EL QANTU: La Flor de los Incas
Con muchas formas de uso, el Kantu (su nombre proviene del quechua qantu. Sus nombres comunes son: cantu, kantu, cantuta, ccantu, ccantus, ccantutay, ccelmo, flor de inca, jantu, jinllo y khantuta) es considerada la flor nacional del Perú. En algunos textos se dice que los incas quedaron maravillados con esta planta por su gran belleza. En el incanato se utilizaba para rendirle culto al dios Sol, de ahí que sea «La flor sagrada de los Incas». Desde tiempos remotos, los pobladores andinos solían rendir culto a las montañas sagradas o «Apus». Se cree que estas montañas protegen sus territorios y hay muchos que practican estos rituales hasta el día de hoy.
Los colores de esta flor son muy llamativos, muchas familias cusqueñas la utilizan de manera ornamental para que sus hogares tengan una belleza adicional. A esto agregamos que el Kantu es una flor llamativa para los colibríes quienes llegan a estas para extraer su néctar y así obtener calorías que les permite volar. De esta forma también ayudan a la polinización de las plantas distribuyendo su polen de flor en flor.
Su nombre en español es «Cantuta» (Cantua buxifolia) es una especie de arbusto perteneciente a la familia Polemoniaceae. Así como es la flor nacional del Perú tambien es una de las dos flores nacionales de Bolivia (junto con la flor del patujú).
La especie es oriunda de los Andes de Bolivia y Perú, donde ha sido cultivada desde épocas ancestrales.
Se dice que los incas hallaron en ella esencias naturales que permitían la conservación del agua. Cuando el sapa inca participaba en alguna ceremonia, los caminos por donde era portado eran adornados con flores de qantu. También servía para adornar las sienes de los jóvenes participantes en el Warachikuy, ceremonia en la que se convertían en aukak runa (guerreros).
Desde épocas precolombinas hasta el día de hoy, los pobladores andinos han admirado y rendido culto a los apus, o montañas sagradas que protegen sus territorios, y mantenido la costumbre de venerarlos, poniendo flores de qantu en las laderas para representar su aprecio y devoción.
En el departamento del Cuzco a principios del siglo XX, era muy usada en las ceremonias fúnebres pues se creía que su contenido de agua podría calmar la sed del difunto durante el viaje eterno. Los pobladores del altiplano andino elaboran collares de qantu para colgarlos en sus puertas como símbolo de bienvenida y hospitalidad a los visitantes.