Lima: Terra Nouva; Fondo Italo Peruano.

Tuesta Sonaly (2020) Costumbres, el verdadero espíritu de los peruanos. Lima; Artífice Comunicadores.

  1. Perteneciente a la familia lingüística jíbaro junto con los wampis, shuar y achuar.
  2. Análisis elaborado por el Magister en Matemática Roger Álvaro Fernández Villaroel, docente de la Universidad Nacional Intercultural “Fabiola Salazar Leguía” de Bagua

 

El Capítulo Perú del Plan Binacional de Desarrollo de la Región Fronteriza Perú-Ecuador felicita al pueblo awajún por el reconocimiento de su cerámica como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad (UNESCO 2021). Esta distinción se suma a la de Patrimonio Cultural de la Nación obtenida en el Perú en el año 2017, y que resalta el valor cultural, ecológico y artístico de una de las cerámicas más significativas de la Amazonía peruana.

El Plan Binacional, nacido con los Acuerdos de Paz de Brasilia de 1998, compromete al Perú a mejorar las condiciones de la población fronteriza y favorecer la integración binacional. Es por ello que, junto a otras instituciones, organizaciones, especialistas y ceramistas, ha acompañado de cerca el proceso de reconocimiento de la cerámica awajún. En el contexto de las celebraciones del país por el Bicentenario, el Plan Binacional auspició la publicación del libro “Gráfica awajún: Geometría del universo”, de la antropóloga y autora Josefa Nolte, que introduce al lector en un aspecto muy significativo y poco investigado en la cerámica amazónica: su universo gráfico y estético y, actualmente junto al Ministerio de Cultura participa de la exposición que presenta este catálogo.

Este compromiso a favor de la cultura incluye, asimismo, el apoyo del Capítulo Perú del Plan Binacional a la investigación arqueológica a cargo del arqueólogo Quirino Olivera, en Montegrande, un templo de 5,500 años de antigüedad ubicado en Jaén (Cajamarca) y con implicancias históricas y culturales.

El Plan Binacional sigue comprometido, como organismo internacional público, con la población de la frontera norte de nuestro país (Tumbes, Piura, Cajamarca, Amazonas y Loreto), donde hemos desarrollado más de 700 proyectos a lo largo de 23 años de existencia, incluyendo aquellos en beneficio de las poblaciones awajún y wampis de la cuenca media del río Marañón. Estas iniciativas se enmarcan en proyectos de educación, producción, conectividad, comercialización, ordenamiento territorial y apoyo a la gestión pública local, entre otros; que se realizan junto a los gobiernos regionales y locales, los sectores competentes del gobierno central, así como entidades con presencia local. Este compromiso, al final, busca contribuir al desarrollo y bienestar de los pueblos fronterizos, desde una perspectiva sostenible, multicultural, ecológica e integradora.

Nuestro agradecimiento al pueblo awajún por su aporte mundial. See kuashat

 

Fuente: Ministerio de Cultura del Perú

 

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