Fue un importante centro administrativo inca. Un proyecto arqueológico busca recuperarlo y otorgarle el sitial que se merece, con la participación de la población local. Una exposición gráfica nos revela su historia y destaca su imponente construcción.
La recuperación y puesta en valor de los sitios arqueológicos se ha convertido en una importante veta no solo turística, sino también económica, cultural y social. El enfoque es ahora integral, con el objetivo de involucrar a la población en sus beneficios.
Existen experiencias exitosas, como en Caral, en Lima; en Huaca Rajada, Motupe, Cao y otros valles de Lambayeque y La Libertad. Y desde 2007 se aplica la misma estrategia en Huánuco. El objetivo es «fortalecer los vínculos con la población y las autoridades», resalta el Ministerio de Cultura. ¿De qué manera? Alentando su participación en las diversas actividades culturales y de promoción de la defensa del patrimonio a través del Proyecto de Investigación Arqueológica Huánuco Pampa, una iniciativa del Proyecto Qhapaq Ñan.
El proyecto –después de efectuar un diagnóstico del estado de conservación de las estructuras del sitio arqueológico elaboró una propuesta de intervención para su conservación y evitar el peligro de colapso de algunos sectores deteriorados por la acción humana y del ambiente.
En esa tarea de conservación y puesta en valor se involucró a la comunidad campesina Agüamiro, ubicado en la zona de inluencia de Huánuco Pampa. Los pobladores participan activamente brindando sus conocimientos de técnicas y materiales ancestrales que se
aplican en los trabajos.
En ese marco de fortalecimiento de los vínculos con la población local, hoy se inaugura en la ciudad de Huánuco la muestra Al encuentro con Huánuco Pampa. Esta consta de una exposición de piezas arqueológicas de diversos materiales recuperados en las excavaciones del mencionado sitio arqueológico, una colección fotográica –que incluye, además de imágenes de Huánuco Pampa, fotos del entorno natural– e infografías acerca del trabajo arqueológico, de conservación y puesta en uso social desarrollado por el proyecto de investigación arqueológica.
La exposición servirá también para promover el conocimiento sobre Huánuco Pampa en la población huanuqueña. El complejo arqueológico es considerado uno de los principales centros administrativos del Chinchaysuyo, que cumplió funciones ceremoniales y políticas importantes durante la época inca.
Además, dará a conocer los avances de los trabajos de investigación y conservación que efectúa el Proyecto Qhapaq Ñan en varias regiones del país, especialmente en Huánuco.
SOBRE HUÁNUCO PAMPA
La zona arqueológica inca se ubica en el distrito de La Unión, provincia de Dos de Mayo, sobre una planicie a 3,650 metros sobre el nivel del mar en la margen derecha del valle del río Vizcarra.
Su construcción se inició durante el gobierno del inca Pachacútec a mediados del siglo XV, y fue culminado por su hijo Tupac Inca Yupanqui. Su ubicación fue estratégica y formó parte del eje de la ruta del Qhapaq Ñan, que comunicaba a Cusco con Quito.
Estuvo compuesta por más de cuatro mil estructuras que conformaban barrios separados por calles y murallas, cubriendo una supericie aproximada de 800 hectáreas.
Entre 1539 y 1542, Huánuco Pampa fue ocupada por los españoles, los que se establecieron en la plaza central, donde se aprecian vestigios de diversas estructuras que habrían sido utilizadas como dormitorios y cuarteles.
FLORA Y FAUNA
Los investigadores han hallado en el interior de la zona arqueológica diferentes especies de lora y fauna silvestre, debido a la existencia de un cerco perimétrico que permite el crecimiento de los pastos, y los preserva del impacto del ganado.
Entre las plantas de uso medicinal se encuentran el llantén, la achicoria y el berro. La flor más representativa del valle es la cantuta, que es considerada sagrada por los incas y declarada flor nacional.
Las zonas cercanas a los manantiales, a la laguna Pioqocha y al río que cruza la altiplanicie son espacios propicios para la existencia de una variedad de aves migratorias. También se han detectado familias de venados de la especie Odocoileus virginianus peruvianus. Con el tiempo la zona se ha convertido en uno de los últimos refugios de vida silvestre en la zona.
Otra razón más para la preservación de este importante vestigio.
Fuente: Variedades de El Peruano (Moisés Aylas)