Vilcashuamán (quechua: Willkawaman; “Halcón Sagrado”) es una ciudad del Perú, capital de la Provincia de Vilcas Huamán (Departamento de Ayacucho), situada a una altitud de 3.490 msnm en la vertiente oriental de la Cordillera de los Andes. Se ubica sobre un antiguo sitio arqueológico.
Vilcashuamán fue un centro administrativo de los Incas, establecido luego de que éstos conquistaran a los chancas y a los pocras. Según los cronistas, Vilcashuamán debió albergar a unas 40.000 personas. La ciudad estaba conformada por una gran plaza en la que se realizaban ceremonias con sacrificios, alrededor de ésta se encuentran los dos edificios más importantes: el Templo del Sol y el ushnu, los cuales perduran hasta la actualidad.
Se cree que la ciudad tenía la forma de un halcón en cuya conformación el Ushnu ocuparía el lugar de la cabeza.
El ushnu es una pirámide trunca a la que se ingresa por una puerta de doble jamba, característica de los recintos más importantes. En su plataforma superior hay una piedra grande tallada de manera singular conocida como el Asiento del Inca y se dice que antiguamente estuvo cubierta con láminas de oro.
Visitando la edificación inca
Caminando entre las calles de Vilcashuamán (Ayacucho) uno ni imagina lo que verá en su plaza principal. Al llegar a esta, el Templo del Sol se alza imponente. Se trata de una edificación inca que engrandece este horizonte de generosos paisajes. En lo alto de esta estructura se encuentra la iglesia de San Juan Bautista. Del mismo modo que en el Coricancha cusqueño, aquí también los españoles, en su proceso de evangelización, erigieron un templo cristiano sobre una construcción de importancia para el incanato. Sincretismo religioso que llama bastante la atención y que todavía no es tan conocido por el turismo a comparación de otros lugares del Perú.
El lugar se hace más interesante con una escenificación realizada por los pobladores. Ellos protagonizan diferentes papeles que van desde el inca, todo su séquito y hasta guerreros. Se colocan a lo largo del Templo del Sol y de su explanada. La máxima autoridad del imperio llega en andas y sube a lo alto para dirigirse a su pueblo.
El brindis del Inca
Posteriormente, el inca se dirige al Ushno, que se encuentra ubicado a una cuadra. Se trata de una edificación piramidal trunca, la cual consta de cinco plataformas. Una edificación de piedra única en el Perú de estos tiempos, aunque todavía falta mucho por descubrir. Es aquí donde se dirige desde lo alto al sol, brinda con chicha y vuelve a dirigirse a su pueblo. De esta manera se pone a disposición de esta deidad y le pide que le dé sabiduría en su administración y fuerzas para seguir conquistando territorios idóneos para la agricultura.
Javier Arias es uno de los actores y es parte del séquito que sigue al Inca. Cuenta que se trata de una representación de la toma de poder de Pachacútec una vez que venció a los chancas (etnia que dominaba la zona, además de ser los más fuertes enemigos de los incas en aquellas épocas de expansión).
“Vilcashuamán es el eje de las fronteras del sur y del norte. Nosotros nos sentimos orgullosos de vivir en un lugar con tanta historia. Además en nuestra plaza tenemos semejante monumento histórico. Esta escenificación no tiene nada que envidiarle al Inti Raymi. Por ahora la realizamos en el Vilcas Raymi (23 al 29 de julio) o en alguna ocasión especial. Esperemos que este lugar con el tiempo tenga más visitantes, porque es impresionante lo que van a encontrar aquí”, señala.
Historia aún por descubrir
Tanto el Templo del Sol como el Ushno resultan imponentes. Los pobladores tienen un gran sentido de conservación y orgullo. En el camino entre la ciudad de Ayacucho y Vilcashuamán se encuentra el Complejo Arqueológico de Pumacocha. Se dice que este habría sido un lugar de descanso del Inca.
Este lugar resulta interesante ya que se encuentra el baño del Inca, lo que pudo ser un acllahuasi (casa de las escogidas), además de una edificación que sería un adoratorio a la luna. Resulta impresionante ver también una pared donde se encuentran piedras talladas con figuras de animales como un ave o una serpiente, entre otras especies. Todo este complejo arqueológico es complementado con el impresionante paisaje que da una laguna. Seguramente, por tratarse de un lugar tan apacible, es que el inca decidió construir un lugar de relajo.
Fuente: Wikipedia, El Comercio