A esta provincia se le conoce como ‘La ciudad del eterno sol’, pues el astro rey regala su brillo casi todo el año. Al estar a cinco horas de Lima, en el kilómetro 375 de la carretera Panamericana Norte, se le puede visitar inclusive en los meses más fríos.
La cadena montañosa que se levanta entre Casma y el mar, detiene el húmedo viento marino, protegiéndola y permitiendo este privilegiado clima.
El cerro más alto llega a tocar los 1,100 metros arriba del océano. Secretamente, para no parecer alharaquiento, aplaudo esta bendición.
Playas e historia
El valle casmeño se pierde en los infinitos del horizonte. Una miríada de bosques de algarrobos le confiere una bucólica estampa. Justamente, lo prolífico del valle y ese extraordinario clima atrajo las miradas de sus antiguos pobladores. Hace unos 3,500 años florecía Sechín, el emblema arqueológico de Casma.
Desde que el padre de la arqueología peruana, el doctor Julio César Tello, lo descubriera en 1937, los estudios revelan que este complejo, en cuyas estelas pétreas se dibujan espeluznantes escenas guerreras, forma parte de la cadena formativa de la cultura Chavín. Sechín aportó ideas y nuevos descubrimientos a la formación de la alta cultura en el antiguo Perú.
Sus playas son una delicia para los amantes del mar. En el kilómetro 347, un desvío nos pone en contacto con La Gramita y Las Aldas, en donde
mar e historia se dan la mano, con la presencia del complejo arqueológico Las Aldas, un santuario de gran extensión que parece iniciar su historia en el período pre-cerámico.
Más adelante, animado por don Víctor, llegamos a El Huaro, una península que penetra el Pacífico, partiendo en dos el mar. A uno y otro lado, una gran extensión de playa solo para nosotros. Sobre la húmeda arena, simpáticas gaviotas lanzan sus chillidos y parecen reírse ante nuestra llegada.
Toma su tiempo recorrer los recovecos de la península y a cada momento uno se topa con singulares rincones, que son refugio predilecto de lobos y aves.
Hay un recodo que no tiene un nombre que se conozca, o quizá se haya perdido en el tiempo, la verdad no lo sé. Es una especie de catedral rocosa que me recuerda la que alguna vez existiera en Paracas. La bautizamos como La Catedral del Huaro. Espero no se moleste alguien que ya le haya dado algún nombre, pero nos tomamos ese atrevimiento dado que nadie nos daba razón de cómo le llaman. Licencia de viajeros.
Alta precisión
Despierto temprano. Me dicen que conoceré una singular fortificación y el calendario solar más antiguo de América. Llegamos a un desvío en el kilómetro 364 de la Panamericana, para tomar contacto con un lugar mágico, donde el viento sopla fuerte, haciendo notar quien se enseñorea por acá.
Estoy en Chanquillo, una enorme fortaleza moche enclavada en medio del abrumador desierto. Los vetustos algarrobos que aún sostienen el techo de los corredores, lo datan hace más de 2,200 años. A pesar de los siglos, sus poderosas tres murallas todavía mantienen parte de su grandeza, guareciendo su núcleo central de las miradas indiscretas.
Más allá, a unos 900 metros hacia el sureste, se levantan alineadas sobre una colina, trece torres de piedra:
¡el calendario solar más antiguo de América! Don Víctor corta el silencio del desierto y con entusiasmo señala la peculiar ila que se dibuja
en el horizonte. Los antiguos pobladores, desde un punto determinado, observaban el recorrido anual del Sol en las trece torres, ijando fechas
para deinir siembra, cosecha, nacimientos, etcétera.
La revista Science hace eco de un estudio arqueológico a cargo de los especialistas Iván Ghezzi, de la Pontificia Universidad Católica del Perú, y Charles Ruggles, de la Universidad de Leicester, del Reino Unido, donde refieren que este sitio es prueba de las primeras observaciones solares y de avanzados cultos al Sol, precediendo en casi 1,000 años a lo que se hacía en el Cusco en la época inca.
Sencillamente impresionante. Este viajecito ha sido prometedor. Casma tiene más que ofrecer, lo sé, es solo cuestión de ir descubriendo sus tesoros, de dejarse seducir por ella. En lo que a mí respecta, ya estoy seducido.
CÓMO LLEGAR: Casma se ubica en el kilómetro 375 de la carretera Panamericana Norte. Desde Lima se llega en un recorrido de unas cinco horas. Si viene en auto propio podrá conocer con mayor detalle sus diversas playas.
HOTELES: Existen unos 10 hostales y dos hoteles: Las Poncianas y El Farol. En Las Aldas hay un complejo llamado igual que el lugar que ofrece servicio de bungalows.
GASTRONOMÍA: Además de la chita oriental, preparan un ceviche de pato con yuca, un pepián de pavita y la denominada orgía de mariscos.
Datos
El sitio arqueológico de Sechín, llamado también Cerro Sechín o Sechín de las Estelas, está ubicado en la provincia de Casma del departamento de Áncash, en el Perú, a una altura de 90 msnm (metros sobre el nivel del mar) y a cinco km de la ciudad deCasma, capital de la provincia, cerca de la confluencia de los ríos Sechín y Casma. Fue descubierta por el arqueólogo peruano Julio César Tello en 1937. Se considera que fue la capital de toda una cultura, a la que se denominó Cultura Sechín. Es de finales del arcaico tardío y de inicios del formativo inferior. Rasgo distintivo de este monumento es su fachada enchapada con monolitos de caras planas, sobre las que se hallan grabadas figuras en relieve, que en conjunto parecen escenificar sacrificios humanos.
Cerca de este sitio se hallan otros dos complejos arqueológicos del mismo nombre: Sechín Alto y Sechín Bajo.
Texto y fotos: Juan Puelles
Revista Lo Nuestro-El Peruano
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