El patrimonio arqueológico del sur de Lima no fue excepción en la cadena de destrozos ocurridos tras el sismo de agosto. Muchas de las más importantes zonas arqueológicas de Lima se encuentran en el sur, en particular en Cañete, Asia, Imperial y Yauyos, y todas se han visto afectadas debido a su cercanía al epicentro. Presentamos un reporte de daños en los principales asentamientos prehispánicos, incas y tempranos, afectados por el reciente movimiento telúrico.
La provincia de Cañete, integrada por 16 distritos, incluye las partes bajas y medias de la quebrada de Chilca y de los valles de Mala, Asia y Cañete, constituyendo una región con diversas manifestaciones culturales prehispánicas. El total de sitios arqueológicos en la zona supera los 800 entre sitios monumentales y conchales.
Si bien el epicentro del sismo se registró frente a las costas de Pisco, el impacto en Cañete también fue intenso, produciéndose daños en monumentos arqueológicos de los periodos tardíos que poseen muros de adobe o barro, las estructuras piramidales sufrieron menores daños. Los más de 300 sitios pertenecientes a los periodos Arcaico y Formativo (5000 a.C. – 200 a.C.), que se manifiestan a manera de pequeños montículos denominados “conchales”, distribuidos entre Chilca y Asia, no han sufrido daños.
El complejo arqueológico La Quebrada, en el valle de Cañete, formado por una serie de plataformas de adobe de hasta 15 metros de altura del periodo Formativo Tardío (200 a.C. – 200 d.C.), ha sufrido el agrietamiento de su superficie y el colapso de dos muros donde la humedad ha contribuido de mala manera.
Los sitios del periodo Desarrollos Regionales (200 d.C. – 550 d.C.) han sufrido algunos daños: el sitio de La Quipa, cuyas estructuras ubicadas en la cima del cerro del mismo nombre y restauradas por Frederic Engel, han sufrido el colapso de algunos muros restaurados. Otro sitio de este periodo es Huaca Malena, ubicado en el valle de Asia. Este ha sufrido el colapso de cuatro muros expuestos y presenta fisuras en la superficie superior del montículo.
Los sitios del Horizonte Medio (550 – 1100 d.C.), compuestos por plataformas de adobes cúbicos hechos a mano como el extenso sitio de Cerro del Oro en Cañete, ha sufrido el agrietamiento de algunos muros, así como fisuras en el piso de las pirámides. Los demás sitios de este periodo, tales como Quisque, no presentan daños visibles.
Los periodos tardíos (1100 – 1532 d.C.) de Chilca, Mala, Asia y Cañete presentan arquitectura de tapia y en su mayoría utilizan muros de barro y piedra. Durante la ocupación inca incorporan grandes adobes hechos en molde. El sitio inca de Bandurria en Chilca, El Salitre en Mala, Uquira, Yesera y Paredones en Asia, así como Huacones, Ungará, Huarco, Imperial y Cancharí, en Cañete, han sufrido el colapso de muros y agrietamientos. En algunos casos, la humedad, la salinidad del suelo o la constante circulación de personas en esos lugares han debilitado las estruc-turas y han provocado la aceleración de su deterioro con el sismo. En Incahuasi, los muros de barro y piedra han sufrido daños en diversos sectores, pero ninguno de consideración. Afortunadamente, el Camino Inca (parte del proyecto Qhapaq Ñan), en Cañete, no ha sufrido daños.
La información sobre la provincia de Yauyos es mínima por el momento, debido a que la mayoría de sitios arqueológicos ocupan las partes altas de los cerros. Sitios como Huamanmarca, en Carania, y Pueblo Viejo, en Omas, entre otros, han sufrido el desplome de algunos muros. Los andenes de Laraos, entre otros, no han sufrido daños de consideración.
Podemos ver, además, que las estructuras piramidales no han sufrido mayores daños. Sólo en el caso de los muros de adobes, debido principalmente a problemas de humedad o estructurales, estos han cedido ante el movimiento.
El Instituto Nacional de Cultura, a través de la Dirección de Arqueología, ha elaborado un reporte de la situación de los principales monumentos, estableciendo las necesidades y preparando los expedientes técnicos que permitan intervenciones de emergencia para la consolidación de los muros, y poder así realizar labores de anastilósis en los sitios afectados.
La población de Cañete no ha sido ajena a esta problemática.
En la localidad de Imperial un vecino denunció el saqueo de dos tumbas (ver foto), y los docentes de San Vicente, apoyados por sus alumnos, han visitado el sitio de Ungara para efectuar labores de remoción de escombros. Por otro lado, en Huaca Malena, con la ayuda de los alumnos del colegio estatal se han iniciado las labores de señalización y limpieza del sendero de visita al sitio, en un claro ejemplo de que el patrimonio cultural de su comunidad debe preservarse porque es un elemento de cohesión aún en los momentos mas trágicos.
Rommel Ángeles Falcón
Arqueólogo INC