Luego de la llegada de los españoles a los Andes en 1532, los khipukamayuqs nativos experimentaron un choque literario: al ser los escribanos locales de sus comunidades, aprendían con frecuencia las habilidades de lectura y escritura alfabética, pero al mismo tiempo seguían utilizando los khipus — artefacto con cuerdas anudadas— para el almacenamiento y transmisión de información. Nuestros esfuerzos y los de otros colaboradores para determinar cómo se registraba la información en estos artefactos se ven motivados por el deseo de entender cómo incorporaron los incas una miríada de pueblos y entornos del diverso territorio que componían el Tawantinsuyo. La perspectiva de los españoles sobre este tema durante los años posteriores a la conquista, si bien se veía a menudo influenciada por los informantes nativos, traicionaba los intereses y suposiciones españoles sobre los principios y valores andinos nativos. En la medida que los khipus coloniales contienen los testimonios indígenas más directos sobre los cambios en el mundo andino luego de la conquista española, la interpretación de las cuerdas posteriores a la conquista constituye un camino prometedor para identificar los signos de los khipus utilizados en tiempos de los incas con el fin de documentar asuntos políticos, económicos, religiosos y militares 1. Esa es la motivación del presente estudio.
Información sobre tributos en un documento colonial y en un archivo de Khipus del Valle del Santa, Perú
Autor: Manuel Medrano
La identificación de Leland L. Locke (1923) de un esquema decimal para khipus cuantitativos –donde los nudos de distintas formas y posiciones corresponden a valores decimales (ej., 10s, 100s, 1000s, etc.)– caracteriza, a grandes rasgos, el conjunto de khipus de la época inca 2. De hecho, aproximadamente dos tercios de los 923 khipus existentes en colecciones de museos exhiben el esquema cuantitativo. Sin embargo, el tercio restante de las muestras existentes estudiadas por el proyecto Harvard Khipu Database carecen de una distribución decimal 3. Se cree que estos khipus, llamados narrativos, contienen información valiosa no numérica que incluiría, pero sin limitarse a, nombres, narraciones y otros relatos de historias y tradiciones culturales de la vida inca 4. Considerando que la diversidad de las características de elaboración de los khipus se encuentra bien documentada (ej., hilado y torsión de cuerdas, orientación de los nudos, color, etc.), nos preguntamos: ¿Qué codificaciones de información no han sido todavía descubiertas en los khipus coloniales? ¿De qué manera esa información serviría para mejorar nuestra comprensión sobre el registro de información en las cuerdas de los khipus posteriores a la conquista? La abundancia de información binaria en khipus de estilo inca apunta hacia un significado en base a mitades –pares sociales comunes en el mundo andino (ej., hanan [superior]/ hurin [inferior])– que subsistió en las comunidades andinas luego de la conquista española.
Sabine Hyland, G. A. Ware, y M. Clark 5 han planteado una correlación entre la orientación de los nudos y la afiliación por mitades en las cuerdas de los khipus. Sus conclusiones se desprendieron del análisis de un tablero híbrido de khipus del siglo XIX del pueblo de Mangas, en la sierra norcentral del Perú. El artefacto, uno de los pocos ejemplos conocidos de texto alfabético acompañado con cuerdas de khipu, brindó una correlación exacta entre la orientación de los nudos en Z/S (ver más abajo) y la afiliación por mitades en el caso de quince apellidos indígenas registrados en el tablero de khipus.
La correspondencia propuesta por Urton 6 entre un conjunto de seis khipus vinculados del valle del río Santa con un documento de una “revisita” española de la época colonial, con fecha de 1670, de la región de San Pedro de Corongo en la parte baja del río Santa, incrementa las inferencias acerca de las características de elaboración binaria en la codificación de los khipus. El presente capítulo contribuye al análisis en curso sobre khipus coloniales de las siguientes maneras:
La correspondencia propuesta entre el documento español y los khipus antecede al tablero de khipus de Mangas por más de 130 años: el conteo/redistribución de tributo del censo registrado en el documento de Santa brinda una oportunidad para examinar khipus bastante similares a aquellos elaborados durante el imperio Inca. El vínculo propuesto constituye la única correspondencia conocida entre un texto alfabético y khipus tradicionales tipo inca.
El archivo de khipus de Santa respalda la teoría de que la afiliación por mitades era codificada en las cuerdas de los khipus individuales, apuntando hacia una ubicación –dirección de fijación/anclaje de la cuerda (recto/verso)– nunca antes propuesta para esta información. Esto constituye el primer ejemplo de información de “lectura” de los nudos de fijación/anclaje de khipus.
Estas observaciones brindan importantes revelaciones acerca de la gramática de los khipus coloniales, lo que constituye una nueva mirada hacia las relaciones entre la afiliación por mitades y el registro de khipus en los Andes: en este caso, un sistema binario de identificación de nudos de fijación/anclaje.
EL DOCUMENTO DE RECUAY Y LOS KHIPUS DEL VALLE DEL SANTA
La revisita del valle del Santa se refiere constituye a un documento escrito en 1670, donde se hace un recuento de los indios de Recuay que vivían en varios asentamientos en la región de lo que hoy es el pueblo de San Pedro de Corongo. El pueblo se ubica al norte de la gran curva que hay en el río Santa, donde las aguas que fluyen hacia el norte giran hacia el oeste, en dirección al Océano Pacífico (fig. 118) 7.
El documento identifica a 130 contribuyentes por su nombre, a pesar de que se enumera a dos contribuyentes adicionales en el cálculo total de tributos, abarcando un total de 132 individuos. El documento establece que cada uno de los 132 contribuyentes está obligado a pagar un tributo anual (en especies) de 2 pesos, 7 reales y 3 quartillos (sic). El tributo total a ser pagado por los 132 contribuyentes se establece en 367 pesos, un cuarto de real y un quartillo. También se indica que, luego de que la evaluación de tributos haya sido leída a los nativos “en la lengua general de los incas” (es decir, quechua), la misma debe ser ingresada en un quipu (khipu[s]) 8.
Fig. 119a Selección de khipus procedentes de valle del Santa cuyo tipo de atadura o anclaje es de tipo “recto“ | Fig. 119b Selección de khipus procedentes del valle del Santa cuyo tipo de atadura o anclaje es de tipo “verso“ |
Los seis khipus (figs. 120-125) del valle del Santa aquí descritos pertenecían a la colección del investigador ítalo peruano especializado en khipus, Carlos Radicati de Primeglio, al momento de su muerte, en 1990 9. Estos khipus están organizados en lo que se ha denominado grupos “de seis cuerdas” codificados por color. Es decir, en cada khipu, un grupo de seis cuerdas de un color está seguido por otras seis cuerdas de un color diferente, este último seguido por otras seis cuerdas de color distinto al del segundo grupo, y así sucesivamente (fig. 126). Comúnmente se hace referencia a esa manera de establecer patrones de colores como “bandas de color” 10. Los seis khipus contienen un total de 133 grupos de cuerdas de seis cuerdas codificadas por color.
Urton planteó la hipótesis de que los nombres de los 132 contribuyentes de Recuay se encuentran codificados en el archivo de khipus de Santa 11. De ser así, entonces surge la siguiente pregunta: ¿Cómo se registraban los nombres y otra información de identificación, como la afiliación por mitades? Por ejemplo, ¿esta información podría haber sido colocada en la orientación de los nudos o de los nudos de fijación/anclaje, en el color, torsión u otra característica de elaboración? Esta es la pregunta central que se aborda en este capítulo.
9.Radicati de Primeglio 2006: 158.
10.Ver Hyland 2016.
11.Urton 2017b: 237.
12.El lector atento podría haber observado que: 804÷6=134, lo que difiere de los 133 grupos de seis cuerdas restantes. Esta discrepancia se toma en cuenta en UR 90 que, según proponemos, contiene las seis cuerdas restantes. Las cuerdas 31 y 38 de UR 90 no pertenecen a los grupos de seis cuerdas. Las cuatro cuerdas adicionales (63-66) son parte de una única agrupación de diez cuerdas dentro de UR 90 (cuerdas 57-66). Este agrupamiento se justifica por las siguientes razones: la cuerda colgante en la segunda posición codifica un valor numérico de gran tamaño en casi todos los grupos de seis cuerdas de UR 90. Este patrón es consistente con una única agrupación de diez cuerdas, tal como se propone. Asimismo, las diez cuerdas colgantes son de color idéntico. Por ello, al dividir esta cantidad en dos agrupaciones de cinco se requeriría repetir un color en todos los grupos de cuerdas consecutivas, lo que no es consistente con el patrón de bandas de colores de UR 90.
13.Urton 2017b.
14.La orientación del orden de lectura que se utiliza en este documento para asignar las distinciones recto/ verso entre los seis khipus sigue el procedimiento estándar practicado por estudiantes de khipus, conforme al cual, la lectura comienza en la “cabeza”
–el extremo final anudado o con borlas de la cuerda principal– y sigue de izquierda a derecha, terminando en la “cola” colgante de la cuerda principal. Siguiendo esta dirección estándar de lectura, uno puede registrar la ocurrencia de nudos de fijación/anclaje en recto/verso a lo largo de las cuerdas principales de los seis khipus del valle del Santa. A la luz de la casi total falta de diversidad en la orientación de los nudos o la orientación de la torsión de la cuerda final (S/Z) –otros dos rasgos de las construcciones binarias que podrían haberse usado para registrar afiliación por mitades– nos centramos en los nudos de fijación/anclaje. 15.Una de las primeras cuerdas de
UR 90 (#45) está rota en el 15avo cm. Si bien aún puede leerse su nudo de fijación/anclaje (verso), está faltando cualquier otro nudo numérico que haya podido existir anteriormente. Para todos los recuentos subsiguientes, asignamos a esa cuerda el valor numérico de “5”. Esto queda justificado en la medida que las primeras siete cuerdas de UR 90 codifican “5”, tal como lo hace la primera cuerda subsiguiente. En otras palabras, #45 está flanqueado por primeras cuerdas de este valor. 16.Espinoza 1981: 114; Rostworowski 1981: 39; y Rostworowski y Remy 1992: 72-73.
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NUDOS DE FIJACIÓN/ANCLAJE Y AFILIACIÓN POR MITADES
De las 1,056 cuerdas colgantes y subsidiarias que componen los seis khipus del valle del Santa, un total de 804 cuerdas colgantes principales forman los 133 grupos de seis cuerdas 12. Urton 13 ha registrado los valores numéricos codificados en los khipus de Santa, cuyas cuerdas colgantes siguen el esquema numérico decimal de Locke; esos valores no serán repetidos aquí. Sin embargo, el análisis de los nudos de fijación/anclaje ofrece una mirada novedosa en torno a la información extra numérica de los seis khipus.
Mientras los khipus eran elaborados, se fijaba cada cuerda colgante a la cuerda principal con lo que se denomina nudo de fijación/anclaje. Esta maniobra ofrecía a los khipukamayuq dos opciones: podían enlazar el lazo final desde abajo, luego hacia arriba y alrededor de la cuerda principal hacia el cuerpo, formando un nudo “verso”; o podían realizar la operación moviendo la cuerda hacia arriba y por encima de la cuerda principal, lejos del cuerpo, formando un nudo “recto” (figs. 119a y b).
Comenzamos a estudiar detalladamente la orientación del nudo de fijación/anclaje planteando la hipótesis de que la primera cuerda de cada grupo de seis cuerdas era la cuerda principal “identificadora” de ese grupo, en otras palabras, esa cuerda debía contener la afiliación por mitades y la anotación con el nombre posible (ver más abajo) de un contribuyente. Por lo tanto, centramos nuestro análisis en la primera cuerda de cada grupo de seis cuerdas, leyéndose de izquierda a derecha 14. Esta información se resume en la tabla 11 (ver Anexo).
Resulta evidente, a partir de la tabla 11, que cinco de los seis khipus contienen los nudos de fijación/anclaje, ya sea todos en “recto” o todos en “verso” en las primeras cuerdas de los grupos de seis cuerdas. Sin embargo, un khipu, el UR90, está mezclado: contiene las cinco primeras cuerdas colgantes en “recto” y doce primeras cuerdas colgantes en “verso” 15. Al sumarse los seis khipus (compuestos por un total de 133 grupos de seis cuerdas), el resultado es de 63 primeras cuerdas colgantes en “recto” y 70 primeras cuerdas colgantes en “verso”.
Luego comparamos la distribución de los nudos de fijación/anclaje en recto/verso con la lista de contribuyentes –o padrón– contenida en la revisita de los indios de Recuay. Este documento lista los nombres de 130 contribuyentes dentro de sus respectivas pachacas (“cientos”), una distinción que, en gran parte del Chinchaysuyu (el cuadrante noroeste del imperio inca, que incluía la región Recuay/Corongo), designaba a los grupos de contribuyentes a nivel de ayllus. De hecho, los dos términos –ayllu y pachaca– suelen ser usados como sinónimos en la región 16. La información perteneciente a los nombres de los contribuyentes de Recuay y sus afiliaciones por ayllu/pachaca se resume en la tabla 12 (ver Anexo).
Existe mucha documentación sobre el sistema de mitades que sirve como rasgo distintivo de la organización social de los Andes, incluso después de la conquista española y ya bien entrado el siglo XIX 17. Cada contribuyente de Recuay habría pertenecido a una mitad o a la otra –es decir, a la mitad hanan (superior) o hurin (inferior)– del conjunto de pueblos alrededor de San Pedro de Corongo. Sabiendo que una pachaca/ayllu correspondería ya sea a hanan o hurin, se puede sumar la pertenencia a cada pachaca registrada en la revisita y compararla con la distribución de nudos de fijación/anclaje en recto/verso en el archivo de khipus del valle del Santa. ¿Es posible que número total y la distribución (en supuestas mitades) de los nudos en recto/verso en los seis khipus correspondiera a las sumas del número de contribuyentes, en una combinación de contribuyentes en base a mitades, en las seis pachacas/ayllus enumeradas en el documento de la revisita de Recuay? La Tabla 13 (ver Anexo), muestra las correspondencias propuestas.
Al sumarse los seis khipus se obtienen las siguientes correspondencias hipotéticas: hay 70 primeras cuerdas colgantes en “verso”; planteamos que estas estaban vinculadas con la suma de las pachacas: Corongo, Guauyan y Cusca, que contienen 71 contribuyentes. Por otro lado, hay 63 primeras cuerdas colgantes en “recto”; las relacionamos con la agrupación propuesta de pachacas: Namus, Cuyuchin y Ucore, que contienen 59 contribuyentes. Si la distribución en recto/verso fuera aleatoria, existiría menos de 5% de posibilidades de obtener la correlación observada, lo que implicaría un resultado estadísticamente importante 18. No obstante, la diferencia entre el segundo recuento de contribuyentes (59) y el número de primeras cuerdas colgantes con fijación en “recto” (63) puede generar inquietud. A la luz de estas consideraciones potenciales, hacemos las siguientes observaciones.
Primero, el documento de revisita está incompleto. La lista registrada de contribuyentes (ver tabla 14 en Anexo) incluye únicamente 130 nombres. Sin embargo, el documento indica explícitamente que el tributo establecido en el procedimiento fue asignado a 132 indios, lo que deja dos nombres sin reportar en el registro 19. Nuestra hipótesis es que ambos podrían haber pertenecido a la mitad señalada a través de los nudos de fijación/anclaje en “recto”. Esto resultaría en una mitad de contribuyentes compuesta de 61 (=59+2) individuos, bastante cerca a las 63 primeras cuerdas colgantes de fijación en “recto”.
Segunda, los khipus de Santa contienen 133 grupos de seis cuerdas, mientras que la revisita habla de 132 contribuyentes. Si bien no existe manera de saber con certeza a qué khipu habría pertenecido el grupo adicional de seis cuerdas, de haber aparecido en uno u otro de los tres khipus en “recto”, entonces, si se restase el grupo de seis cuerdas de fijación en “recto” adicional, se tendría como resultado lo siguiente: por un lado, 61 contribuyentes (mitad “recto”) vinculados con 62 primeras cuerdas colgantes en “recto”; y por el otro lado, 71 contribuyentes (mitad “verso”) vinculados con 70 primeras cuerdas colgantes en “verso”.
¿De dónde provendrían estas inconsistencias –las cuerdas adicionales y los nombres no listados? Estas diferencias pueden atribuirse, de manera razonable, a interferencias in situ, algo común en las prácticas de contabilidad locales 20. Es importante recordar que estamos considerando registros ingresados por dos guardianes de khipus distintos –uno en nudos y el otro en alfabeto alfanumérico. Si hubiese una razón para la diferencia de cálculos, esta podría surgir de una situación en la que un khipukamayuq indígena se encontrara elaborando un khipu para uso indígena, mientras que el empadronador español estuviera asignando el tributo español.
¿De qué manera podría contribuir el resultado propuesto con el estudio del archivo de khipus de Santa? Según el hallazgo de Urton, que indica que cada grupo de seis cuerdas corresponde a un contribuyente, la información sobre mitades “divide” esencialmente los seis khipus en grupos de mitades duales, apoyando el esfuerzo de lograr correspondencia de los contribuyentes con las cuerdas 21. En lo que consideramos una primicia en la historia sobre estudios de khipus, proponemos que tenemos, en este caso, un conjunto de khipus que logra enriquecer nuestra comprensión de un texto alfabético, en lugar de ser al revés. Es decir, se llega a la conclusión de una división de las seis pachacas de Recuay en mitades, algo que no resulta evidente en el documento escrito, y esto se deslinda en base de información registrada en khipus que parecen estar históricamente relacionados con los registros administrativos a partir de los cuales se elaboró el documento.
17.D’Altroy 2015: 46-47; Hyland et al. 2014; y Zuidema 1964.
18.Una distribución aleatoria en recto/verso produce 134 distribuciones posibles, cada una con igual posibilidad de ocurrencia. Debido a que los nudos de fijación/anclaje son binarios, un incremento en una cantidad implica una disminución en la otra. Las opciones incluyen: 0 verso, 133 recto; 1 verso, 132 recto;… 132 verso, 1 recto; 133 verso, 0 recto. El vínculo propuesto de mitades-nudos de fijación/anclaje produce un error máximo de 5 (59 contribuyentes vs. 63 primeras cuerdas en recto; 71 contribuyentes vs. 70 primeras cuerdas en verso). Por ello, sumamos las probabilidades de distribución con este error máximo. Esto incluye los seis pares ordenados
(verso, recto) = {(70,63), (71,62), (72,61), (73,60), (74,59), (75, 58)}. La probabilidad P es ÷134=0.0448=4.48%. 19.Zevallos 1991: 64.
20.Urton 2017b: 97.
21.Ibid. 228.
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CONSIDERACIONES ADICIONALES DEL VALLE DEL SANTA
Estas conclusiones plantean una serie de interrogantes e invitan a realizar mayores indagaciones sobre la correspondencia propuesta entre los khipus y el documento. Para comenzar, ¿por qué se observa una discrepancia entre el número de grupos de seis cuerdas en cada khipu y el número de miembros de cada pachaca/ayllu?
Por ejemplo, la pachaca de mayor tamaño (Guauyan) contiene 41 contribuyentes y, sin embargo, el khipu más grande (UR 87) contiene 48 grupos de seis cuerdas. ¿A qué puede deberse esta diferencia? Una posibilidad podría ser un error de contabilidad. Una segunda explicación potencial, en base a los valores de la primera cuerda, podría apuntar a que, dentro de las mitades, se tomaba en cuenta la cantidad pagada por concepto de contribución tributaria cuando se clasificaba a los contribuyentes de Recuay.
Urton ya planteó la hipótesis de que las primeras cuerdas colgantes de los grupos de seis cuerdas registraban la cantidad de tributo que debían los contribuyentes 22. De ser así, entonces los diferentes valores registrados en las primeras 133 cuerdas brindarían evidencia de lo que parece haber sido un sistema tributario escalonado entre los contribuyentes de Recuay. Las tablas 15a y 15b (ver Anexo) organizan los primeros datos numéricos de la cuerda según la división por mitades propuesta –en otras palabras, la mitad “verso” vs la mitad “recto”– de los seis khipus.
Si, efectivamente, los valores de las primeras cuerdas registraban lo que cada contribuyente debía pagar, entonces los 48 individuos registrados en UR 87, por ejemplo, habrían pagado un peso por concepto de tributo. Sin embargo, ¿qué tan probable es que cada miembro de Guauyan (o cualquier pachaca) hubiese contado con los mismos medios y, por lo tanto, hubiese pagado la misma cantidad? Los ayllus no eran conjuntos homogéneos; cada ayllu habría estado compuesto por algunos individuos adinerados y otros menos adinerados. Los valores que se repiten en las primeras cuerdas implican que había una intención general de registrar a pagadores similares en el mismo khipu. De ser así, entonces es poco probable que hubiera una correspondencia exacta entre los khipus (que tomaban en cuenta el pago de tributos) y el documento (con su división estricta por ayllus). En lugar de ello, un contribuyente que pagaba muy poco en comparación con otros miembros de su propio ayllu, por ejemplo, habría sido ingresado en el khipu de un ayllu con miembros que pagaban cantidades igualmente más bajas, aunque no fuera el suyo propio.
La asignación de pagos desiguales nos permite contemplar la asignación de tributos como resultado de un proceso de negociación altamente orgánico. Es posible que buena parte de los días previos a la revisita fuera destinada a realizar negociaciones políticas relacionadas con el pago de tributos. Durante este proceso, quizás los miembros más pobres de un ayllu se acercaban a los más acaudalados en busca de asesoría tributaria; por otro lado, si una persona pagaba los tributos de otra, esto habría colocado a esta última en una posición de subordinación con respecto a la persona que pagó su tributo, incrementando, por lo tanto, la base cliente/ dependiente entre los miembros más acaudalados del ayllu; las personas ricas podrían haber buscado incluir a los individuos más pobres en sus deudas a la hora de las negociaciones. El deudor, por su parte, habría estado obligado a proveer servicio de mano de obra al donante acaudalado. Se sabe que tales acuerdos de trabajo no recíprocos, denominados de manera bastante general como minka, caracterizaron las relaciones entre individuos durante el imperio Inca, y que continuaron durante el régimen español 23.
En resumen, mientras que la mayor parte de la información acerca de la tasa o tributo contenida en los documentos coloniales indica que a los contribuyentes se les asignaba una cantidad uniforme y fija de tributo, tal afirmación solo representa el ideal administrativo. De hecho, en el registro histórico aparece un espectro de pago diferente. Por ejemplo, una revisita de 1576 de los territorios fiscales de Pairija (en lo que hoy es Bolivia) indica que “[los indios ricos] pagan más tributo y que el resto se divide y se paga en partes iguales por los indios restantes, quienes tienen menos bienes” 24. Al estudiar una evaluación fiscal de 1580 en el repartimiento de Lucanas, Curatola Petrocchi y Puente Luna (2013) indican que los cálculos aritméticos correspondientes “constituyen un evento escrito en el cual contadores y residentes andinos… redefinen las jerarquías internas de los repartimientos, en busca de un estado de ‘justicia y armonía’ que era posteriormente plasmado en khipus” 25. Tomando como base la información contenida en estos testimonios, gugerimos, que los niveles de tributo en la colonia deben haber sido determinados entre las personas, conforme a lo cual, la negociación entre los pagadores de impuestos habría reflejado y consolidado la creciente estratificación económica 26. Esperamos que los resultados de tales negociaciones hayan sido codificados en registros de contabilidad locales (es decir, khipus), ya que las cuentas españolas por escrito solo contendrían lo que se esperaba que pagara la comunidad en total (en la medida que los administradores españoles no habrían estado interesados en lo que pagan varios individuos, sino únicamente en la cantidad total reclamada).
¿POR QUÉ UNO DE LOS KHIPUS CONTIENE UNA MEZCLA DE PRIMERAS CUERDAS EN RECTO Y EN VERSO?
Cabe resaltar que los nudos de fijación/anclaje de las primeras cuerdas de cinco de los seis khipus de Santa –que representan 116 de un total de 133 primeras cuerdas– son todos en “verso” o todos en “recto”. Las primeras 17 cuerdas restantes aparecen en UR 90. De sus 17 primeras cuerdas, 12 han sido fijadas con nudos en “verso”, mientras que cinco están fijadas con nudos en “recto” (ver tabla 11 en Anexo). Si bien no tenemos una explicación convincente acerca de esta circunstancia, UR 90 sugiere las siguientes observaciones:
No se observa correspondencia entre el número de grupos de seis cuerdas en cada khipu y el número de contribuyentes en cada pachaca/ayllu de Recuay (ver más arriba). Si los nudos de fijación/anclaje indicaban afiliación por mitades, entonces la mezcla de recto/verso que se observa en UR 90 –una combinación de contribuyentes de ambas mitades– excluiría una correspondencia uno-a-uno entre khipu y pachaca. Por ejemplo, si suponemos que los 17 contribuyentes registrados en el khipu UR 90 eran los únicos individuos restantes que aún no habían pagado sus tributos, entonces, aparte de UR 90, los otros cinco khipus de Santa contienen 58 primeras cuerdas fijadas en “recto” y 58 fijadas en “verso”. Esta observación apunta a que los 17 grupos de seis cuerdas de UR 90 constituirían algún tipo de categoría “restante” –un grupo con un estatus atípico/excepcional.
El khipu UR 90 es superado únicamente por el UR 89 en términos de la diversidad de colores de sus cuerdas, con 12 opciones distintas (incluyendo sólidos, moteados y tipo “poste de barbero”) a lo largo de sus 17 cuerdas. Sin embargo, UR 90 cuenta con un mayor porcentaje de colores/combinaciones de colores distintos en todas sus cuerdas, en comparación con UR 89 (71% vs. 56%). UR 90 contiene la única primera cuerda de todo el archivo moteada con tres colores. ¿Esta complejidad de color en la primera cuerda apuntará a que UR 90 constituye un repositorio para miembros del ayllu designados de manera especial? De ser así, sigue siendo necesario determinar cuáles eran las características distintivas de los contribuyentes de UR 90.
UR 90 contiene un hiato entre dos agrupaciones de cuerdas colgantes. Esto quiere decir que, cerca del medio de la cuerda principal, hay un espacio sin cuerdas colgantes fijadas; este espacio está flanqueado por grupos de seis cuerdas en ambos lados.
Solo otro khipu más exhibe este hiato en el espaciado de sus cuerdas. UR 91 tiene un hiato antes de sus seis (de un total de 15) últimos grupos de seis cuerdas que, lo más probable, es que indique una categorización de contribuyentes por contribución monetaria: los primeros nueve grupos de seis cuerdas de UR 91 registran pagos de cuatro pesos, mientras que los seis últimos grupos de seis cuerdas registran pagos de cero. ¿Cabría suponer que la división similar que aparece en UR 91 supondría evidencia de una división intencional también dentro de este grupo? Tal vez, en lugar de una división por pago de tributo, como se propone con UR91, el hiato de UR 90 separaba a los pobladores de Recuay por mitades (y por ende, por nudos de fijación/anclaje). Lo que sí es seguro es que, por lo menos, la separación de “recto” y “verso” en UR 90 respalda la teoría de que los nudos de fijación/anclaje eran indicadores significativos de información en los khipus hacia la mitad de la época colonial 27.