El director del proyecto, Julio Abanto, informó que lo más interesante ha sido la reconstrucción de la historia de los últimos momentos de este sitio, ya que se han encontrado vestigios que demuestran que el lugar siguió funcionando con la presencia de los conquistadores españoles, y porque la población indígena incorporó a su cultura elementos que llegaron de lejos como una forma de demostrar prestigio.
«Un elemento que ayuda a presumir este hecho es el hallazgo de cuentas de vidrio, comúnmente denominadas Aggri Perlen, su origen es de Venecia y datan de mediados del siglo XVI, asimismo, agregan como ofrenda mortuoria los cuernos de cabras», sostuvo.
“El hallazgo de pasadizos subterráneos que conectaban con espacios con arquitectura de fino acabado”, continúa Abanto, “hacen pensar en la importancia del lugar durante el periodo Inca, quizás estrechamente ligado a actividades rituales. Inclusive, se han hallado espacios que lucen banquetas, y cámaras subterráneas que estuvieron cubiertas por techos con gruesas vigas de madera. Los pasadizos tiene paredes que superan los dos metros de alto”.
“En el sitio se observa cómo diversos espacios que inicialmente eran reservados para la elite, son ocupados por la población nativa, quizás buscando refugio cuando sus autoridades ya no están allí. Permanecen durante algunas décadas e incorporan a su vida cotidiana animales como la cabra, procuran adquirir cuentas de vidrio que proceden de Venecia, como adornos que les otorgaban prestigio”, detalló Julio Abanto.
Finalmente, continúa con su relato Abanto, utilizan de cementerio el muro norte del complejo. Y finalmente sus pobladores ser reubicado junto a otras poblaciones que vienen desde Pariachi y Ñaña en la reducción indígena de Ate. La última cámara funeraria que se viene excavando se compone de dos individuos y un ajuar compuesto por varias vasijas, mates, y valvas de molusco Spondylus que procede de Ecuador.
El Proyecto
El director general de Patrimonio Arqueológico Inmueble del Ministerio de Cultura, Luis Cáceres Rey, informó que Monterrey 1 es el quinto Proyecto de Inversión Pública (PIP) del sector. Detalló que la inversión del proyecto es de S/. 1,156,610.91 nuevos soles y el periodo de trabajo tendrá una duración de 12 meses.
“El proyecto tiene como finalidad la investigación, conservación, restauración y puesta en valor de la zona monumental. Los trabajos incluirán la señalización y acondicionamiento para su uso turístico, y la construcción de un cerco perimétrico”, sostuvo el funcionario.
“Una vez finalizada esta etapa”, remarcó Cáceres Rey, “este patrimonio cumplirá el objetivo de vincularse con la comunidad y los gestores culturales locales, quienes se apropiarán de él, y propiciarán un proceso de identificación con el monumento”.
El sitio
Huaca Monterrey 1 es un sitio arqueológico poco conocido por la arqueología de Lima. Durante mucho tiempo estuvo escondido en un estrecho paraje que hoy se conoce como Valle Amauta. Formó parte de un complejo prehispánico mucho mayor.
En la actualidad está separada del segundo sector debido al proceso de urbanización de la zona; ambos sitios florecieron durante el periodo Intermedio Tardío (1000 d. C) y tuvieron su apogeo durante la presencia Inca en el valle (1470). Incluso, expone una reocupación de inicios de la colonia.
Su área monumental consta de 7200 metros cuadrados. Comprende cuatros sectores: la plaza, una audiencia, zona de depósitos y área de residencia. Las excavaciones en la plaza revelan que bajo el suelo actual se ocultan gruesos muros que conformaron ambientes muy distintos a lo que ahora se ve.
La zona residencial es un espacio que lució muros altos y posibles recintos a dos niveles, muy finamente acabados; contiene ambientes donde se detectaron entierros muy disturbados por acción de los huaqueros. Sin embargo, conserva importantes objetos de la parafernalia que acompañó a los difuntos: cerámica, mates, textiles, adornos de metal, etc.