Cada año, una semana antes del festival cristiano de Corpus Christi, decenas de miles de peregrinos en Cusco escalan los Andes peruanos para asistir al Qoyllur Rit’i – el Festival de la Estrella de la Nieve. Estas imágenes fueron tomadas en 2014 por Timothy Allen.
Para esta antigua celebración religiosa cada pueblo de la región envía una delegación de bailarines y músicos vestidos con brillantes colores a la Capilla del Señor de Qoyllur Rit’i. El ritual está asociado con la fertilidad de la tierra y con la adoración a los Apus (cerros, dioses tutelares) y forma parte de una de las fiestas de naciones indígenas más grande de América.
El festival tiene una base católica que data de fines de los 1700, cuando según se dice, una imagen de Jesús apareció en una roca tras la muerte de un niño pastor. También está basado en una reverencia a la constelación de las Pléyades, que desaparece y reaparece en el hemisferio sur en esa época del año y está vinculada a una cosecha abundante.
El campamento principal, conocido como el Santuario, está en el valle de Sinakara, a 4.600 metros sobre el nivel del mar. Muchos preregrinos se preparan para el cambio de altura bebiendo o masticando hojas de coca. Sobre el valle se ubican los glaciares sagrados de Monte Quillqip’unqu.
En la ruta hacia el Santurario se colocan cruces donde los peregrinos cristianos muestran reverencia encendiendo velas y orando.
El uso de látigos en Qoyllur Rit’i es común. Los ancianos suministran un castigo ceremonial a los jóvenes peregrinos que violen las estrictas reglas del festival religioso.
Los machulas (músicos) enmascarados representan a los machus nawpa, los míticos primeros pobladores de los Andes. Estos hablan con voces chillonas y agudas para reflejar sus múltiples personalidades que muestran con personajes que van desde bufones hasta policías.
Cuando los peregrinos llegan al Santurario, emerge un pueblo enorme de carpas con puestos de alimentos y restaurantes. Incluso se puede comprar pescado fresco que llega al lugar vivo en barriles de agua transportados por burros.
Los Ukukus -personajes míticos mitad oso mitad hombre- se visten con ropas de lana de colores oscuros y máscaras. Quienes asisten al festival con regularidad hablan de la disminución del tamaño de los glaciares en décadas recientes y dicen que el hielo ha retrocedido considerablemente.
Después de depositar sus cruces en la nieve, los grupos de Ukukus descienden a la base del glaciar para pasar la noche juntos y rodeados de velas.
Cuando amanece, la llegada de las cruces que regresan al Santuario es motivo de gran celebración. Los peregrinos entonces se preparan para un día entero de procesiones hacia el pueblo de Tayancani.
El viaje de Yanacocha hacia la iglesia en el pueblo de Tayancani debe realizarse en la noche. La luz de las antorchas de los peregrinos puede verse a través de las montañas durante las ocho horas del trayecto bajo las estrellas.
Con su encarnación colorida, ecléctica y contemporánea, el festival de Qoyllur Rit’i no sólo honra a Jesús sino tambiéjn a los dioses de la montaña, los Apus, que eran adorados por los sudamericanos antes de la llegada del cristianismo al continente. (Todas las fotos son propiedad de Timothy Allen y están sujetas a derechos de autor).
Fuente. BBC Mundo