La Asociación Peruana de Arte Rupestre (APAR) denunció hoy que un grupo de invasores ha ocupado un sector arqueológico de la quebrada Santo Domingo, a 20 kilómetros de la ciudad de Trujillo, que concentra geoglifos y restos arquitectónicos de la época Chimú.
La denuncia fue constatada a través de las imágenes captadas por el fotógrafo profesional José Orrillo Puga, indicó Echevarría, arqueólogo especializado en arte rupestre.
Explicó que en las fotografías captadas en las últimas semanas se aprecia también a personas que obtienen agua de un canal del Proyecto Especial Chavimochic. Además, se observa que un tractor opera en el terreno.
Sostuvo que el sitio es «una enorme evidencia arqueológica» y una de las más importantes del norte peruano, en lo que a geoglifos se refiere.
“Si no se hace algo este extraordinario yacimiento va a desaparecer irremediablemente”, advirtió tras referir que ha presentado la denuncia formal del hecho ante el Ministerio de Cultura.
Echevarría precisó que el atentado al patrimonio comenzó entre octubre y noviembre de 2011. No obstante, recordó, en 2001 se registró un primer hecho cuando el propio proyecto Chavimochic usaba la zona para extraer material de construcción, pese a ya conocerse su valor cultural.
APAR planteó en marzo de 2010 que las extrañas figuras de bajo y alto relieve, asombrosamente conservadas hasta hoy, fueron construidas entre los períodos de vigencia y decadencia de la ciudadela de Chan Chan.
Sostuvo que se aplicaron básicamente dos técnicas para su elaboración: la reductiva, que consiste en extraer parte de la superficie para formar la figura con una especie de surco; y la aditiva, mediante la colocación de elementos en alto relieve.
Algunos de los geoglifos hallados en el lugar no pueden ser vistos a simple vista por tener gran tamaño. Uno de los más extraños es un espiral de 15 metros de longitud.
Fuente: Andina